Las reglas no escritas del contexto laboral
Vivimos en un mundo complejo, cada vez más exigente en el que tenemos que estar en continuo aprendizaje, adaptándonos a las circunstancias en las que nos encontramos en todo momento, tanto a nivel personal como profesional.
Aprendemos desde pequeños a desenvolvernos en diferentes contextos y a tratar con todo tipo de personas, lo que nos hace desarrollarnos, evolucionar y enfrentarnos al mundo que nos rodea de forma exitosa.
Una vez que nos formamos en una profesión y nos adentramos al mundo laboral, tenemos que poner en práctica todo lo aprendido, tanto a nivel técnico como al profesional y personal.
No somos máquinas desempeñando un trabajo, somos personas que, además de realizar un trabajo, lo hacemos en un contexto social; por eso tenemos que aprender a comportarnos bajo las reglas no escritas por las que se rige el mundo de la empresa.
La importancia de saber decir “no”
En el entorno laboral, ayudar y hacer favores a tus compañeros hace que tú te sientas bien y que los trabajadores se sientan a gusto, contribuyendo a trabajar en un buen clima laboral. No obstante, cuando por costumbre siempre suelen ayudar las mismas personas o existe gente que intenta escaquearse de su trabajo para que lo hagan otros, no genera un clima agradable.
Seguro que conoces a alguna persona con un alto grado de empatía que no sabe decir que no a un compañero y antepone lo que otros quieren en lugar de manifestar sus propios intereses. Esta persona suele realizar tareas de otros o hacer continuos favores, aunque no tenga tiempo para hacerlos, por no saber decir que no. Como consecuencia, se siente agobiada porque no le da tiempo a hacer todas las funciones y se enfada consigo misma porque quería haber dicho que no, pero se siente incapaz de hacerlo o incluso se siente culpable solo de pensarlo. Este sentimiento aparece porque nos han educado y reforzado en cooperar y ayudar al resto.
Aprender a decir “no” es elegir qué hacer con tu tiempo y tus recursos. Esto no quiere decir que siempre tengas que priorizar lo que tú quieres, sino que elegir cuándo, cómo y dónde hacerlo para que los demás no se acostumbren a que siempre vas a estar disponible y accesible para ellos. Es muy importante hacerle ver a la otra persona tu punto de vista, poniendo límites de forma asertiva, teniendo en cuenta los sentimientos de la otra persona y hablando bajo los valores de la educación y el respeto. Por eso, desde el Club Alumni Nebrija, te damos las claves para conseguirlo:
Estrategias para aprender a decir “no”
- Sé honesto. Si no lo haces, la otra persona lo más probable es que te siga insistiendo.
- Cuida tu lenguaje no verbal. Si pones una excusa y mientes, tu lenguaje corporal te delatará y crearás una incongruencia en el mensaje por lo que la persona desconfiará.
- Utiliza el estilo de comunicación asertivo. Expresa tus opiniones y pensamientos de forma directa, respetando a los demás y a nosotros mismos.
- Ten claro cuáles son tus valores y actúa acorde ya que, si no lo haces, te estarás fallando a ti mismo.
- No des explicaciones de más, ni te vayas por las ramas. Se contundente y firme en la respuesta.
- Acepta que no a todo el mundo le sienta bien un “no”. Entiende su punto de vista, pero mantente firme en tus límites. Conseguirás que te respeten.
- Es imposible dejar de sentir culpabilidad, aunque sea un poco, ya que desde pequeños nos han enseñado a cooperar y a no ser egoístas ni egocéntricos.
- No te muestres siempre accesible ya que siempre recurrirán a ti.
- Si ves que una persona siempre te suele pedir un mismo favor y sospechas que es porque no sabe hacerlo, intenta dedicarle un tiempo a explicarle cómo se hace o dónde puede aprenderlo para que deje de recurrir a ti.
- Haz un listado de situaciones frecuentes en las que te piden favores y practica cómo responderías de forma asertiva diciendo que no.
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¡Nos vemos en el siguiente artículo!
Autora: Sonia Mediavilla Martín Club Alumni Nebrija