El expresidente del Consejo de Ministros del Perú ofreció la conferencia Perú y el escenario político de Latinoamérica ante un paraninfo en cuya primera fila se encontraban el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y la ex ministra de la Presidencia Soraya Sáenz de Santamaria, actual consejera de Estado y socia de Cuatrecasas.
José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija, dio la bienvenida a los asistentes. Recordó que el acto, organizado por la Fundación Antonio de Nebrija y la Facultad de Derecho y de Relaciones Internacionales, se encuadra dentro de los actos del V centenario de Nebrija. “Si el año pasado nos dedicamos a dar a conocer la figura del gramático, la clave de este año será la importancia de Nebrija en el mundo latinoamericano”.
Para Adela Alija, directora del departamento de Relaciones Internacionales, la presencia de Pedro Cateriano en Nebrija fue todo un honor, “pero sobre todo un privilegio para los estudiantes, en un momento muy complicado y de profunda crisis en Perú”.
Dos veces presidente del Consejo de Ministros de Perú
Antes de dar paso al conferenciante, José Luis García Delgado, director del Observatorio Nebrija del Español, compartió con la audiencia una semblanza de Pedro Cateriano Bellido en la que destacó su talante, siempre al servicio de los intereses del Perú. “Ha sido viceministro de Justicia, dos veces presidente del Consejo de Ministros y, en todos sus cargos, ha dejado su sello de honestidad”, recalcó.
Así las cosas, el autor de Sin anestesia: una década de lucha por la democracia (2021) arrancó su charla lamentando la difícil situación que vive el Perú actualmente.
“En 2021, en el Perú votamos a un presidente sin experiencia, sin preparación académica y sin convicciones democráticas. Pedro Castillo fue llevado al poder por un partido marxista leninista, liderado por un condenado por corrupción. Se sabía que la catástrofe y la amenaza a la libertad iba a ocurrir, lo que jamás pensamos es que fuera tan pronto”.
Golpe de Estado
Durante un año y medio, la gestión de Pedro Castillo en Perú estuvo marcada por la inestabilidad política. Acusado de corrupción, el Congreso estaba votando la tercera moción de vacancia (que es como se denomina en Perú a la moción de censura) cuando el presidente, para evitar que prosperase, ordenó la disolución del Congreso y decretó un gobierno de excepción para ostentar el poder legislativo, judicial y ejecutivo.
Un golpe de Estado “que no tuvo éxito porque de forma inmediata las fuerzas armadas peruanas no lo apoyaron. Algo digno de destacar puesto que, históricamente, las fuerzas armadas han apoyado las dictaduras de derechas y las de izquierdas. En esta ocasión, actuaron respetando el orden constitucional y el golpe de Estado fracasó”, señaló Cateriano. El presidente se vio sin apoyo y detenido.
En ese contexto, la vicepresidenta, Dina Boluarte, asumió la presidencia “de manera absolutamente legal. Ella, que fue una aliada política de Castillo, rompió con él cuando vio que traicionaba la democracia. Boluarte no es la traidora, es Castillo quien traiciona a la democracia”, afirmó tajante.
Según Cateriano, la conducta golpista de Castillo tuvo un rápido apoyo internacional. “De manera sorprendente, los presidentes López Obrador de México, Petro de Colombia, Arce de Bolivia y Fernández de Argentina salieron en defensa del corrupto y cínicamente encubrieron su acción ilícita. El peor fue el mexicano, presidente de un país que siempre ha enarbolado el principio de no intromisión. López Obrador denunció que Castillo había sido detenido sin mandato judicial”.
En medio del caos en Perú
Dina Boluarte, ante la timidez del parlamento, presentó a la opinión pública la realidad de lo ocurrido. “Las imputaciones de corrupción no provenían de sus adversarios, se originaron dentro de un grupo de colaboradores íntimos de Castillo”.
En medio del caos establecido, el expresidente del Consejo de Ministros de Perú recordó que llegó un momento en el que la izquierda dejó de pedir la liberación de Castillo para abogar “por una convocatoria de elecciones para impulsar una asamblea constituyente”.
Según sus palabras, la intención de esta asamblea sería modificar el texto de la constitución. “El gran argumento para esta modificación suele ser un régimen económico abusivo. Lo curioso de esta crisis política en Perú es que el dólar no se ha disparado. Antes teníamos un Estado sin dinero y ahora tenemos un Estado con dinero que las autoridades no saben gestionar”, se lamentó el expolítico.
Prejuicios ideológicos y políticos
Para Cateriano la esencia de esta crisis está en los prejuicios ideológicos y políticos, que “en Latinoamérica tienen un espacio importante”. Puso como ejemplo el gas en una época en la que se ha convertido en un bien muy preciado. “A Perú le sobra el gas, sin embargo, hay una postura de obstrucción a la inversión nacional y extranjera. Somos un país rico en que por motivos ideológicos y de prejuicios políticos no explotamos el gas”, se quejó. “Pocas veces hemos visto un país rico sometido a la destrucción por la demagogia y el populismo de las izquierdas. Al final, estos destruyen los débiles sistemas democráticos latinoamericanos”.
Sostiene Cateriano que esta situación no solo se da en Perú, “también en México, en Colombia, en Argentina, por no nombrar el caso boliviano”. Le parecen señales de alarma que desde la distancia no se aprecian. “Mecanismos que utilizan estos gobiernos para perpetuarse en el poder. El caso más claro es el de Hugo Chávez, que llegó al poder a través de unas elecciones. Hoy el país no se libra de su figura”.
Positivo como es, Cateriano confía en que finalmente la presidenta Dina Boluarte pueda lograr el adelanto de las elecciones y Perú pueda salir de esta crisis. “No podemos destruir la democracia para que se perpetúen gobiernos dictatoriales. La democracia es una forma de gobierno para servir al pueblo, no para servir a los partidos. Ojalá los peruanos logremos salir de esta época tan inestable”, concluyó.