La III Semana de Iniciación a la Investigación, organizada por la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie de la Universidad Nebrija, finalizó con la entrega de premios a los proyectos presentados por los alumnos. Después de cuatro jornadas intensas de ponencias, talleres y una visita al Instituto de Cerámica y Vidrio, dependiente del CSIC, los estudiantes presentaron sus iniciativas en tecnología piezoeléctrica.
El equipo integrado por Lola Castelo, Jaime Fernández Elegido, Ángela Jiao de Lucio, José Ángel Sánchez Curto y Damián Casamitjana se erigió en el ganador de esta edición. Cada uno recibirá 100 euros y, sobre todo, un espaldarazo a su futuro laboral.
“Ganar el premio ha sido importante para nosotros, un paso más que nos ayuda a seguir; además hemos pasado tiempo juntos experimentando nuevas tecnologías”, comentó José Ángel Sánchez Curto. Su compañera Ángela Jiao de Lucio añadió que “colaborar con compañeros de otros grados, en el campo de la investigación te da diferentes visiones que te enriquecen”. Todos creen que la piezoelectricidad, “una opción verde y de futuro”, puede llegar a ser un ámbito interesante en su carrera profesional.
El resto de grupos estuvieron formados por Nicolás Arce, Kenia Navarro, Sara Marcos, Jaime Navarro, Adalberto Argüello, Sofía Laiz, Víctor Agudo, Beatriz Gómez Espuelas, José Luis Díez Pérez, Gonzalo León, Laura Alonso y Gianluca Ferrara. Todos son estudiantes de ingeniería (industrial, mecánica, informática, del automóvil y de diseño) de diferentes cursos.
Jurado de expertos
El jurado estuvo compuesto por Rafael Barea, coordinador de Profesores en el Área de Ingeniería Industrial en la Universidad Nebrija; Ismael Payo, docente investigador del grupo MANTIS de la Universidad de Castilla-La Mancha; Alberto Moure, investigador del Instituto de Cerámica y Vidrio, CSIC; Javier Aranceta, director de la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie, y Carmen Iniesta, coordinadora de la Cátedra.
José Luis Olazagoitia, investigador principal del Grupo GREEN en Ingeniería de Vehículos y coordinador del Grado en Ingeniería del Automóvil de la Universidad Nebrija, y Jordi Viñolas, director de la Escuela Politécnica Superior, también asistieron a la última jornada de la III Semana de Introducción a la Investigación.
Entre elementos piezoeléctricos, imanes, circuitos amplificadores, osciloscopios y excitadores, los alumnos se esforzaron para poder obtener con sus experimentos la máxima cantidad de energía del sistema. Expresado de forma más técnica: “obtener la máxima cantidad de energía durante tres segundos de un cantiléver operando en tres condiciones diferentes”.
Carmen Iniesta reflejó con sus palabras el espíritu de la Semana: “Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Sois estudiantes especiales; el hecho de que os hayáis embarcado en esto dice mucho de vosotros”. Mientras Rafael Barea destacó las presentaciones de los alumnos, “que dan muestra de vuestra valía”, Alberto Moure les instó a seguir indagando en esta tecnología.
“Escrupulosos” en las prácticas
Por su parte, Ismael Payo valoró el esfuerzo de los estudiantes “de ceñirse al método científico y ser escrupulosos en las prácticas”. Javier Aranceta, que desveló el nombre del grupo ganador, elogió, en una intervención en remoto, a los grupos de “entusiastas” que se enfrentan con dificultades en el mundo de la investigación, pero también recordó a los futuros ingenieros no descuidar aspectos como los plazos o la presentación a la hora de proporcionar documentos a los que toman las decisiones.
Precisamente otros de los elementos que evaluó el jurado fueron los informes que entregaron los alumnos sobre la primera parte de la Semana. En uno de ellos, José Ángel Sánchez Curto, Ángela Jiao de Lucio, Jaime Fernández Elegido y Gianluca Ferrara plasmaron: “El objetivo de esta Semana es la familiarización con la tecnología de los materiales piezoeléctricos. Esta tecnología es algo muy reciente que consideramos puede ser un gran invento en un futuro no tan lejano debido a su gran potencial. La capacidad que tienen estos elementos para crear campos eléctricos al ser excitados mediante vibraciones o esfuerzos de compresión los hace un sustituto perfecto a los sensores tradicionales, y no sólo eso, sino también como pequeñas fuentes de alimentación para circuitos eléctricos simples”.
Asimismo, Jose Luis Díez Pérez, Laura Alonso, Beatriz Gómez Espuelas y Lola Castelo explicaron en otro documento que las pisadas al caminar o los neumáticos de los coches, al aplicar dinámicas de piezoelectricidad, podrán generar energía limpia.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.