La IV Semana de Iniciación a la Investigación, organizada por la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie, desembocó en la entrega de premios a los proyectos de los equipos multidisciplinares integrados por alumnos de distintos grados y cursos. En esta ocasión, los futuros ingenieros tuvieron que resolver un reto basado en los materiales con memoria de forma y, en el último día de la Semana, presentar su metodología y sus hipótesis a un jurado experto y a sus propios compañeros en el salón de actos y en los laboratorios.
Después de unas jornadas intensas de sesiones prácticas y clases magistrales de expertos internacionales y nacionales, el máximo galardón recayó en el grupo compuesto por Víctor Agudo, Alejandro Riego, Jorge Santiago Salazar, Irene Ferrer y Guillermo Nicolás Pérez-Toril. Cada uno de ellos recibió 100 euros, y todos los participantes, un diploma acreditativo y un recuerdo de las jornadas.
Propuesta original
En opinión de Javier Aranceta, director de la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie, “la Semana es algo a lo que difícilmente se le encuentra analogías en otras escuelas o facultades”. Esta iniciativa va orientada al aprendizaje por proyectos -adquirir de forma práctica competencias en distintas materias- “pero quiere dar un paso en una dirección diferente: quiere promover entre los estudiantes el espíritu de la investigación”.
Los profesores enseñan conocimientos básicos sobre alguna tecnología que no suele formar parte del aprendizaje habitual o reglado como la termoacústica, la termoelectricidad, la piezoelectricidad y los materiales inteligentes, las protagonistas de las últimas cuatro ediciones de la Semana. Después viene un reto, “algo que suponga pensar de forma diferente, que suponga enfrentarse con unas herramientas y conocimientos muy limitados, como puede ser habitual en el entorno de la ciencia avanzada”.
Para Aranceta, los estudiantes seleccionados y reconocidos por su trabajo a lo largo del curso viven “un conjunto de emociones interesantes” y un contacto directo con investigadores de la talla del Jet Propulsion Lab, de la NASA, del KTH, Suecia o, en esta edición, del Departamento de Tecnologías Aeroespaciales de la Universidad de Putra, de Malasia. “Enfrentarse al reto en grupo y competir contra los otros grupos, algo frecuente y común en el entorno de la investigación, les da un plus de interés puesto que, al final, el equipo ganador se lleva, además del reconocimiento correspondiente, un premio en metálico. Que haya alumnos de ediciones pasadas que quieran repetir y que el boca a boca haga que estudiantes de otras facultades quieran participar nos indica que la orientación de esta Semana genera interés”, indica el director de la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie.
Láser, espejo e hilo SMA
La práctica de esta edición, como explica, de una forma técnica, Carmen Iniesta, coordinadora de la Cátedra, consistió en el posicionamiento de un puntero láser sobre una superficie graduada, controlando el giro de un espejo sobre el cual rebota el haz de luz del láser. El control de giro del espejo se realiza a través del control de la deformación de un hilo SMA (Shape Memory Alloy) sometiendo dicho hilo a cambios de temperatura. El hilo se comprime ante aumentos de temperatura y tiende a recuperar su forma original ante descensos de temperatura. Cuando el hilo SMA se comprime, el espejo girará en un sentido, y cuando se descomprima, el espejo girará en el sentido contrario, asistido por un pequeño muelle. El calentamiento del hilo SMA se provoca mediante la activación de resistencias de potencia que disipan calor. El efecto térmico de memoria es una característica de las aleaciones (SMA) que, dependiendo de la temperatura, regresan a su forma original después de una deformación.
Un gran aprendizaje y exigencia, una experiencia multidisciplinar y enriquecedora, el trabajo en equipo, la colaboración, el descubrimiento del mundo de la investigación y la demanda de más tiempo para haber desarrollado mejor la práctica fueron algunas de las ideas y conceptos que más repitieron los alumnos implicados durante la exposición de sus proyectos.
“Captar vocaciones”
Los grupos de alumnos becados de la IV Semana estuvieron formados por Víctor Agudo, Sara Marcos, Iván Maria Garcia, Guillermo Nicolás Pérez-Toril, Patricia Zapico, Lucas Lopez, Jacobo Castracane, Mercedes Masaveu, Íñigo Sobera, Laura Trigo, Alejandro Geppert, Laura Alonso, Alejandro Riego, Irene Ferrer, Jorge Santiago Salazar, Sofía Rodríguez de Ledesma, Diego Sanz, Ángela Jiao de Lucio, Julio del Valle, Renato Agustin Montenegro, Roberto Sánchez Cano y Lucía Gómez Corbatón.
El jurado del Premio estuvo compuesto por Javier Aranceta, director de la Cátedra Global Nebrija-Santander en Recuperación de Energía en el Transporte de Superficie; Carmen Iniesta, coordinadora de la Cátedra, y José Luis Olazagoitia, investigador principal del grupo de investigación GREEN, que, en alusión a los alumnos, consideró la Semana “una oportunidad de daros a conocer lo qué es la investigación en unas jornadas muy condensadas en las que habéis sacado lo mejor de cada uno, en las que habéis aprendiendo cosas y que luego funcionen, y en las que habéis superado el síndrome del impostor -¿qué hago hago yo aquí si no sé nada?-”.
Álvaro Bustinduy, vicerrector de Investigación de la Universidad Nebrija, y María Vaíllo, directora del Servicio de Investigación, entregaron los diplomas de las IV Jornadas. “Estos días han supuesto una gran aportación a vuestro aprendizaje y son necesarias para captar vocaciones para la ciencia y la ingeniería”, dijo Bustinduy a los futuros ingenieros.
Otro de los hitos de la IV Semana de Iniciación a la Investigación fue una jornada sobre metodologías docentes en ingeniería con representantes de universidades europeas y asiáticas.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.