“Desde la Universidad Nebrija creemos en la educación como el camino transformador para ayudar a los individuos a realizarse. Que se desarrolle un ciclo de formadores como éste en nuestra casa es todo un honor, no en vano llevamos el nombre de una gran humanista del renacimiento que nos enseña mucho hoy y lo lleva haciendo desde hace 500 años”. Con estas palabras, Manuel Villa-Cellino, presidente del Consejo Rector de la Universidad Nebrija y presidente de la Fundación Nebrija, arrancó el acto de clausura del programa Despierta, crea, transforma organizado por la Fundación Créate.
Se trata de una propuesta que pretende formar a docentes de Primaria, ESO y Bachiller para fomentar el emprendimiento y la innovación desde la enseñanza, que sean ellos desde las aulas los que promuevan a través del trabajo por proyectos el desarrollo de las competencias claves para la vida.
En su discurso de bienvenida, Villa-Cellino destacó “la importancia que la Universidad Nebrija le otorga a conceptos como exigencia o esfuerzo”, por ello alentó a los participantes en el programa a “transmitir pasión por saber y pasión por emprender a sus alumnos” sin olvidar “la capacidad de exigencia y esfuerzo algo que está impregnado en el ADN de los empresarios”.
Durante 17 sesiones, profesores y profesoras han bajado del atril para volver a ser alumnos. Juntos han aprendido a crear herramientas para trabajar por proyectos de manera transversal en distintas áreas de conocimiento. Como ejercicio final, divididos en cinco equipos, los docentes, reconvertidos en alumnos, presentaron a modo de elevator pitch sus proyectos basados en un tema concreto: el ocio en las nuevas generaciones.
Tras su exposición, los equipos recibieron el feedback de María del Mar Martínez Cosentino, consejera del Grupo Cosentino y vicepresidenta de la Fundación Eduarda Justa; Fernando Salazar, presidente de CESCE; Eduardo Petrossi, consejero delegado de Mahou y vicepresidente de la Fundación Mahou; Isabel Hernández, directora de la Fundación SAGE, Francisco Hortigüela, director general de AMETIC y Gregorio Martínez, director de Relaciones Institucionales de la Universidad Nebrija.
Entusiasmo por enseñar
Clausuró el acto Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo que lleva más de 20 años impartiendo cursos y dedicado a investigar cómo desplegar el potencial humano. “Vosotros sois el ejemplo de lo que es el entusiasmo por enseñar. Me gusta llamaros maestros porque tenéis la capacidad de cambiar la vida de vuestros alumnos. A mí me la cambió uno que tuve con nueve años que me hizo sentirme profundamente querido, apoyado y valorado en sus clases. Fue el único 10 de mi historia en el colegio”.
Puig defendió la importancia de la creatividad en la educación, instó a los participantes a abrir los ojos y les recalcó que “no hay un solo ser humano que no sea creativo y que no sienta la necesidad de comunicar su creatividad”. Lo que sí podemos es bloquearla con una mala praxis que encorsete al alumno y no lo deje volar.
Salirse del contorno
Recordó los nervios de su hija. A sus cuatro años ya estaba estresada coloreando un círculo porque su profesora le había dicho que no se podía salir del redondel.
“¿Y si te sales qué pasa?”, le preguntó Puig a la pequeña. “Hazlo”, le instó.
Cuando lo hizo, su mano y su mente se relajaron tanto que una vez terminado fue capaz de ver en el dibujo un pájaro volando. “Estamos llenos de redondeles. La pasión, la energía y la creación salen cuando nos salimos del redondel. Sin curiosidad, sin atreverte a romper los límites no hay creatividad. Solo los locos que han tirado de la creatividad han hecho avanzar al mundo. No lo olvidéis, vosotros estáis aquí para engrandecer la vida de muchos seres humanos”, concluyó.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.