La Facultad de Lenguas y Educación organizó este miércoles 31 de enero la I Jornada Nebrija Cerebro y Bilingüismo: un espacio de debate y reflexión sobre la importancia de la competencia lingüística en una sociedad cada vez más globalizada. “El cerebro se modifica cuando aprende, incluso las estructuras físicas –dijo Jon Andoni Duñabeitia–. Y eso también ocurre al aprender idiomas”. El recientemente incorporado investigador principal de la Facultad resaltó que no se puede ver el bilingüismo como un todo o nada sino como “una escala en la que hay muchos grados”. Así, en un mundo el que probablemente no exista la perfección, “todos somos algo bilingües”.
Aprender una nueva lengua exige, al menos, dos características, destacó Duñabeitia: “Tolerancia a la frustración y suficiente motivación y necesidad para hablarla. Y quienes van a una clase, sabiendo que les cuesta aprender pero lanzándose a ello, son auténticos héroes”. Habló, además, sobre como algunos estudios, no concluyentes, muestran que las personas bilingües son más capaces de prestar atención, lo que podría tener una explicación neurofisiológica gracias a los cambios experimentados en el hipocampo al aprender otra lengua. Además, esa zona es la más dañada en las lesiones del Alzheimer, por lo que, para algunos investigadores, las personas bilingües podrían tardar más tiempo en mostrar síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa.
La jornada continuó con la mesa redonda “Iniciativas en España y Europa para la educación bilingüe”, con Ángel Huguet, de la Universidad de Lleida, y José Antonio García Fernández y Joaquín Garrido (UCM), de la Universidad Complutense. “Un modelo de enseñanza bilingüe no debe ser solo eficaz, sino que debe garantizar el aprendizaje de los materiales escolares”, afirmó Huguet , quien insistió en que debemos mejorar nuestras capacidades lingüísticas en relación con los países de la OCDE. García Fernández habló sobre las aulas de enlace y cómo los estudiantes que pasan por estos espacios se sienten como un grupo subordinado: “El 50% de los alumnos que pasan por aulas de enlace van a compensatoria o repite”. Garrido, por su parte, abogó por el valor del español como lengua global frente spanglish, muy de moda en la actualidad.
La mesa redonda “Investigando en las aulas bilingües” reunió a docentes de diferentes instituciones, que expusieron los instrumentos y propuestas metodológicas que utilizan en el aula. Mª del Carmen Fernández, de la Universidad de Alcalá, habló sobre las aulas multilingües y multiculturales, mientras Óscar Santos, de la Universidad Politécnica de Madrid, y Beatriz López Medina, de la Universidad Nebrija, explicaron los beneficios de las experiencias multiculturales en distintos colegios europeos, un proyecto de investigación desarrollado en el marco del Programa Erasmus +.
La jornada concluyó con la presentación del libro El cerebro bilingüe. Neurociencia del lenguaje, de Albert Costa. “Tenemos que sobrevivir en un mundo multilingüe y cuanto antes estemos expuestos a una segunda lengua, mejor dominaremos los sonidos”, explicó Acosta, que recoge en su libro cómo los bebés pierden gradualmente la capacidad para distinguir ciertos sonidos; una capacidad que les permite, por ejemplo, expresarse en una segunda lengua sin acento.
La obra también plantea la necesidad de hacer una reflexión en el campo educativo sobre cómo incorporar los avances científicos en el aula. “Los estudios en el aula son difíciles de hacer, por eso es mejor hacerlos primero en el laboratorio”, afirmó el autor, quien abogó por la necesidad de implementar los hallazgos científicos para mejorar la educación y que la ciencia sirva como base para el diseño de políticas de segundas lenguas.