El Centro Universitario San Rafael-Nebrija ha fallado los premios del Certamen de Relatos Breves de San Juan de Dios. Se trata de la vigésima primera edición de una iniciativa que tiene como objetivo reconocer el talento literario de los estudiantes y profesionales de la enfermería y la fisioterapia. En palabras de Ramón Ortega, secretario del Certamen: “Los relatos que recibimos nos acercan a la realidad del cuidado que brindan los profesionales de enfermería y fisioterapia. Se trata de temas profundos que muestran las diversas dimensiones y la complejidad que se esconde en el arte del cuidar y que sólo pueden conocerse a través de la expresión literaria.”
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha impedido celebrar el acto de entrega de premios que cada año se realiza con la presencia de los galardonados. De manera excepcional, la organización ha dado a conocer los premiados a la espera de poder realizarlo presencialmente en el acto oficial de la próxima edición.
La enfermera madrileña Elena Prieto Rodríguez ha sido galardonada con el premio Fundación San Juan de Dios por su relato La soledad de los años bisiestos, dotado con 2.100€. “Es un gusto participar en certámenes como este donde se premia la creatividad y se habla de enfermería. Espero que mi relato consiga emocionaros y conmoveros, así como reír y llorar” asegura la ganadora.
El premio Hospital San Rafael, dotado de 750€, ha recaído en la obra Inyenzi de Iván Pérez Fernández, enfermero alicantino que en la XVIII edición de este certamen ya fue galardonado con el primer premio por su relato De cómo conocí a Soledad Paipay. “Este segundo premio es una alegría en estos tiempos tan raros que nos ha tocado vivir. Gracias a la organización por seguir año tras año apoyando la cultura de esta forma tan entusiasta y sincera”, explica el segundo premiado.
Jon Revilla Ocón, alumno de 4º del Grado en Enfermería en la Universidad de Navarra, ha obtenido el premio especial para estudiantes que tiene una dotación de 350€. Su relato Estrellita refleja la realidad que viven las personas refugiadas junto con el vínculo y apego que establecen los profesionales sanitarios con los pacientes.