Un innovador, un auténtico moderno y el pionero en la defensa de los derechos de autor. El legado de Antonio de Nebrija sigue vivo 500 años después. Así lo subrayaron grandes expertos en su figura durante la conmemoración del Día de Nebrija en la 81ª edición de la Feria del Libro de Madrid.
En esta jornada conmemorativa, la Feria del Libro acogió, entre otros actos, la mesa redonda Conociendo a Nebrija. Fue un encuentro organizado por la Universidad Nebrija y la Fundación Antonio de Nebrija. El objetivo era dar a conocer la figura del gramático en el marco del V Centenario de su Fallecimiento, que tiene lugar este año. Esta conmemoración era un evento “inamovible” en el calendario, según aseguró Eva Orúe, directora de la Feria del Libro.
Conociendo a Nebrija en la Feria del Libro
En la mesa redonda moderada por la directora de Comunicación de la Universidad Nebrija, María Gil, se pusieron de relieve aspectos relacionados con Nebrija que siguen vigentes. Entre ellos, el gramático fue pionero en reclamar los privilegios de impresión. Sería el equivalente a lo que hoy llamaríamos derechos de autor, para impedir la piratería, utilizando la terminología moderna, un asunto pertinente en el marco de la Feria del Libro.
“Parte de sus libros son los primeros que se editan en Salamanca. Pide un privilegio real a la reina para que en todos los reinos de castilla no se pueda editar ni reimprimir esos libros durante un periodo de años. Es una cosa novedosísima porque el autor queda protegido por esos privilegios reales de Isabel la Católica, Carlos I y Felipe II, que van a seguir manteniendo sus nietos y probablemente algún bisnieto. Toda la familia de Nebrija vivió del muerto por lo menos durante la primera mitad del XVI”, detalló Juan Gil, catedrático de Filología Latina, miembro de la Real Academia de la Lengua y presidente de la Comisión Científica Nacional del V Centenario.
Su papel en el desarrollo de la imprenta en la corona de Castilla también fue fundamental, tras haber conocido esta innovación durante su estancia en Bolonia. De hecho, uno de los primeros libros que se imprimen son sus Introducciones latinas. “Nebrija estaba íntimamente ligado a esa revolución tecnológica, que no nos imaginamos lo que supuso hace 500 años. Fue el primer paso a la democratización de la cultura y el saber, y ahora estamos en el segundo paso”, manifestó Luis García Jambrina, profesor de Literatura Española en la Universidad de Salamanca, escritor y autor de la novela El manuscrito de niebla.
Gramática castellana
En el Día de Nebrija en la Feria del Libro también se subrayaron otros aspectos de la figura del sabio de Lebrija, amante de los libros, impulsor de la imprenta y librepensador. “La Gramática castellana revela lo revolucionario que fue Nebrija. Entonces no se entendía una gramática de una lengua vulgar, porque la gente la aprendía desde su infancia. No entendían la importancia de fijar las reglas. En eso fue absolutamente visionario. En su época no se le reconoció, pero gracias a él, el castellano tiene sus reglas fijadas y es una lengua con prestigio científico”, opinó Eva Díaz Pérez. Escritora, periodista, directora del Centro Andaluz de las Letras, y autora de la novela El sueño del gramático.
“Una de las cosas afortunadas del V Centenario es que hemos bajado un poco del pedestal a Nebrija y habita entre nosotros”, agregó Díaz Pérez. “Aunque es una persona muy estudiada en ambientes académicos, esta conmemoración va a servir para reconocerlo como uno de los nuestros”.
Una gramática moderna
Por su parte, las Introducciones latinas de Nebrija fueron “el manual de finales del XV y todo el XVI”, sostuvo Juan Gil. “El latín que se sabía en España se basaba en manuales anquilosados. La gran aportación de Antonio de Lebrija es crear un manual muy sucinto, bien pensado, que desbanca a toda esa roña medieval y permite entrar en otro mundo”, manifestó el autor del ensayo Antonio de Lebrija. A las puertas del viaje de Cristóbal Colón, Nebrija “se da cuenta de que la lengua española va a ser exportada”, agregó el académico.
Además, en una época en la que el latín era el equivalente a nuestro inglés internacional, Nebrija comenzó a pergeñar la Gramática castellana con todo el peso del entorno político del momento. “A punto de caer Granada, se abría puerta a nuevos súbditos de la corona que no hablaban el idioma. Y el cardenal Cisneros visionaba toda la gran campaña que iba a realizar el rey Fernando para expandirse hacia Jerusalén”, apuntó Agustín Comotto, escritor e ilustrador, autor del cómic Nebrija.
Nebrija librepensador y educador
García Jambrina estimó que la gran lección de Nebrija fue la libertad de expresión, de pensamiento y de conciencia, para lo que le hizo falta valentía y someterse a un proceso inquisitorial del que salió absuelto. “No fue un simple gramático”, consideró. Y parafraseó las palabras del sabio en su Apología (1507), perfectamente vigentes hoy: “¿Qué diablos de servidumbre es esta, o qué dominación tan injusta y tiránica, que no se permita, respetando la piedad, decir libremente lo que pienses? ¿Qué digo decirlo? Ni siquiera escribirlo escondiéndose dentro de los muros de tu casa, o excavar un hoyo y susurrarlo dentro, o al menos meditarlo dándole vueltas en tu interior.”
Por último, José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija y presidente de la Comisión Interadministrativa del V Centenario del Fallecimiento de Nebrija, puso de relieve la faceta como educador del polímata. “Es un universitario de pies a cabeza. Para ser universitario, hay que tener pasión por saber, querer aprender. Su espíritu de libertad y el concepto de libertad de cátedra van en ese sentido. No se puede investigar sin libertad. Tuvo ideas muy modernas en cuanto a la educación. Nebrija es el faro e inspiración para los universitarios”.