La Universidad Nebrija convoca, por tercer año consecutivo, las Jornadas de Peritaje de Obras de Arte. Organizadas desde el Máster en Mercado de Arte y Gestión de Empresas Relacionadas, se celebrarán durante los días 9 y 10 de febrero de 2023 en formato virtual con la intención de ofrecer un evento más equitativo y permitir la participación internacional. En su tercera edición, la primera jornada del simposio, la del jueves 9 de febrero, se centrará en La labor del perito de obras de arte en la detección de falsificaciones de arte. La segunda, el viernes 10, versará sobre Las falsificaciones como mayor anomalía del mercado del arte.
José Luis Guijarro Alonso, doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense y director del máster organizador, aclara que estas jornadas están pensadas para profesionales del mercado del arte, “ya sean especialistas en el campo específico del peritaje o del mercado en general”. Pero también para estudiantes. “De manera especial para alumnos de programas de mercado del arte y para estudiantes de Historia de Arte, Bellas Artes o estudios de conservación y restauración de obras de arte”.
La historia del arte lleva implícita la historia de la falsificación. Es el anverso de una moneda, la cara oculta de la luna, un mercado que mueve dinero en cantidades inimaginables. Por eso mismo, para detectar falsificaciones de arte se necesita, como bien explica Guijarro, “un conocimiento poliédrico, pero básicamente suele poseer dos vertientes. Una que podríamos denominar histórica que tiene que ver con el conocimiento de periodos, técnicas y estilos artísticos, así como de artistas particulares. Y otra segunda, más de tipo científico, para realizar exámenes técnicos como es por ejemplo el análisis de la superficie de una pintura”.
Con el paso de los años, gracias a los avances de la vertiente científica, han caído grandes falsificaciones de arte que durante siglos se pensaron como originales. Asuntos como éste han salpicado a las grandes pinacotecas del mundo. Ni siquiera el Museo del Prado ha resultado inmune. En los años 90 sus responsables se vieron obligados a descolgar dos lienzos (La degollación y La hoguera) que habían sido adquiridos como goyas. Sirva en su defensa que el genio aragonés es uno de los artistas más falsificados del mundo.
“Hoy por hoy, de entrada, el arte que vemos expuesto en las ferias y galerías de arte contemporáneas es auténtico casi al 100%. En el caso de los museos, quizás en ciertos contextos, puedan haberse pasado por alto falsificaciones, pero la mayoría de las grandes instituciones tiene departamentos de investigación encargados de hacer frente a estos problemas”, subraya Guijarro.
El problema de las falsificaciones
Históricamente, el mercado de las falsificaciones de arte ha supuesto un gran problema. Ha sido una de las principales fuentes del descrédito que rodea al mercado junto con otras como el lavado de dinero o la opacidad de la información. “La labor de los peritos de arte, en la medida que tienen como uno de sus cometidos la detección de falsificaciones, resulta fundamental para la buena salud del sistema del arte”. De ahí la importancia de unas jornadas como las organizadas en la Universidad Nebrija.
Sin duda, para reconocer una buena falsificación es necesario dominar los conocimientos artísticos y tener cierta habilidad. Ahora bien, que se luche contra la falsificación no quita que esa misma sea una obra de arte. Puede serlo y así lo afirma el director del Máster en Mercado del Arte y Gestión de Empresas Relacionadas. “Una buena falsificación requiere conocimientos históricos y habilidad técnica para poder engañar. Otra cuestión es el valor cultural y económico que se le concede a esa obra de arte. Viene bien en este momento recordar el caso de artistas como Giorgio de Chirico o Zhang Daqian. Artistas de primer nivel que falsificaban sus propias obras. Las producían y después no las reconocían como propias para descalificar al mercado y a sus expertos”.
El mercado del arte se presenta como un verdadero negocio, dependiendo de con quien se le compare. “Comparado con otros sectores, los aproximadamente 60 billones de dólares que mueve anualmente el mercado del arte no dejan de ser un volumen muy modesto. Ahora bien, es un negocio del tipo winner takes it all. En el que un número muy pequeño de casas de subastas, megagalerías y artistas controlan el 70 u 80% del dinero generado en el mercado. Para el resto de los agentes, se convierte en un juego de supervivencia con márgenes muy escasos”, explica Guijarro.
Por las III Jornadas de Peritaje de Obras de Arte pasarán especialistas en la materia, nacionales e internacionales. Juntos pondrán en común sus experiencias y sus conocimientos. Compartirán su saber para evitar que se repitan historias como la de Oswald Aulestia, artista español al que el FBI bautizó como el Maradona de los pinceles cuya vida y carrera Kike Maíllo ha convertido en documental. Oswald. El falsificador se estrenó el pasado 30 de septiembre en las salas de cine y hoy se puede ver en Filmin.
Alrededor del universo de las falsificaciones siempre pulula cierto halo cinematográfico que alimenta la imaginación de los mejores guionistas. Hasta Orson Welles se dejó seducir por el perfil de Elmyr de Hory y le dedicó su documental F for fake. “Fue un falsificador, sobre todo, de pintores de las vanguardias del siglo XX. Ahora, si me preguntas quien considero que es el mayor falsificador, además de Hory, destacaría también, por el volumen y la importancia de las obras falsificadas, a Pei-Shen Qian. Un artista chino que desde su casa en Queens inundó el mercado con pinturas falsas de primeras figuras como Pollock, Rothko, Diebenkorn o Newman”, concluye.
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