“Valientes y resilientes”: la historia personal y laboral de seis mujeres

1) Se casó con 18 años cuando estaba en mitad de segundo de Derecho y corría delante de los grises. Tuvo cuatro hijos y, tras una exitosa carrera como fiscal, consiguió ser juez con mucho esfuerzo.

2) Su tesis fue sobre derecho mercantil, pero a ella se le daba bien “esto de mandar” y desempeñó varios cargos en el sector público y en el privado. También le encanta divulgar y recuerda cómo en sus clases de Derecho a los futuros ingenieros industriales, en la Universidad Nebrija, un alumno le confesó que gracias a ella sabía leer mejor el periódico: “Fue mi mayor satisfacción”.

3) Con la radio que le regaló su padre, escuchaba a Ángeles Rodicio, que estaba en Irak como corresponsal de guerra. Gracias a ese referente, estudió periodismo y comunicación. En el último año de carrera estuvo en Estados Unidos y se enamoró de un chico alemán. La realidad norteamericana le hizo abrazar la idea de Europa y aprobó las oposiciones a la UE: “Al final fui corresponsal de guerra de la información, desde las trincheras de los valores europeos”.

4) Su madre y su primera jefa personalizaron sus modelos. La energía y el conocimiento de esta última le llevó a liderar la campaña internacional de promoción de Colombia con solo 22 años. En el mundo del turismo aún recuerdan el éxito de esa estrategia que, como mínimo, provocó un debate sobre nuestra mirada a Colombia.

5) Con 17 años se quedó sin padre. “Soy hija, madre de dos buenas personas y esposa y me gusta la fórmula 1, las motos, las montañas, el canyoning, el rafting…”. Pasión y ganas no le faltan y su vida profesional transcurre en paralelo. Con optimismo emprendió una etapa de cinco años en Toulouse desarrollando el Airbus A350 y le comunicó la noticia a su marido diciéndole que le había tocado la lotería. Tuvo un despacho en mitad de un taller de 1500 trabajadores a los que se presentó –labor en la que invirtió un mes- en un ejercicio de liderazgo humano. Un ejemplo de autoestima consistió en comprar un espejo de tres metros por dos para el baño de su casa: “Me levanto todas las mañanas y me miro… en cada mujer hay una gran persona y profesional que debe mirarse al espejo y venirse arriba para afrontar el futuro”.

6) La mentalidad abierta de su madre, profesora y años más tarde cuidadora de su hijo, le hizo crecer en su vida personal. En la laboral, su referente fue la gerente del grupo Ruber. Paso a paso y aprendiendo todos los días de su experiencia y de sus compañeros pudo montar su propia empresa.

Cada párrafo escueto corresponde a una mujer extraordinaria. Por orden de texto, las vivencias son de Inés Huerta, magistrada del Tribunal Supremo; Irene Navarro, presidenta de la Asociación de Mujeres Directivas y Empresarias; María Andrés Marín, directora de la Oficina del Parlamento Europeo para España; Natalia Bayona, directora de Innovación, Educación e Inversiones de la Organización Mundial del Turismo (OMT); Maria Teresa Bustos, presidenta de Ellas vuelan alto y directora de la fábrica de Airbus Operations; y Miriam Vieco, consejera delegada de Clinicas Vieco.

Las seis participaron en dos mesas redondas organizadas por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nebrija dentro de la II Jornadas Mujeres para quitarse el sombrero, que, con motivo de la Semana de la Mujer, organizan el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales (INCP), la Escuela Politécnica Superior, las facultades, la Biblioteca Nebrija y Global Campus Nebrija.

No tan vanidosas

Aunque los ámbitos jurídicos, empresariales y periodísticos estuvieron presentes en los debates moderados por Ester Mocholí, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nebrija, y Helena López-Casares, doctora en Ciencias Empresariales (especialidad neurociencia cognitiva) y profesora de la Universidad Nebrija, las seis atraparon la atención del público –en la sala y en sus casas, conectados a la sesión- con su experiencia personal y sus trayectoria profesional en una demostración de igualdad de género y conciliación. “Somos mujeres valientes y resilientes”, advirtió Irene Navarro. Incluso, alguna de las ponentes tiró de las orejas a la universidad convocante del acto haciéndole ver que el salón de actos donde se desarrolló el coloquio estaba decorado con muchas más fotografías de hombres que de mujeres.

En la primera mesa redonda, Inés Huerta consideró que, aunque “las generalizaciones me dan miedo”, las mujeres no son tan vanidosas como los hombres, “que se entusiasman como pavos reales” cuando los alaban. La magistrada del Tribunal supremo recordó que el 55,75 % de los jueces de España son mujeres y alabó la magnífica capacidad para opositar que tienen ellas. Confesando que “el aliento machista lo he sentido puntualmente, pero cuando era mayor”, Huerta aconsejó a las jóvenes tener seguridad en sí mismas, acostumbrarse a hablar o debatir, salir a la palestra, cultivar una mirada generosa y abierta al mundo y “trabajar, trabajar, trabajar”.

Irene Navarro ahondó en esos temas: “Las mujeres tenemos los mismos derechos, pero no las mismas oportunidades. Estamos en una fase fantástica, debemos ser visibles, empujar a las que van a venir, nosotras somos hormiguitas, pero debemos contar y comunicar”. La presidenta de la Asociación de Mujeres Directivas y Empresarias aprovechó la ocasión para ponderar la labor de mujeres como Pilar Muro –“la esposa de Publico Cordón, como la conoce la gente”-, que se convirtió en la empresaria del sector sanitario más importante de Europa, e Isabel Sola, que desde el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC está desarrollando con su equipo la “vacuna española” contra la covid-19.

La resiliencia, la autoestima, la empatía, el sentido del humor, la responsabilidad, “sacar fuerzas de flaqueza en situaciones drásticas” y la introspección “para conocerte a ti misma” son valores que, de acuerdo con la directora general de la empresa NFC-Network y cofundadora del Instituto Español de la Resiliencia y del Foro Europeo de la Resiliencia, la mujer ha de seguir aplicando en su día a día.

Arrimar el hombro

La brecha salarial entre géneros (la diferencia en el salario por hora medio bruto que ganan los hombres y el que ganan las mujeres) en la UE es del 16,3 %. María Andrés Marín comentó estos datos de la Comisión Europea para evidenciar la realidad económica de nuestro entorno. Asimismo, la pandemia, según la directora de la Oficina del Parlamento Europeo para España, ha agravado el “sufrimiento” de las mujeres en tres frentes: el sector hospitalario, en los servicios y el turismo –donde la presencia femenina es mayoritaria- y en la conciliación. “Hay que conseguir la corresponsabilidad, compartir las tareas cuando nos casamos y tenemos hijos… hay que crear referentes. El feminismo no puede ser un machismo en minifalda, que los hombres y las mujeres arrimen el hombro para conciliar”, sostuvo.

Como sus compañeras de mesa, María Andrés Marín quiso dar algunos consejos para las nuevas generaciones de mujeres y hombres: invertir en inteligencia emocional, saber gestionar las emociones y desarrollar el pensamiento crítico.

La segunda mesa redonda reflejó también el tono reivindicativo, argumentativo y motivador del primer coloquio. Tras la intervención telemática de Natalia Bayona, centrada en la transformación digital, la innovación y el emprendimiento, asuntos que ella impulsa desde la OMT “para cambiar los modelos existentes”, tomó el relevo Maria Teresa Bustos, presidenta de Ellas Vuelan Alto y directora de la Fábrica de Airbus Operations, líder mundial en fabricación de componentes aeronáuticos de materiales compuestos.

Cuando llegó a puestos de dirección, supo que era como una directora de orquesta “que tiene que conseguir el mejor sonido de todos los instrumentistas” tocando en conjunto. Sin embargo, no olvida su visión crítica: “Las empresas tienen que trabajar para que mujeres muy buenas estén en los mejores sitios que tienen que estar”.

Su capacidad de transformarse y de estar abierta a nuevas oportunidades le hizo pasar de su primera idea de diseñadora de motores a trabajar en Airbus al ver como un avión planeaba en sus instalaciones de Getafe. Echó una instancia y, pasado el tiempo, la entrevistaron y la contrataron por “mi motivación y mi mente innovadora”.

Cerró el diálogo Miriam Vieco, que abogó por una mayor presencia femenina en los puestos de liderazgo en el sector sanitario. Un viaje por los Emiratos Árabes Unidos, que le abrió la mente, y su intensa carrera profesional dentro del grupo IDC hospitales y Quirón Salud le llevaron a crear su propia empresa: Clinicas Vieco, con sedes en Madrid, Sevilla y Argamasilla de Alba. “Las mujeres debemos quitarnos las tradicionales mochilas de responsabilidad para nuestro propio crecimiento personal y familiar”, afirmó.

Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.

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