Los ingenieros, atrapados en sus burbujas de resolución de problemas prácticos, necesitan apegarse a las exigencias de una sociedad cambiante. Ante esta realidad, las universidades aportan unas metodologías avanzadas de formación. Representantes de algunas de las más punteras de Europa y Asia se reunieron en una jornada integrada en la IV Semana de Iniciación a la Investigación y organizada por la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie.
Los planteamientos y las visiones de los profesores y de los investigadores pueden optar por caminos diferentes, pero todos plantean fórmulas innovadoras sin perder de vista el acceso al mercado laboral. En la inauguración del encuentro, Javier Aranceta, director de la Cátedra, ya resumió el espíritu del debate: “Una cosa es tener el título de ingeniero y otra cosa es ser ingeniero. Ha de estar atento a lo que demanda la sociedad; aparte de cultivar un conocimiento en disciplinas como termodinámica o física, tiene que trabajar otro tipo de habilidades desde un entorno social y empresarial”.
Recordando que la esencia de la universidad es docencia e investigación, José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija, apeló a una serie de ideas y variables “transversales” de la formación en ingeniería. Algunos como el dominio de la materia, la comprensión, la captura de la atención, el “aprender haciendo” (learning by doing) o la importancia de la evaluación los repitieron la mayoría de los ponentes.
Pistas internacionales
En la jornada celebrada en el Campus de Madrid-Princesa, hubo una relevante representación de universidades internacionales. Ermira Junita, profesora titular del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Putra de Malasia (UPM), defendió un currículo académico diseñado “para anticiparse a los cambios globales, tecnológicos y educacionales del futuro”. La Universidad de Putra, fundada en 1931, cuenta con 28 000 estudiantes de 80 nacionalidades. Su Facultad de Ingeniería, con 78 laboratorios, impulsa más de 30 másteres. Uno de los aspectos más punteros de su experiencia docente es el concurso de alumnos en certámenes nacionales e internacionales. “La competición les da algo extra, los trabajos en equipo son excelentes para motivarlos”, apuntó Junita.
Francia es uno de los referentes mundiales en el estudio de ingenierías. La Escuela Superior de Tecnología Industrial Avanzada (ESTIA), una institución de educación superior “de interés general”, autorizada para expedir el título de Ingeniero y miembro de la Conférence des Grandes Ecoles, tiene 1000 alumnos y 16 dobles grados internacionales, ya ha alcanzado la 21º promoción y, gracias a su impulso, se han creado 150 empresas. Amélie Hacala, directora del programa de Máster de Ingeniería, abogó por una “innovación presente las 24 horas en el aprendizaje”, por unas “fuertes” relaciones entre la universidad y las empresas y por el desarrollo de competencias técnicas y soft skills (habilidades interpersonales).
El Tecnológico de Monterrey (México), como otras instituciones de referencia, pone en el centro a los futuros ingenieros y a su formación integral. El profesor de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Carlos Rafael Gijón, que lleva cuatro años colaborando con la Universidad Nebrija, definió un modelo que incorpora retos que deben superar los alumnos. “Esta propuesta tiene riesgos y es disruptiva, pero con ella el alumno alcanza competencias necesarias”.
“Aprendices activos y flexibles”
La Universidad de Mondragón representa un caso de éxito de una cooperativa en la educación. Nekane Errasti, coordinadora de Ingeniería de la Escuela Politécnica, reivindica la relevancia “de “transformar la sociedad a través de la preparación y la transferencia del talento, ligado este concepto a las personas capacitadas que aporten valor”. Que los alumnos sepan expresarse y que sean “aprendices activos y flexibles” y ciudadanos del mundo fueron algunas de las ideas que verbalizó Errasti. El aprendizaje basado en proyectos, las denominadas “aulas de empresas” –espacios cuya investigación y conocimiento están financiados por las empresas- o la promoción de la imaginación y la creatividad conformaron otras de las claves que, en su opinión, pone en marcha la Universidad de Mondragón en sus estudios de ingeniería.
Carmen Iniesta, coordinadora de la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie, explicó cómo la celebración de jornadas como la Semana de Iniciación a la Investigación Nebrija redundan en una formación práctica de los futuros ingenieros. Dentro de este encuentro, un equipo compuesto de docentes e invitados expertos plantean a meritorios alumnos retos tecnológicos. La competición, el trabajo en equipo, el carácter interdisciplinar del proyecto, la toma de conciencia de la investigación y el conocimiento de una tecnología concreta –en esta edición corresponde a los materiales con memoria de forma- son otros de los rasgos de unos premios que cumplen su cuarta edición.
Las Jornadas Internacionales de Transversalidad en la Docencia configuran otras de las ideas puestas en marcha por la Universidad Nebrija que entroncan en metodologías audaces. Sus mentes pensantes, Alicia de la Peña, directora del Instituto Nebrija para el Desarrollo de Competencias, y Rocío Santamaría, responsable del Centro de Escritura Nebrija, las definieron como “jornadas por y para el profesorado”. El encuentro, que escribe en junio su quinto capítulo, “ofrecen tiempo y espacio de intercambio entre docentes, generan sinergias y conocimiento interdisciplinares, orientan la docencia como laboratorio de la vida y exploran distintas modalidades de enseñanza”.
Además de contar el recorrido de las Jornadas, De la Peña y Santamaría reivindicaron la implantación en las ingenierías y en los demás grados de las key skills, que comprenden habilidades como la empatía, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la capacidad de liderazgo o la interculturalidad. En la Universidad Nebrija estas capacidades están adheridas a los idiomas, las competencias profesionales, las asignaturas interdisciplinares, los clubes y el Centro de Escritura, que, gracias a tutores voluntarios, ofrece orientación sobre la escritura académica a los estudiantes. Además, las dos profesoras instaron, especialmente a los ingenieros, a cuidar sus destrezas de oratoria y presentación de sus trabajos fin de máster.
“No hay dos ingenieros iguales”
Fernando Blaya, vicedecano del Colegio de Grado y Técnicos de Madrid (COGITIM), clausuró el debate sobre la metodología docente aplicada a la ingeniería. Habló directamente a los alumnos de ingeniería: “Habéis acertado estudiando estos grados porque cuentan con una gran demanda, pero después tenéis que marcaros un buen itinerario, con una buena formación y una buena empresa”. Informarse adecuadamente de todo y no meterse en páginas de empleo generales fueron otros dos consejos que dio Blaya. “Está todo por hacer, nada tecnológicamente dura diez años, haced cosas, pasadlo bien, no os distraigáis, la innovación la tenéis incorporada. No hay dos ingenieros que tengan el mismo título que sean iguales”, precisó.
En su discurso, hubo espacio también para las reivindicaciones: “Reclamo a la administración que el perfil de docente no se acredite solo con perfiles de investigadores y científicos, debería ir acompañado de perfiles mixtos de profesionales que sigan trabajando en la industria”. Asimismo, reclamó que la modernización de la universidad ha de ir acompasada por la modernización de los colegios profesionales.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.
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