Charlamos con Eugenio Vega, antiguo alumno de Ingeniería Informática de la promoción de 1998.
Cuéntanos, ¿quién es Eugenio Vega?
Soy un madrileño de 44 años, del barrio de Fuencarral, casado y padre de un niño de nueve años al que trato de dedicarle todo el tiempo posible, que pasa volando. Cuando no estoy trabajando, me gusta mucho ir de viaje con la familia, practicar deporte, últimamente mucha bicicleta y salir a cenar con amigos. También tengo un punto casero y disfruto igualmente con planes en familia sin necesidad de movernos o haciendo de anfitrión para la cuadrilla. Otras aficiones a las que reservo todo el tiempo que puedo son la lectura, principalmente sobre temas de tecnología y actualidad, y el fútbol, deporte al que me he reenganchado gracias a mi hijo, fan del Real Madrid y jugador del equipo Benjamín del pueblo de Madrid donde residimos ahora, Fuente el Saz de Jarama.
¿Qué estudiaste y en qué promoción? ¿Casualidad o vocación?
Estudié Ingeniería Informática y pertenezco a la promoción del 98. Y fue por absoluta vocación; la tecnología me apasionó desde que era un crío y tuve después la fortuna de poder formarme y dedicarme profesionalmente a ello. Con apenas 14 años, a mediados de los 80, ya sabía programar en distintos lenguajes y manejaba con soltura los ordenadores de la época, antes incluso de la llegada del PC. En esa etapa inicial, el método de aprendizaje era completamente autodidacta, leyendo libros y revistas de informática con amigos del colegio que compartían esa afición por el incipiente mundo de los ordenadores personales. Así que, cuando más tarde llegó el momento de decidirme por la formación superior, lo tuve bastante fácil.
¿Qué tal fueron tus años en Nebrija? Cuéntanos alguna anécdota (que se pueda contar… o no) que recuerdes con especial cariño.
Digamos que fueron años “muy intensos”, ya que tuve que compaginar los estudios con un trabajo de jornada intensiva de 7:00 a 15:00. ¡Y ya de informático en una ingeniería energética! Las clases las tenía de 16:00 a 22:00 en el Campus de Dehesa, junto a la Ciudad Universitaria. Fueron cuatro años saliendo de casa a las 6 de la mañana, regresando a las 11 de la noche y gastando las vacaciones del trabajo en los períodos de exámenes. Me perdí gran parte de la actividad típica universitaria extra-académica, incluidos los viajes, quedadas de compañeros, muchas fiestas y, por ejemplo, los famosos torneos de mus que se organizaban. Aún así, este pequeño esfuerzo mereció la pena y en mi memoria guardo con mucho cariño aquella época en la Nebrija y el excelente ambiente que había en nuestra Facultad entre estudiantes, profesores y el personal de Secretaría. Como anécdota, contaré una que sólo supo un profesor: con el ritmo de vida que llevaba, la falta de sueño era una constante y en una ocasión me quedé dormido en el coche antes de entrar a un examen importante del último año de carrera. Cuando desperté, ya era tarde. Esperé un rato más y fui a hablar con aquel profesor, que conocía bien mi situación y era muy exigente. Apreció que le contara la verdad de lo ocurrido y me dijo, más o menos, lo siguiente: “Sr. Vega, agradezco su sinceridad; si se fija ahora cuando salga, el coche que tiene aparcado al lado del suyo es el mío y yo mismo le vi en un placentero sueño rodeado de apuntes cuando llegué esta tarde; tendrá usted una nueva oportunidad con otro grupo en un par de días, pero que sepa que comienza con un -2”. Saqué un 8 y me quedé muy agradecido con un 6 en aquella segunda oportunidad.
¿Qué crees que es lo más importante que te aportó haber estudiado en Nebrija?
En el aspecto personal, las amistades que hice. Me llevé un fenomenal grupo de amigos. En lo académico, más allá de los conocimientos adquiridos, en la Nebrija aprendí a planificarme y organizarme de manera eficiente, a gestionar mejor el tiempo, algo que me ha resultado particularmente útil después también en el ámbito profesional y que me ayudó a complementar mi capacidad natural para improvisar.
¿A qué te dedicas? Cuéntanos lo que haces actualmente.
Empecé tan joven que acumulo ya más de 26 años de experiencia en Tecnologías de la Información y Comunicaciones, siempre en compañías multinacionales americanas, británicas y francesas. Los últimos 10 años he trabajado en el sector Financiero, desempeñando actualmente la función de Chief Information Officer (CIO) en el banco digital Self Bank, que pertenece al Grupo Société Générale francés; anteriormente, ocupé esa misma posición en España para el otro gigante bancario de nuestro país vecino, BNP Paribas PF.
Un sueño que siempre hayas querido realizar…
Sin duda, cogerme un año sabático y dedicarlo al voluntariado. En cualquier caso, es a lo que tengo planeado dedicar el máximo tiempo posible cuando me jubile. Considero que he tenido suerte en la vida y estoy muy agradecido por ello. Me gustaría poder devolver todo lo que pueda.
¿Qué consejo les darías a los futuros Nebrijos?
Que expriman al máximo la oportunidad, que disfruten de todo lo que rodea al ambiente universitario y que aprovechen el tiempo al máximo. Es una etapa de descubrimiento que les marcará el resto de su vida.
¿Eres feliz?
La felicidad es un sentimiento que predomina en mi vida cotidiana y estoy muy agradecido por ello a la gente que me rodea.
Eres más de…
- ¿Café o té? Descafeinado, uno al día suficiente.
- ¿Plan de día o ave nocturna? Fui ave nocturna y evolucioné.
- ¿Cerveza o gin tonic? Cerveza siempre.
- ¿Perro o gato? Tortuga, que da menos trabajo y es lo que tengo ahora.
- ¿Traje o chándal? Ambos, cada uno en su momento.
- ¿Playa o montaña? Playa con más frecuencia.
- ¿Android o iOS? iOS, soy fan de todo lo que hace Apple.
- ¿Coche o moto? Las motos me encantan, pero yo siempre en coche.
- ¿Cena de etiqueta o barbacoa con amigos? De largo, barbacoa con amigos.
- ¿Rioja o Ribera? ¿Hay cerveza ?
- ¿Una buena conversación con vino o un buen bailoteo con una copa? Una buena conversación y, de nuevo, con una cervecita mejor.
Película favorita…
El Último Mohicano, con Daniel Day-Lewis.
Grupo de música favorito…
Héroes del Silencio, en su momento.
Última serie a la que te hayas enganchado…
The Walking Dead.