Jordi Bellmunt, arquitecto y pionero del paisajismo en nuestro país, abordó en su conferencia, con los alumnos del Máster en Arquitectura, esta compleja (y sensible) cuestión que es el “paisaje”. Su interés por la recuperación del espacio público de la ciudad, donde el paisaje es clave, se inicia con sus primeros trabajos en los años 80. Esta realidad profesional ha tenido un correlato directo como profesor del área y responsable de diferentes programas que tienen en el paisajismo su eje de desarrollo.
Tanto lo grande como lo pequeño son ámbitos donde se puede encontrar esta apasionante realidad. Sus propuestas de escala territorial y urbana así lo demuestran. El concurso para el Parque de Glóries de Barcelona, una estrategia de construcción progresiva de un “mosaico natural” que se ataría simultáneamente a una arquitectura cambiante, enfatiza esa cuestión del tiempo como factor necesario para cualquier proyecto de estas características. Una táctica concebida desde un punto de vista flexible y facilitadora de una nueva realidad para los ciudadanos, más próxima a sus necesidades y menos cercana a un entendimiento, único, de la ciudad como infraestructura mecánica.
El proyecto para la Puerta de Collserola, junto con PROAP, hacía del agua, y sus escorrentías, la herramienta que gobernaría la colonización verde que descendería desde la montaña hacia la metrópolis. La cuestión de la preexistencia es reveladora de su trabajo. El análisis del lugar y de lo que en él se recoge es la primera etapa de sus proyectos. Aprende del sitio para poder incorporar sus enseñanzas a las obras que desde su oficina se han repartido por lugares como Casablanca y Roma, por citar algunos nombres. Bajo el título de Parque de la Prehistoria la ciudad marroquí recuperaba una cantera crítica para uno de los bordes interiores de la ciudad. El Proyecto Flaminio, junto con Ian+, se levantaría sobre las posibilidades que los antiguos trazados del barrio y sus pabellones militares podían aportar a un área de futuro sostenible para la capital italiana.
En la intervención mínima también habita un acontecimiento paisajístico, siempre sensible y atento a los hallazgos. La reforma del patio de manzana Anaïs Napoleón, la calle Cuba de Badalona, la barcelonesa Plaza Calvó y el Park Güell revelan esta realidad de múltiples fragmentos previos que amalgaman y dan sentido final a las propuestas que Jordi Bellmunt y su equipo ha planteado desde un refinada y honesta sabiduría disciplinar. Todos los ejemplos y lecciones desgranadas han reflejado esa capacidad para proponer y crear nuevos paisajes capaces de articular unos territorios más ecológicos, más vivibles y más humanos.
Más información en la página web.
Fernando Moral Andrés
Director Departamento de Arquitectura
