María Lafuente

María Lafuente reta a los futuros diseñadores

Las creaciones de María Lafuente surgen de un diálogo entre lo individual y lo universal. Esta diseñadora, todo un referente de la moda sostenible a nivel internacional, trabaja el alma de sus creaciones basándose, entre otras cosas, en una danza perfecta entre el arte, la innovación, las tradiciones, la poesía, la naturaleza y la música. Una danza con la que lo único que pretende es reivindicar un estilo de vida comprometido.

La primera mujer que ha obtenido el premio a la Diseñadora del Año de la Universidad Nebrija acaba de participar en la ultima edición de la Mercedes-Benz Fashion Week con Inefable y esta semana ha dado su primera clase magistral a los estudiantes del Grado de Moda.

Como recordó Sonia Lázaro, coordinadora del Grado de Diseño de Moda, ser Diseñadora del Año no significa recibir un premio y punto. “Vais a tener la oportunidad de trabajar y presentar vuestros proyectos lejos de la carga emocional que supone tener que sacar unas asignaturas. Es un trabajo más, pero no lo sintáis como un quehacer extra puesto que trabajar con María Lafuente será una oportunidad de elaborar currículo, un camino más hacia el aprendizaje y el desarrollo personal creativo”.

María Lafuente, ‘Inefable’

Así, en su primera clase, esta nieta de sastre a la que le gusta presumir de esa magia de la genética que se salta una generación, compartió con los asistentes un vídeo con imágenes de su última colección, Inefable, que aterrizó en la pasarela bajo un lema que la define por completo. “Lo que pienses, lo serás; lo que sientas, lo atraerás; lo que imaginas, lo crearás”. Si de algo está convencida esta creadora es que nada sucede por casualidad. “Las personas llegan a tu vida para algo. Van y vienen. Unas se quedan para siempre y, otras, cuando han terminado su función continúan su camino”.

Inefable rezuma patrones orgánicos y arquitectónicos confeccionados con esa técnica que los diseñadores y diseñadoras llaman moulage. Una técnica que se utiliza en el diseño de moda y que consiste en patronar directamente sobre el maniquí de costura (o modelo). La colección brota de una escala cromática absolutamente en sintonía con la naturaleza y gracias a la perfomance de la Joven Compañía de Danza de Castilla y León se convirtió también en un alegato contra la violencia de género.

Así las cosas, a nadie le extrañó que como propuesta de trabajo retara a los alumnos a crear “un accesorio, pieza o prenda centrada en el concepto de la sostenibilidad y con el denim como material principal”. Les invitó a pensar en el momento vital en el que se encontraban. “Tenéis que pensar en aquí y ahora y sentiros libres a la hora de trabajar. Si queréis mezclarlo con cualquier otro material es vuestro momento de eclosión creativa”.

Libertad total

Por supuesto, les permitió libertad total para trabajar de manera individual o colectiva, pero como apuntó Sonia Lázaro: “La individualidad es muy fácil de manejar desde el concepto de la creatividad, En equipo hay que tener mucha generosidad para renunciar a tu ideal en favor del resultado colectivo”.

Una vez terminada la clase magistral, María Lafuente dejó 45 minutos para bocetar una primera idea y pasado el tiempo, escuchó una a una las propuestas de los futuros diseñadores y diseñadoras.

Uno a uno, salvo dos equipos, fueron pasando por el confesionario de Lafuente. Como cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre, de ese salón de actos repleto de estudiantes de todos los cursos del grado surgieron los miedos o los que no tienen problemas al hablar con micrófono. Por supuesto hubo quien mostró su trabajo sin rubor fila por fila y quienes rezaban por mantener el misterio por esas cosas del carácter retraído y la timidez.

María Lafuente escuchó sus primeras propuestas con avidez, invitando a aquellos que presentaban más de una propuesta a atreverse con la más complicada. “Eso es lo bueno de ponerse retos, conseguir superarse”, les decía.

Propuestas de los alumnos

Así, María apostó por una gran fiesta, una boda de amigas, “porque si quieres casarte, mejor lo haces con tus amigas”, exclamó en alto. Paula, por su parte, abrumada por la presencia de la diseñadora no pudo ni hablar en alto ni compartir su idea. El caso es que la propuesta de esta alumna de Benicarló rezumaba historia y hablaba más de su creadora de lo que ella quizá fuera capaz de hacer.

Paula escogió una americana deconstruida y además del denim le dijo a la maestra que quería utilizar en su prenda “rejilla de pescador y cristales pulidos” de esos que encontramos a cientos en las playas.

Ella enmascaró los ojos de su maniquí con la intención de que hablara la ropa. Quería “ocultar las emociones pensando en el momento personal de reconstrucción” en el que parece que se hallaba inmersa. María le conminó a buscar personas con las que pudiera desnudarse emocionalmente.

Denim delicado y femenino

Alba, de primero, quiso ofrecer al denim la oportunidad de lucir delicado y femenino. Compartió tres bocetos en los que destacaba un vestido abullonado donde Lafuente reconoció la influencia de Balenciaga.

Y es que, a pesar de su modernidad, María Lafuente tampoco desdeña a los clásicos. “Indudablemente también han sido un referente para mí. Balenciaga, por ejemplo, era un todo maestro. Aunque ya no esté para nada de acuerdo con lo que concibe la marca ahora, él fue toda una inspiración. Para mí son muy importantes las tradiciones y la innovación. Porque sin conocer lo que hemos hecho en el pasado, no podemos saber qué queremos para el futuro”.

La joven, que ha estudiado nueve años en Sudáfrica, contó a sus compañeros que allí los colegios hacen horas de servicio ayudando en orfanatos y comunidades. Se ofreció a ayudarles a reciclar neumáticos para hacer chanclas o zapatos.

Celia quiso celebrar el día de Andalucía dibujando un traje de flamenca. Sol, que adora la vestimenta histórica y quiere dedicarse al teatro, concibió un corsé inspirado en el siglo XVIII, verde porque es su color favorito y el color de la naturaleza.

Sombrero ‘Cloché’

Por su parte, Iraida imaginó un sombrero Cloché o campana, el favorito de las mujeres en la década de los años 20 del siglo pasado. Con él pretendía emular los maravillosos años 20, que en el siglo XXI sería algo así como la vida después del confinamiento. Para su elaboración, además del denim, confesó que utilizaría material de mascarillas para realizar la visera como un homenaje a lo vivido.

Absolutamente seducido por unos vaqueros de Karl Kani, Jorge pensó en rehacer un pantalón con ropa recogida de la basura. Sin embargo, al mostrar su boceto, confesó un problema legal. Porque él quería utilizar un trozo de tela donde estaba serigrafiada la marca casi como un graffiti. “¿Tendré problemas con la marca?”, preguntó. A lo que, tanto María como Sonia, le recomendaron que se pusiera en contacto con sus responsables y directamente les comentara sus cuitas.

Poco a poco fueron todos los alumnos fueron pasando por la mirada de María Lafuente. A todos los emplazó a una siguiente clase en la que deberán llevar su idea totalmente trabajada, de manera que puedan ponerla en práctica.

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