El pasado viernes 16 de abril se celebró la final de la XXIII edición del Premio Jóvenes Emprendedores, un concurso en el que la Universidad Nebrija, en colaboración con diversas empresas e instituciones, fomenta el espíritu emprendedor de los estudiantes preuniversitarios de nuestro país. Se trata de un certamen en el que sus protagonistas tienen la oportunidad de demostrar su creatividad, determinación y, sobre todo, su capacidad de emprendimiento mediante la definición y conceptualización de un proyecto de empresa. BATI, Off Tackle y T-Cart fueron los tres proyectos que, desde Las Palmas y Madrid respectivamente, inundaron de “emprendizaje” el salón de actos del campus de Princesa.
Los tres grupos de trabajo, que sumaban un total de trece participantes, defendieron sus proyectos de forma virtual ante un jurado profesional, constituido por María Sánchez del Corral, vicepresidenta de MKT y CEO de Sowhat.team, Lourdes Hernandez-Aja, directora de Marketing y Servicios en Calidalia, y por el actual coordinador del Máster en Creación y Dirección de Empresas y Director de la Asociación de Marketing de España. Tras una breve introducción en la que se explicó la trayectoria de la presente edición y las condiciones de la final, los promotores de cada proyecto comenzaron sus defensas: disponían de cinco minutos para exponer sus ideas de negocio, lapso al que se sumaban quince minutos más para que el jurado plantease sus dudas y observaciones.
Off Tackle o cómo reutilizar zapatos rotos
Diego Miras, Ismael El Rez Pérez, Eduardo Gil y Eduardo Faro, alumnos del Colegio Nuestra Señora Santa María de Madrid, abrieron el turno de defensas mediante la exposición de su proyecto: Off Tackle, una empresa destinada a la fabricación de suelas de micelio personalizadas para su incorporación a distintos tipos de zapatillas o zapatos. Se trata de una idea innovadora que avala la economía circular en tanto que aspira a la reutilización del zapato, independientemente del desgaste de su suela. Por tanto, aunque los promotores afirmaron que su producto podía destinarse a todos los públicos, resaltaron la importancia que tendría para las personas con menos recursos. “Cada vez que se desgasta la suela del zapato, lo tiramos sin valorar que, quizá, el resto de la zapatilla está en condiciones óptimas” sentenciaba Ismael.
Miras, por su parte, explicó que “Off Tackle es una empresa que se compromete con la sociedad, pero también con el medio ambiente”. Los cuatro jóvenes habían realizado una investigación sobre las propiedades del micelio, un material duradero, flexible y biodegradable. El micelio surge a partir de un talo de hongos que dejarían fermentar para crear los moldes de las distintas suelas, así que, además de crear una empresa social, habían creado una empresa ecológica, factores que el jurado resaltó en su posterior intervención.
Bati: (Las Palmas de Gran Canaria). El supermercado sostenible para los alérgicos
A continuación, nos trasladamos hasta Las Palmas de Gran Canaria para que Laura Gil, Marta González, Hugo Moya e Ignacio Pérez, alumnos del Colegio Santa Teresa de Jesús, nos presentaran su proyecto. BATI es un nuevo supermercado enfocado en la población alérgica española, que representa casi un 30% del total, pero destinado a todas las personas que apuesten por la sostenibilidad. El objetivo social de BATI (Bienestar. Alergias. Tolerancias. Inmunología.) “es ayudar a este sector de la población y además cuidar el medioambiente” utilizando fórmulas como el método a granel y recompensando económicamente a los clientes que depositen el plástico usado en los contenedores de los supermercados BATI. Finalmente, sentenciaban: alérgico y no alérgico, BATI es tu supermercado”.
Concluida su defensa, el jurado procedió con sus observaciones. Lourdes apuntó que era “muy acertado apostar por la sostenibilidad porque se utiliza una cantidad de plásticos brutal” y, por lo tanto, ella les recomendaba situar esa idea “en un primer plano”. Asimismo, el jurado preguntó por el tipo de posicionamiento de la empresa y planteó una serie de recomendaciones que, esperaban, fueran “de gran ayuda para hacer realidad vuestro proyecto”.
T-Cart. El carrito interactivo para clientes con discapacidad sensorial
Por último, cuatro alumnas del Colegio Nuestra Señora de Santa María defendieron T-Cart, una empresa basada en la fabricación de un carrito interactivo, diseñado para facilitar la compra de los clientes con discapacidades sensoriales. Ángela Fernandez, Lucía García, Carlota de la Perdosa, Candela Trachsler y Laura Moreno explicaron que este carro de la compra incluía una pantalla interactiva situada en el manillar.
Esta pantalla se conecta con una aplicación móvil desde la que el consumidor puede escribir su lista de la compra. Automáticamente el carrito organiza los productos de la lista en función de los distintos pasillos del supermercado y, acto seguido, inicia la función GPS que guía al usuario por el supermercado. Así pues, aunque las estudiantes confirmaron que “el carrito ayuda a las personas invidentes porque cuenta con voz asistida y sensores de choque”, quisieron destacar que este producto “está destinado a cualquier persona que quiera comprar de forma más rápida, sin perderse por los pasillos del supermercado en busca de un producto”.
Cuando terminaron la exposición, el jurado valoró positivamente su idea. “Me ha gustado sobre todo el hecho de que hayáis encontrado ese hueco en el mercado, porque la verdad es que no se están teniendo en cuenta las dificultades que la población invidente tiene en una tarea tan cotidiana”, concluyó María Sánchez.
La defensa de los tres proyectos finalistas había terminado. Ahora el jurado tenía que deliberar, motivo por el que la Universidad, durante el tiempo que duró la deliberación, compartió un vídeo que resumía los mejores momentos de las pasadas ediciones de este certamen. Se apreciaban diferencias, pues antaño fueron presenciales, pero el espíritu emprendedor y la ilusión de los estudiantes se mantenía intacta.
Después de un cuarto de hora aproximadamente, se procedió a compartir el fallo del jurado. Este equipo de profesionales que había considerado “la originalidad, la viabilidad del proyecto y la presentación del mismo”, determinó que T-Cart se impusiera en la primera posición. Off Tackle y BATI, ocuparon la segunda y tercera posición respectivamente. En cualquier caso, este grupo de alumnos preuniversitarios debían estar satisfechos, pues se habían “enfrentado a muchos retos hasta llegar a la gran final”, finalizaba el moderador.
