Orgullo, sentimiento de pertenencia, origen, raíces, romper los estereotipos. Esto son los valores que la última campaña de Cruzcampo, Con mucho acento, ha puesto sobre la mesa, “reinvindicar el acento desde su singularidad”. Esta campaña, que se volvió viral en pocas horas tras su publicación, es obra de la agencia de publicidad Ogilvy y, en concreto, de los directores creativos y antiguos alumnos de Nebrija Juan Pedro Moreno y Javier Senovilla.
Los dos alumni han asistido a un encuentro con los alumnos del Grado en Publicidad y Relaciones Públicas para explicar el proceso de construcción de esta campaña integrada “en la que todas las áreas de la agencia han tenido una importante implicación”, explicó Juan Pedro Moreno.
Ambos creativos hicieron hincapié en que “una gran campaña empieza por un anunciante valiente, porque los publicitarios podemos tener buenas ideas, pero necesitas un cliente que confíe en ti y en ellas, esto no pasa mucho y cuando surge hay que aprovecharlo”. De esta manera, con una relación de muchos años con la marca, Ogilvy se atrevió a plantearles la idea de resucitar a Lola Flores con tecnología deep fake para transmitir el mensaje de orgullo por las raíces y el acento, no solo de Andalucía –origen de la marca Cruzcampo- sino por todos los que confirman las singularidades de España.
Juan Pedro Moreno aseguró que “Cruzcampo representaba un reto porque tiene una crisis reputacional y es complejo porque a pesar de los prejuicios es líder de ventas”. Cruzcampo buscaba un nuevo reposicionamiento para tener un objetivo y una guía a largo plazo para redescubrir su identidad.
Para ello, desde la campaña, explicó Javier Senovilla, “se creó un territorio en torno al acento, con todos los conceptos e ideas relacionados dentro de este territorio para crear una visión completa y tener un amplio recorrido visual para todos los canales y plataformas en los que estaría la campaña Con mucho acento”.
Cuando presentaron esta idea a la marca con una maqueta, desde el principio contaron con la aprobación de Cruzcampo y de la familia Flores, pero no fue fácil todo el camino. La pandemia llegó y les paralizó a mitad de rodaje del anuncio que tuvo que ser suspendido. Con los bares cerrados la marca no podía invertir en una campaña de tal magnitud, pero Ogilvy consiguió, con algunos planos rodados, hacer pequeños anuncios de apoyo a los bares. “Esto es gracias a la creatividad de un gran equipo. Podéis hacer lo que queráis”, dijo Moreno.
Pasados los primeros meses más duros de la pandemia, la agencia recibió la aprobación de Cruzcampo para lanzar la campaña. Durante todos estos meses, Ogilvy pudo afinar la tecnología deep fake y el sonido para que la imagen de Lola Flores “resucitada” fuera lo más fiel posible a la imagen real de la Faraona. “La implicación de todos los departamentos de la agencia, de la casa de sonido, la productora y la postproducción, e incluso de la familia, llegó a un nivel personal”, aseguró Senovilla.
Los dos creativos explicaron que el éxito de la campaña no se mide solo en visualizaciones, inversión, éxito de ventas o likes en redes sociales, sino que se ha conseguido “crear debates en torno al mensaje lanzado, la ética de usar la tecnología deep fake, romper los estereotipos y los prejuicios del sur o de los acentos y sentir orgullo del lugar al que pertenecemos y nos hace diferentes y singulares”, concluyó Moreno.