Cuenta la historia que la primera fotografía de moda data de 1850, época en la que la condesa Virginia Castiglione fascinó al mundo dejándose fotografiar con cada uno de sus ostentosos vestidos. Así, la amante de Napoleón III se consagró como la primera modelo en la historia de la moda. Lo cierto es que tuvieron que pasar unas décadas y un cambio de siglo para que las primeras fotografías de moda con fines comerciales florecieran en las páginas de las revistas de moda reemplazando así a los dibujos.
Conscientes de la importancia de la imagen, los alumnos del Grado en Diseño de Moda protagonizan la I Exposición de Fotografía de Moda que se exhibe en la Galería Planta 1 (calle de Valentín Beato, 11, 1º C) hasta el 10 de noviembre y que ha sido inaugurada por Pablo Álvarez de Toledo, comisario de la muestra y director del Departamento de Artes.
“A mí me ha tocado el honor de elegir una serie de fotos, imágenes que nos hacen soñar, instantes de trabajo, de obra en proceso que representan vuestro trabajo. Como alumnos os habéis intentado meter en los zapatos de grandes fotógrafos de moda y se nota que os habéis divertido”, recalcó Álvarez de Toledo que estuvo acompañado en la inauguración por Marta Perlado, decana de la Facultad de Comunicación y Artes y por Sonia Lázaro Vaquerizo, coordinadora del Grado en Diseño de Moda.
“La idea de la exposición surgió desde la asignatura Fotografía de Moda como una oportunidad para demostrar que en el grado no sólo nos dedicamos a diseñar ropa, sino que los alumnos, durante sus años de estudio, recorren todo el proceso, de manera que salen preparados para dedicarse a cualquier ámbito de todos los que orbitan en el mundo de la moda”, matiza la coordinadora del Grado de Moda.
Para evitar encorsetamientos, la primera aventura gráfica de los alumnos se ha basado en una temática libre, “por eso no hemos querido ponerle un título a la exposición de fotografía”. Son parte de los trabajos prácticos que los estudiantes han elaborado en la asignatura de Fotografía, una disciplina que en la moda requiere conocimientos de arte y combina el manejo de la cámara con la dirección de modelos, la de producción y, cómo no, conocimientos de maquillaje y peluquería. La muestra está formada por 12 fotografías y dos editoriales de moda que pululan entre la performance, la crítica social, la mirada clásica, onírica, incluso, extravagante.
Apuestas rompedoras
Por ejemplo, en la propuesta Bailar para crear tejidos, María Rojo se inspira en una actuación de baile cuyos pasos descalzos generaron un estampado textil con el que posteriormente creó una prenda. María Nogales, en su primera apuesta, bebe de fotógrafos clásicos. Su trabajo bautizado como Amor de anticuario rezuma reminiscencias del uso del color de Guy Bourdin y el clasicismo de Norman Parkinson. “Me encanta la perspectiva desde abajo porque creo que empodera. El vestido tenía una gran cola y para que luciera tenía que colocarla en movimiento”. La imagen está tomada en el Museo de Santa Cruz de Toledo. “Mi abuela se hizo la foto de novia en ese patio y tenía que volver con mi creación”. En su segunda foto, Nogales tira del del Street Style de Bill Cunningham y planta una de sus creaciones en plena Gran Vía a la vista del gentío. “Forma parte de un proyecto de estilismo en el que nos pidieron investigar el género genderless. Así que puse al modelo en un paso de cebra, con la intención de pillar las miradas de la gente que no está acostumbrada a ver a un hombre luciendo modelos que la sociedad considera femeninos”.
Para rompedora, la pareja formada por María Cuadrado y Jorge Postigo que posan en la que imagen que han designado como Kagate Akid. “La foto forma parte de un proyecto de revista que llamamos La Davo, porque nos inspiramos en la revista Bravo y esta era la imagen de la sección de deportes, pero como ves, es todo lo contrario”, explica Postigo. Ambos, como el yin y el yang, están a punto de presentar su TFG y sueñan con “trabajar juntos en muchas cosas diferentes para saber de todo y poder vivir de esto”, añade Cuadrado.
Jorge Postigo es también el modelo de Encasillada, una reflexión contracultural que romper con antiguos movimientos para dar paso a una nueva estética punk. Su compañera es la modelo de Cuarzo rosa, el trabajo que firma María Fernández, y que se basa en esta piedra que alimenta “la sensibilidad, la pasión y la fuerza”
La esencia del maestro Irving Penn aparece en Shadows, imagen que es el resultado de cinco firmas y que, al igual que el fotógrafo que revolucionó la moda después de la II Guerra mundial, pretende jugar con las sombras y la iluminación.
En la I Exposición de Fotografía de de Moda de la Universidad Nebrija hay hueco para la discapacidad visual gracias a la propuesta de María Rojo que defiende el derecho de la gente con discapacidad visual a tener la posibilidad de reconocer su vestuario. Por supuesto, también hay espacio para la metamorfosis, esa que te eleva del dolor a la belleza. Nacho Bermejo y su Blue Fairytale recuerdan al espectador que “las alas se tejen en la oscuridad”.
Termina la muestra, o comienza, según se entre, con una apuesta por la libertad de María Menéndez, Carla Merio y Sílvia Sánchez y con el Double Quartz de Sergio Domínguez Sánchez, que, emulando también a Penn en otra de sus facetas, desdobla a la modelo para recordarnos que todos estamos formados por diferentes capas.