El Día Mundial de la Radio, que cae en sábado y 13 este año, genera debates y pronósticos sobre el presente y el futuro del medio de comunicación más cercano. Una de las voces autorizadas en este intercambio de opiniones es la del periodista Luis Miguel Pedrero, catedrático e investigador principal en la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad Nebrija. Presente en los foros y tribunas más relevantes sobre el imparable fenómeno del podcast y experto en radio, audio digital y hábitos de producción y consumo de televisión, música y cine, Pedrero ha dejado su impronta en diferentes universidades y en medios de comunicación como la SER, Onda Cero, COPE o Los 40.
Autor de los libros La radio musical en España: historia y análisis, La industria audiovisual y publicitaria en Castilla y León (con Ángel Badillo y Marta Fuertes); y La TV y los niños (con José J. Muñoz), es editor del volumen La transformación digital de la radio, junto con José María García-Lastra Núñez, y del boletín Pantallas, Ondas, Frames y Bits, “compilación semanal de noticias para comprender el Sistema Audiovisual en el entorno digital”, la mejor guía para transitar en los laberintos del audio y en las arenas movedizas del cambio tecnológico.
Pregunta: ¿Cómo va a celebrar la radio su Día Mundial? ¿Qué podemos regalarle como oyentes a este medio de comunicación?
Respuesta: La progresiva normalización en nuestras vidas de las pantallas y los dispositivos conectados no le ha arrebatado a la radio un valor que se mantiene constante e incluso se ha visto reforzado en los tiempos de pandemia y de “infodemia”; es decir, de sobreabundancia de información y riesgo de fake news: su credibilidad. En España, también en la mayor parte de la UE, la radio continúa siendo el medio al que los ciudadanos atribuimos la mayor confianza, y por eso, en un día como hoy, vale la pena recordar y refrendar ese atributo.
P: ¿La digitalización y la diversidad de soportes le están aportando una segunda juventud?
R: Internet terminó con el monopolio que la radio había mantenido durante casi un siglo en la difusión y comercialización del audio: la escucha de música en streaming, de podcasts o de audiolibros en plataformas online compite con el consumo de la programación radiofónica lineal, pero, al mismo tiempo, los nuevos canales y dispositivos digitales permiten que el tradicional medio hertziano tenga un mayor alcance y además pueda ser consumido de forma personalizada, sin los condicionantes del horario o del receptor. Aquí es donde la radio encuentra un nuevo escenario en su relación con el oyente que debe aprender a aprovechar.
P: En las jornadas Los lunes al podcast, que coordina junto a la directora del Máster en Radio Onda Cero-Nebrija Laura Otón, comentó que estamos en la era de la “audificación”…
R: El cada vez más amplio y heterogéneo abanico de dispositivos, canales y sistema de distribución está favoreciendo que el audio se haga cada vez más omnipresente, algo a lo que también están contribuyendo los asistentes de voz que facilitan la interacción con el entorno digital con una herramienta tan natural y humana como el habla. Las aplicaciones de mensajería se llenan de mensajes hablados, se multiplican las plataformas de podcasting e irrumpen redes sociales de audio basadas específicamente en la voz. Como escribe Jorge Carrión en Lo viral (Galaxia Gutenberg), «no es un delirio pensar que, como el tacto de los teclados y de las pantallas sigue siendo frío, los tecnólogos han encontrado en el sentido del oído una estrategia para inyectar calidez en nuestras relaciones con nuestra maquinaria cotidiana».
P: ¿Qué ha supuesto la irrupción del podcast para la radio?
R: Por un lado, el podcast se ha convertido en una nueva ventana para escuchar los contenidos difundidos en la antena de una emisora, una segunda oportunidad sin la dependencia de la parrilla; de hecho, muchos de los títulos más escuchados en este formato son programas de radio. Pero, además, el podcast está contribuyendo a explotar y a recuperar narrativas sonoras que la radio había olvidado, y no sólo en el género de la ficción, que casi había desaparecido de la radio, sino también en la información y el entretenimiento desde propuestas más cuidadas y exigentes que combinan con mayor equilibrio todos los elementos del lenguaje sonoro: las palabras, las músicas, los efectos y los silencios.
P: ¿Por qué el podcast ha conectado con la audiencia más joven, alejada de las parrillas tradicionales?
R: Porque el podcast sintetiza las propiedades del nuevo paradigma digital en el ámbito del audio, a saber: todo contenido ha de estar accesible en cualquier momento y lugar, y a través de cualquier dispositivo. De forma muy general, el podcast representa la adaptación del sonido al nuevo ecosistema, y la combinación de razones tecnológicas, culturales e incluso económicas (la radio renunció a apostar por los jóvenes porque entendía que el sistema de medición de audiencias no lo hacía necesario) ha favorecido el crecimiento de este formato, apoyado, además, en la omnipresencia del smartphone, en las redes sociales y en la influencia prescriptora de las plataformas de música como Spotify.
P: ¿Se han impuesto los usuarios y los contenidos sobre los horarios predeterminados?
R: Se ha normalizado un ecosistema mediático basado en la conectividad, la ubicuidad, la atemporalidad y la interactividad: de un mercado de millones de espectadores, oyentes o lectores, hemos pasado a millones de mercados “de uno”, donde cada usuario elige y consume según sus intereses y contextos. La exponencial oferta de contenidos ha modificado nuestros hábitos y también nuestro umbral de atención: nos movemos de forma acelerada y cada vez más transitoria, las parrillas de radio o televisión ya no condicionan nuestro consumo; no obstante, la emergencia de fenómenos como Twitch en vídeo o Clubhouse en audio, que se basan en emisiones sincrónicas, o las opciones que Netflix o Spotify brindan para que veamos o escuchemos en compañía, evidencian la relevancia del consumo social y compartido del ocio y el entretenimiento, aunque desde las lógicas y aditivos ya normalizados por la cultura digital.
P: En España, según la consultora Voxnest, solo en el primer semestre de 2020 la escucha de podcast subió un 25 %…
R: El confinamiento alteró por completo las pautas de consumo de medios, algo lógico dada la situación excepcional e inédita que estamos viviendo a raíz de la pandemia por la COVID-19. Si bien en una primera etapa el consumo de podcasts y de música en streaming se resintió al perderse la movilidad –y, por tanto, los momentos asociados a la escucha de audio–, la inevitable saturación de pantallas, el mayor tiempo disponible y el hecho de que muchos usuarios descubriesen el podcast contribuyó a que creciese no sólo el público que lo consume, sino incluso quienes se decidieron a crearlos.
P: ¿Puede estallar la burbuja de un podcast en auge?
R: En 2020 se lanzaron en todo el mundo 900.000 nuevos podcasts, ¡dos cada minuto! Cada vez hay más apuestas por este formato por parte de productores, de pequeñas y grandes compañías, y también anunciantes y marcas. Aunque se calcula que las inversiones en publicidad van a crecer hasta el 30 % en cinco años, lo previsible es que el mercado se estabilice y que solo aquellas redes y plataformas que sean capaces de hacerse un hueco y fidelizar a una base suficiente de oyentes –en muchos casos de pago, porque los catálogos exclusivos y diferenciales requieren de una alta inversión– se sostendrán, de modo análogo a lo que ocurre con los servicios de video bajo demanda.
P: ¿Cómo vislumbra el horizonte de la radio en un mundo cada vez más frenético, de plataformas, nuevos negocios e influencers que ya hacen sombra a los tradicionales medios de comunicación?
R: En términos de renovación, adaptación y búsqueda de oportunidades. La radio está cumpliendo un siglo y, como medio y como marca, ha de saber cuidar su prestigio e impronta pese al deslumbramiento de las nuevas fórmulas digitales. Su negocio va a cambiar, también las demandas de sus oyentes, y el reto de esta industria es reconocer y atender esas nuevas expectativas y necesidades sin renunciar a lo más esencial y diferencial que atesora, que es la cercanía, la complicidad y la capacidad de informar y entretener con la herramienta más directa y efectiva: la comunicación oral de tú a tú.
P: Algún mensaje adicional que riegue nuestros oídos…
R: No dejemos de probar todas las posibilidades de escucha que hoy nos brinda el entorno digital, las de siempre y las de ahora: en todas ellas podemos encontrar magníficas oportunidades para disfrutar y conocer mejor el mundo que nos rodea… ¡o para evadirnos por completo de él!
Javier Picos. Foto: Zaida del Río