El Grado de Psicología se encuentra muy próximo a la realidad que se vive en las consultas y quiere formar a los alumnos en los últimos avances en terapias. Para ello, organizó una ponencia con Ana Isabel Saz, psicóloga con más de veinte años de experiencia en diferentes ámbitos del sector.
La ponencia recogió las llamadas “terapias de tercera generación, que son aquellas que dan un paso más allá”, dijo Juan Carlos Rodríguez, director del Grado de Psicología. Según explicó Ana Isabel Saz, “esta nueva ola de terapias no olvida a las anteriores, sino que se alimenta de ellas para continuar”. Una característica de este tipo de terapias es que “busca entender el sufrimiento”.
Aceptar los síntomas para realizar cambios
El enfoque de estas terapias es desde el conocimiento del contexto, el análisis funcional, el principio de aceptación y la desmedicalización. “No busca tanto la eliminación de los síntomas, sino la aceptación de ellos y búsqueda de comportamientos adaptativos”, explicó Saz. “La aceptación no es una resignación, sino la comprensión y activación de los cambios”, añadió la psicóloga.
Ana Isabel Saz habló de las tres olas y explicó sus diferencias y evolución. En las terapias de la primera ola que se mostraban contrarias al psicoanálisis se denominaban terapias conductistas y añadieron a la ecuación la importancia de los procesos internos que unen pensamiento y emoción.
Las terapias de segunda generación, las llamadas terapias cognitivas tienen en cuenta el contexto: “los pensamientos tienen consecuencias en la conducta y en los sentimientos y lo mismo sucede al revés”, explicó Saz.
La tercera generación hace un replanteamiento del contexto, la aceptación y el abandono de la lucha contra los síntomas. Además, se hacen protocolos más flexibles que se adaptan a los pacientes y no al revés. “La principal labor del terapeuta es entender al paciente para entender el dolor desde su posición”, dijo la psicóloga.
Para Ana Isabel Saz es fundamental entender que “el problema no está dentro de la persona, sino que las circunstancias que le rodean hace que afronte las situaciones de determinada forma que le hace sufrir”. Es importante tener claro el concepto de que “nadie es una enfermedad, se tienen tendencias o rasgos”, y usar el lenguaje de forma correcta. Según Saz “el terapeuta debe dar al paciente las herramientas necesarias para construir otras gafas con las que ver la realidad”
Terapias de la tercera generación
La psicóloga puso algunos ejemplos de tipos de terapias que pertenecen a esta tercera generación. El conocido mindfulness está dentro de esta nueva ola. “Es una filosofía de vida que a nuestra cultura occidental le cuesta mucho”, dijo Saz. Entre sus característica está tener una mente abierta, paciencia y aceptación.
La psicoterapia analítica funcional crea un microespacio dentro de la terapia con una intensa relación entre paciente y terapeuta para tratar ahí los problemas que luego se extrapolan a la vida y hacer así cambios conductuales.
También explicó la terapia de aceptación y compromiso que “intenta crear un vida rica aceptando el dolor que inevitablemente le acompaña. La civilización occidental tiende a anular el dolor evitar las emociones negativas que no desaparecen y se traducen en molestias en el paciente”, aseguró Saz.
La actitud del terapeuta debe ser siempre “de comprensión, no luchar contra lo que siente el paciente y analizar todas sus acciones como parte de su sintomatología”.