Iván Eguzquiza Solis, responsable de psicología del Instituto de Investigaciones del Sueño, compartió con los alumnos del Grado en Psicología algunos casos clínicos de insomnio crónico para mostrarles cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo.
Este campo es otra de las salidas profesionales a las que los alumnos podrán dirigirse cuando terminen sus estudios por lo que es interesante que amplíen su formación y conozcan otras líneas profesionales.
Eguzquiza explicó a los alumnos que “normalmente, el insomnio crónico comienza con un episodio traumático y se mantiene en el tiempo, es decir, que el inicio y la continuación vienen por motivos distintos”. El causante puede ser también algún tipo de problema médico como las apneas, el sonambulismo, la falta de melatonina…, pero también puede deberse a otro tipo de problemas como personales, preocupación por el trabajo…
La clave para llegar al sueño es la melatonina que genera el cerebro según e acerca la noche, “pero no todo el mundo lleva el mismo reloj ni al mismo tiempo”. Por eso, según el experto, “en ocasiones se generan problemas de suelo si el paciente se acuerda demasiado pronto, según su reloj, como para que el cerebro haya generado suficiente melatonina y mientras espera en la cama, se pone nervioso y este nerviosismo tapa la somnolencia”.
Para el paciente con insomnio, “la cama es, a la vez, objeto de deseo y potro de tortura”, dijo Eguzquiza, “y esto crea un condicionamiento aversivo hacia la cama, por eso es fundamental que los pacientes con insomnio crónico no estén en la cama si no están durmiendo”. Eguzquiza recomendó que cuando un paciente encontrara problemas para conciliar el sueño o se despierte a mitad de noche “es mejor levantarse de la cama y hacer otra cosa que quedarse ahí poniéndose nervioso. Pero es muy duro salir de la cama a mitad de noche”, reconoció.
La segregación de la melatonina se puede regular, de forma química con medicación, pero también con otras herramientas que son, según el experto, “más efectivas a largo plazo”. Por un lao se pueden utilizar lámparas de luminoterapia que regulan la luz que reciben nuestros ojos, que condiciona la segregación de la melatonina. “Con más luz, nuestro cerebro lo identifica con el día y no genera melatonina, por eso no es recomendable utilizar pantallas antes de ir a dormir”, explicó Eguzquiza.
Otra herramienta utilizada en el tratamiento del insomnio es la agenda del sueño que sirve para regularizar las horas de descanso hasta acoplarlas a las horas necesarias y efectivas de sueño, “aprendiendo a gestionar los ritmos”. Con esta agenda se puede restringir las horas de sueño artificial, haciendo que se vaya antes a la cama o más tarde y levantándose antes o después. “El tratamiento para el insomnio es como una dieta: es duro y contra intuitivo, pero es muy efectivo si se confía ciegamente en el terapeuta. Es imprescindible que el paciente esté motivado”, concluyó Iván Eguzquiza Solis.