¿Qué ocurre cuando un objeto cotidiano pasa a ser desechado y se convierte en basura? ¿En qué momento algo precioso y valorado se convierte en nada? ¿Qué valor tienen los objetos hoy… y qué valor tienen cuando se tiran? En el siglo XXI estos residuos han alcanzado dimensiones nunca vistas y muchos colectivos y artistas se han pronunciado al respecto en busca de concienciación. La exposición Nada sobra quiere hacer reflexionar al público sobre las consecuencias que producen los desechos del día a día. Una muestra organizada por los alumnos del Máster en Mercado del Arte de la Universidad Nebrija, que estará hasta el próximo 11 de junio en el Centro Cultural Galileo.
“Los alumnos han buscado artistas que trabajen en la huella de la memoria de todos aquellos excedentes que la sociedad produce”, destacó Diana Angosto, directora del máster durante la inauguración de la exposición. “Queríamos reflexionar sobre la vida que le damos a las cosas, sobre por qué las fabricamos. No podemos fabricar cosas para que mueran”, afirmó Beatriz Pérez, comisaria de la exhibición junto a Alejandro Montes, Ana Muñoz y Ying Qu, todos ellos estudiantes del máster.
La muestra bucea en las prácticas artísticas actuales que investigan sobre el fenómeno del hiper-consumo, que convierte el término “basura” en algo extrapolable a la cultura, a la comida, a los contratos laborales, a la moda, a las relaciones sentimentales… Los participantes en la muestra son artistas emergentes que reivindican como “la obsolescencia programada está inundando nuestra vida social y cultural”, según resaltó Alejandro Montes durante la inauguración de la muestra.
Entre los artistas que han participado encontramos al colectivo Basurama con un vídeo sobre los bodegones urbanos que forman los cartones a última hora del día; a Manuel Antonio Domínguez, cuyos dibujos son creados con objetos que encuentra en la calle; Jon Gorospe, con fotografías aéreas de esos no-lugares que son los vertederos; Raúl Hidalgo, con una instalación de restos textiles que se degrada con el tiempo; Gala Knörr, que explora la efimeridad de las imágenes en las redes sociales; Julia Llerena, que trabaja con objetos encontrados dotándoles de nuevo significado; Isidro López Aparicio, que reflexiona sobre la vida de los objetos desechados; Elisa Pardo, que hace una exploración arqueológica de los lugares que fueron a través de sus restos, y Enrique Radigales, que trabaja con los residuos digitales.