“La neurociencia aplicada y al alcance de todos es una herramienta potentísima”. Con esta declaración de intenciones, David Recuenco, director del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y del Doble Grado Fisioterapia + CCAFYD en la Universidad Nebrija, presentó una jornada protagonizada por las conexiones entre el deporte, la fisioterapia y la neurociencia. “Cuando hablamos de dolor, hay muchas referencias a la biomecánica, pero también existe una perspectiva neurocentrista en el que lo más importante es el cerebro”, aclaró.
Defendiendo el conocimiento de este órgano y valorando su estructura, Recuenco señaló que a nuestro cerebro “le gusta mucho predecir, necesita saber que lo que va a hacer es seguro; cuando el nivel de amenaza es más alto, tendremos una predisposición también más alta a sentir dolor”. Aunque el objetivo del cerebro es la supervivencia, el profesor de Nebrija hizo hincapié en aspectos que pueden mejorar el rendimiento como la capacidad de fijar la mirada (según los test de Gaze Stabilization) o la posición de la lengua.
Jorge Sagrado, instructor de RockTape –como Recuenco- y CEO de MOOOVE Fisioterapia, abogó por una visión del dolor como una herramienta para mejorar y para el aprendizaje, en la línea del doctor Perry Nickleston, que considera el dolor como “una llamada de atención para cambiar”. En esta línea, Sagrado confirmó que las estrategias “activas”· de tratamiento y el conocimiento del dolor pueden ayudar en gran medida a la recuperación de cualquier persona.
Basándose en las propuestas de David Butler y Lorimer Moseley, autores del libro Explicando el dolor, el CEO de MOOOVE Fisioterapia aportó varias ideas para el debate: el dolor es normal, personal y siempre real; hay sensores de peligro, no hay sensores de dolor; el dolor y el daño en el tejido rara vez están relacionados; el dolor depende del equilibrio entre peligro y seguridad; no hay un solo centro del dolor; el dolor depende del contexto, de las cosas que ves, escuchas, hueles…; cuando el cuerpo se siente amenazado, es capaz de activar sistemas de protección como el dolor; somos bioplásticos, y el dolor cambia con nosotros.
Después de aludir a la piel como “el megáfono y la extensión del cerebro”, Jorge Sagrado pasó el testigo a su colega portugués Nuno Miguel Rodrigues, que, de una forma interactiva con los asistentes, enmarcó las técnicas para la mejora del rendimiento en deportistas. En su intervención, insistió en la neuroplasticidad, “la capacidad del sistema nervioso para responder a estímulos intrínsecos o extrínsecos reorganizando su estructura, sus conexiones y su función”, y en perseguir como profesionales de la salud una neuroplasticidad positiva, que puede conseguirse de una forma sencilla a través de la piel.
Texto: Javier Picos.