Los XIII Premios Magisterio distinguieron, en una gala celebrada anoche en CaixaForum Madrid, el modelo de presencialidad híbrida emprendido por la Universidad Nebrija. Cristina Villalonga, directora de Global Campus Nebrija, al frente de un equipo que ha logrado en “un tiempo récord” impulsar un sistema innovador en la educación “en un contexto complicado”, quiso compartir, junto al rector José Muñiz, este galardón con los estudiantes, con los profesores, y en definitiva con toda la Comunidad Nebrija.
Tras agradecer el premio a Magisterio y al Grupo Siena, Villalonga explicó que el modelo de presencialidad híbrida es un proyecto de transformación digital basado en la innovación educativa que, “más allá de la transformación de los espacios tanto físicos como virtuales”, ha logrado “un sentido pedagógico adaptado a este nuevo entorno”. Este esfuerzo se ha traducido en un total de 4 500 beneficiarios directos, más de 100 espacios digitalizados y más de 400 horas de formación a docentes y estudiantes en competencias digitales y transformación metodológica, que han valorado de forma excelente.
De esta forma, la presencialidad híbrida ha permitido dar una respuesta “prácticamente inmediata” a la pandemia, motivada por la experiencia en el ámbito de la formación online y semipresencial y la investigación en metodologías para los medios digitales realizada por Global Campus Nebrija, la sección de educación digital de la Universidad.
José Muñiz, en su intervención en el acto de entrega de los Premios Magisterio, destacó la “integración natural de la tecnología” en el modelo de Nebrija, que atiende, de una forma distinta, en estos contextos híbridos y virtuales, a las reglas de la atención o de la percepción.
“Magnífica” labor
En la clausura de la ceremonia, Pilar Alegría, ministra de Educación y Formación Profesional, elogió el comportamiento “ejemplar” de los estudiantes en estos casi dos años de pandemia y la “magnifica” labor que desempeñan los más de 750 000 profesores y maestros de España y su influencia “a lo largo de nuestra vida”. Además, instó a la comunidad educativa “a seguir aportando vuestra visión y vuestros proyectos innovadores”.
La ministra también se refirió a temas de actualidad como la búsqueda de una formación “más competencial” que dote a los estudiantes de “mejores herramientas para desenvolverse ante los nuevos retos” y al Proyecto de Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, “en la que estamos trabajando intensamente para que sea profundamente consensuada”. Sobre esta normativa, Alegría apostó por una formación profesional “más dinámica y que nos permita dotarnos de esos nuevos perfiles técnicos que nos están demandando las empresas y el tejido productivo de nuestro país”.
La ministra de Educación y Formación Profesional amadrinó el homenaje que Magisterio tributó a la comunidad educativa canaria, y en concreto a la de La Palma, por las dificultades atravesadas desde la erupción del volcán. Gregorio Cabrera, director general de Ordenación, Innovación y Calidad del Gobierno de Canarias, recogió la mención especial a la Consejería canaria de Educación. La Mención Especial Docente recayó en Ingrid Mosquera por su proyecto #CharlasEducativas, que conecta a docentes de todo el mundo para que compartan su experiencia personal en el aula.
El potencial de la educación
Los representantes de organizaciones, asociaciones, empresas y entidades académicas tomaron nota de las palabras del médico y divulgador Mario Alonso Puig, que inauguró el acto de los Premios Magisterio. “Un buen sistema educativo y un profesor que verdaderamente sea capaz de sacar tu potencial te transforman la vida. Enhorabuena a los premiados por ser ejemplares a la hora de trasmitir la educación”, reflejó.
En su discurso, Puig relató cómo el Valle de la Muerte en California, el lugar más caluroso de la Tierra, apareció de repente sembrado de flores. Pocos recordaban que hacía meses había llovido. Las semillas non estaban muertas, sino dormidas. Aquella agua despertó las semillas y esa tierra que parecía muerta empezó a florecer. “Eso es la educación, –aclaró- ayudar a sacar el potencial dormido que muchas veces parece que está muerto, ayudar a que florezca y alcance su plenitud”.
Para alcanzar esta meta, el médico enumeró cinco elementos “que, si los pones en juego, siempre llama al potencial humano a emerger y florecer”: querer a las personas -“el ser humano necesita cariño y autonomía”-, creer en ellas “más de lo que ellas creen en sí mismas”, valorar, desafiar y apoyar y acompañar “a quien comparte destino contigo”. Puig señaló que “a todos nos gusta quedarnos en nuestra cuadrícula mental”, pero aconsejó albergar “el espíritu aventurero de apoyarnos unos a otros para superar, como Alejandro Magno en su avance hacia la India, nuestras propias cordilleras del Hindukush”. Antes de la subida al escenario de cada uno de los galardonados, Mario Alonso Puig verbalizó otra reflexión: “Todos somos necesarios, queridos, en este barco que está haciendo frente a aguas turbulentas, no hay nadie que sobre. Si cumplimos estas cinco cosas, podremos vivir al nivel de salud, de bienestar, de prosperidad, de relaciones y de felicidad que realmente nos corresponde”.
Todos los galardonados
Aparte de la Universidad Nebrija, los premiados de esta XIII edición fueron: Identitas, por su proyecto de educación personalizada y de desarrollo armónico de la identidad personal; Science Bits, en la categoría de Metodologías Innovadoras; Fundación Princesa de Girona, por su programa Generación Docentes; World Central Kitchen, en la categoría Acción Social; Puy Du Fou España, por su apuesta innovadora de ocio educativo; L’Oréal Professionnel París, por su compromiso con la formación a profesores y alumnos con contenido de tendencia; la Consejería de Educación de Castilla y León, por su Programa 2030 para favorecer la Educación inclusiva, y Newtral, por su contribución al fomento del pensamiento crítico.
Texto: Javier Picos. Fotos: Jorge Zorrilla / Magisterio
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