La imagen que ilustra esta entrevista muestra dos mundos separados por una estrecha frontera. Lara mira a sus pacientes cuando al fin tiene un respiro después de una jornada intensa. “Esa foto me gusta porque para mí tiene mucho significado… es la ventana a la pandemia, a la lucha, a la esperanza, a la vida…y también a la pérdida”.
Lara Martínez Gimeno es enfermera y profesora del Centro Universitario San Rafael-Nebrija. Coordinadora de Trabajos Fin de Grado de Enfermería y profesora de la Asignatura Metodología de la Investigación de Ciencias de la Salud, proporciona también apoyo metodológico a la Fundación San Juan de Dios.
La menor de cuatro hermanos, Lara Martínez nació en Huerta de Rey, un pueblo del sur de Burgos. En Madrid comienza sus estudios de enfermería y su actividad profesional. Antes de su experiencia en el Hospital de Cruz Roja, ha desarrollado su labor asistencial como enfermera en la Unidad de Anestesia y Reanimación del Hospital de Móstoles, que ha compaginado con el asesoramiento metodológico para proyectos de investigación. En este sentido, también ha colaborado en la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud del Instituto de Salud Carlos III (Investén-isciii).
Pregunta: Cuando irrumpe la crisis sanitaria, ¿dónde se encuentra y cómo la encara?
Respuesta: Al inicio de la crisis sanitaria del COVID-19, a mediados de marzo, me llamaron del Hospital de la Cruz Roja (Hospital San José y Santa Adela) porque querían poner en marcha una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que diera soporte al propio hospital y/o a otros centros sanitarios. Querían transformar su Unidad de Reanimación en una unidad de cuidados intensivos, transformación que se ha tenido que realizar en muchos hospitales de Madrid. Esto implica transformar los espacios, reestructurar la labor de los profesionales que allí trabajan, y cambiar por completo la dinámica y la actividad de todo un servicio, y en un tiempo record…TODO UN DESAFÍO. Para esta transformación necesitaban otros profesionales que conocieran el contexto y ayudaran a poner en marcha el servicio y a trabajar en él una vez comenzaran a llegar pacientes.
El Hospital de San José y Santa Adela, más conocido en Madrid como el Hospital de la Cruz Roja, se sitúa en la avenida Reina Victoria 22-26. Es un hospital con una trayectoria en el contexto de la sanidad madrileña de más de 100 años. Con esta crisis, una vez más, ha formado parte de la historia de la sanidad madrileña y española.
P: ¿Cómo compagina su labor en el hospital con la destreza docente?
R: Para poder compaginar ambas facetas ha sido fundamental el apoyo de la Universidad. Cuando recibí la propuesta de la Cruz Roja, lo transmití a la dirección del Centro, y de forma casi inmediata me trasladaron su conformidad con mi colaboración en el Hospital. En todo momento fueron conscientes de la situación, confiaron en mí y me han apoyado durante todo el periodo en el que he estado desarrollando ambas funciones. Me he sentido apoyada, animada, reforzada y cuidada tanto por la dirección como por mis compañeros. El esfuerzo ha merecido la pena en muchos sentidos. Aunque la asistencia pasó a ser prioritaria en ese momento, he intentado cuidar mis tareas docentes para que nadie pudiera verse afectado. La clave ha estado en organizarse mucho, más concentración y trabajo, y poner lo mejor de la enfermería que llevo dentro. Normalmente trabajaba de mañana o de noche, el resto del tiempo intentaba dedicarlo a mis actividades universitarias y a descansar. Esto ha significado una mayor intensidad de trabajo, pero haciendo cosas que me entusiasman: cuidar, enseñar y aprender.
P: ¿En qué consiste su labor en el hospital de Cruz Roja?
R: En los cuatro primeros días, fue una labor más logística (preparar los puestos de los pacientes, material, circuitos), pero también había una labor emocional importante: comenzaba a trabajar con profesionales a los que no conocía y que tenían que enfrentarse a un servicio nuevo y una situación sanitaria excepcional… TODO UN RETO PROFESIONAL Y VITAL. Hubo reuniones, conversaciones, se trasladaron nuestras preocupaciones, nuestros miedos… Creo que esos primeros días fueron muy importantes para poder prepararnos. Otros centros no han tenido esa oportunidad y se han tenido que enfrentar a situaciones muy duras de forma repentina y aprendiendo sobre la marcha. Esta experiencia ha sido un continuo aprendizaje para muchos profesionales, con todo lo que eso implica de aprender de los errores. Una vez recibimos el primer paciente, comenzaba otra etapa…empezaba la lucha. Yo lo he sentido como una lucha en equipo, aprendiendo mucho los unos de los otros y de la propia situación, y poniendo una vez más al paciente en el Centro de la Atención.
P: ¿Puede contar algunas experiencias en el trato con el paciente?
R: Para mí, lo más duro ha sido gestionar el “aislamiento del paciente y de su familia”. En un principio lo prioritario era preservar la vida en una situación de extrema gravedad, pero detrás de todo eso hay una persona que ha dejado en la puerta de la UCI una familia, unos hijos, ilusiones, proyectos, miedos…UNA VIDA. Una vez que el paciente era recibido y estabilizado, yo necesitaba saber un poca más de esa persona a la que tenía que cuidar: de donde venía, a que se dedicaba, si tenía familia, sus aficiones, hasta sus gustos musicales y culinarios. Porque cada momento que compartes con un paciente que no puede comunicarse cuando lo estás cuidando es una oportunidad “única” para acercarle esperanza, fuerza para luchar, y confianza… que pueda sentirse cuidado y protegido…. y algo muy importante: ser el nexo de unión con lo que dejó antes de entrar en esa UCI. He conocido padres de familia con alma flamenca, he compartido sesiones de peluquería y barbería improvisada, he compartido reencuentros a través de una tablet y despedidas notificadas a través de un teléfono, he compartido días de desesperanza, pero también he compartido mucho coraje por vivir y por cuidar de la vida.
P: ¿Cómo es esa experiencia desde el lado humano y desde el punto de vista profesional?
R: Desde el lado humano ha sido una experiencia única, que probablemente marcará la vida de muchos profesionales para bien y para menos bien (no me gusta mucho la palabra mal). Personalmente ha sido una oportunidad para reencontrarme con la enfermería en estado puro, con la tecnología, con el cuidado, con el sufrimiento, con la humanización dentro de una epidemia deshumanizada, con profesionales que empiezan, con otros que se reinventan y con personas como tú y como yo que se enfrentan a uno de los episodios más dolorosos de su vida: la lucha por sobrevivir. Poder pasar de espectador a actor secundario creo que ya es una gran oportunidad. He descubierto grandes actores revelación, grandes guiones y muchos profesionales (celadores, auxiliares de enfermería, enfermeras, profesionales de la limpieza, profesionales de almacén, supervisores, médicos, etc.) que han hecho que este episodio, digno de una película de ciencia ficción, se transformara en una ventana de esperanza, en una lucha por la vida. Desde el lado profesional es una oportunidad para no perder mis referencias enfermeras y poder tomar contacto con otra realidad del contexto sanitario que hasta hace unos días parecía impensable. Espero que esto pueda trasladarlo a las aulas y compartirlo con mis alumnos. He podido compartir una etapa inédita y dura de la sanidad madrileña que no va a dejar indiferente a nadie… y de esto hay que aprender.
P: ¿Alguna recomendación general a la sociedad en esta dura situación?
R: Que aprendamos de lo vivido, que aprendamos de los errores y de los aciertos. Considero que tenemos un Sistema Sanitario muy fuerte y muy generoso, pero que necesita que lo cuidemos y lo reforcemos.
P: ¿Qué le aporta a su vida la enfermería?
R: No me considero enfermera de vocación, pero descubrir la enfermería ha sido todo un regalo a nivel personal y profesional. Soy muy inquieta y me encanta estudiar, descubrir, aprender, conocer, compartir…eso ha traído a mi vida grandes personas y grandes experiencias como la que acabo de vivir. Y así seguiré, abriendo bien los ojos y abriendo la mente porque nunca podremos imaginar lo que nos deparará la vida, y no está de más estar preparados para aprender.
Javier Picos / Fotos: Lara Martínez Gimeno
Lara, eres todo un ejemplo digno de admiración y quiero expresar mi profundo agradecimiento, tanto a ti como a todo el mundo de la sanidad.Gracias.
Un abrazo muy fuerte, desde Zaragoza, para todos, por todo lo que estáis dando en esta pandemia.
En especial para ti Lara. Porque donde estas, allí representas a Huerta.
Hasta que nos veamos, esperemos que sea pronto en Huerta.
Salud y saludos
Un abrazo para ti y para todos tus compañeros, por vuestro esfuerzo y generosidad.
Saludos.
Te amo amiga ♡♡♡
Lara te mandé un whatsapp preguntando que qué tal lo llevabas y aquí acabo de leer tu respuesta mucho ánimo mucha fuerza y muchos besos bonita.
Toda mi admiración y cariño. Muchos besos
Lara es una de las mejores personas que conozco. Siempre estás ahí. Te queremos.
Seguro que todos tus pacientes habrán sido contagiados de tu alegría y buen hacer como nos ocurre a los que por suerte te queremos. Dios quiera que pronto te pueda ver cantando y riendo en cualquier sitio de tu Huerta
La Bondad se tiene o no se tiene y tu la regalas…un fuerte aplauso y mucha fuerza bonita.
Lara.no conocia esta faceta tuya, que grande eres, vales para todo
Un saludo
Lara: En tu dedicación y personalidad quiero agradecer a la Institución Sanitaria y a ti mi admiración y agradecimiento. Es muy hermoso varias frases que dejas en la entrevista y que me creo desde tu experiencia y cuando se da esa cercanía y dedicación.
Lara, como paisano tuyo, ENHORABUENA. VIVA HUERTA Y SUS HUERTAÑOS DEDICADOS A HACER UN MUNDO MÁS HUMANO Y JUSTO. UN ABRAZO.
Siempre has estado donde se te ha necesitado y sigues dando ejemplo de ello en estas circunstancias y seguro que en cualquiera otra
Que grande eres Lara, como se nota que disfruta s con tu trabajo. Muchas gracias a todos los sanitarios por es gran trabajo que estáis realizando. Un besazo.
Simply the best !!!
Grande Lara, mi admiración más absoluta como profesional, a nivel personal ni que decir. Te quiero, por más personas como tu,
Lara querida amiga para mí eres un ser excepcional como hay pocos tu la labor en cualquier área es entregarte al ciento uno por ciento te quiero por todo eso y por mucho más cuídate mucho
Lara, es un orgullo como amigo de tu tia y de tu padre que seas una persona tan humana y tan querida por todos. Gracias por tu enorme trabajo y gracias por ese carño que has dado a todas esas personas que estaban solas. Es un gran honor que seas del pueblo de Huerta, al que tanto quiero.
Un fuerte abrazo campeona!!!!!
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Lara has hecho un trabajo increíble, tienes una gran capacidad humana, organizativa e intelectual, es una suerte poder decir que te conocemos. Enhorabuena!
Pero Lara…..no paras de preocuparme…espero que vaya todo bien y verte pronto
Larita quiero verte pronto…en la desescalada porque este año la fiesta de los romanos nada de nada
Larita, siempre has sido una crack!!!
Como enfermera y como ser humano.
Te quiero