La computación cuántica, una tecnología emergente que utiliza las leyes de la mecánica cuántica para resolver problemas demasiado complejos para los sistemas clásicos, avanza de una forma exponencial. Consciente de esta realidad, el mundo de la educación está dando respuesta al incluir formaciones que puedan alimentar unos perfiles necesarios para la investigación y el mundo empresarial. El Máster de Computación Cuántica de la Universidad Nebrija, entre los veinte más destacados en los escalafones de calidad de todo el mundo -según anuncio Juan Carlos Arroyo, decano de la Politécnica Nebrija-, y dirigido a ingenieros informáticos, matemáticos, físicos, ingenieros de telecomunicación y electrónicos, fue el motor de la jornada Nebrija Quantum Connection, que reunió a expertos de las empresas punteras españolas.
Con el fin de fomentar la computación cuántica como una disciplina cientifico-técnica para el desarrollo y la competitividad, Francisco Gálvez, director del Máster de Computación Cuántica, anunció que la Universidad Nebrija, en su “enfoque práctico” y en su empeño por la aplicabilidad de este campo en determinados sectores de la economía, está ya gestando un grupo de investigación en computación cuántica. A través de esta iniciativa y la organización de sesiones como Nebrija Quantum Connection, la Universidad también quiere aportar su granito de arena para que la irrupción de esta tecnología vaya asentándose en beneficio de la sociedad y del tejido empresarial español.
Crecimiento exponencial
Abrió las ponencias del encuentro Escolástico Sánchez, responsable de la disciplina de Investigación y Desarrollo en Nuevos Negocios Digitales de BBVA, que no dudó en señalar la computación cuántica como una de las tendencias del momento, junto a la inteligencia artificial y el blockchain. “Cuando esta tecnología esté madura romperá con todo porque es más disruptiva que la herramienta ChatGPT”, precisó.
El experto del BBVA explicó el crecimiento “exponencial” en el valor del mercado, en el propio poder de los procesadores (se prevé que alcancen los 10 000 cúbits -bits cuánticos- en 2026), en la inversión (se estima que China ha invertido 15 000 millones de dólares en 2022) y en la demanda de puestos de trabajo, que “se espera que sea tres veces superior a la oferta”. Respecto al sector bancario, Escolástico Sánchez defendió una estrategia de colaboración y una apuesta por solucionar los problemas desde la computación cuántica: “Se ha levantado la liebre y quien no esté ahí es que sufre miopía”.
El vertiginoso desarrollo de la computación cuántica lo personalizó José Camacho, director HPC & Quantum de Atos Iberia y desde hace unos días uno de los responsables en esta materia de Eviden, una empresa de Atos que reúne sus líneas de negocio digital, en la nube y de big data y seguridad. Camacho disertó sobre la computación cuántica como negocio cuyo ecosistema “(aún) está lejos de la realidad”. A pesar de datos inciertos como los presentados en el informe Hyperion Research (2022) que refleja que el 34 % de las compañías no tuvieron ingresos el año pasado, España “está en el primer vagón del tren de la computación cuántica, con una buena situación de iniciativas privadas y públicas, aunque todo se puede mejorar”.
Caramuel y EuroQCISpain
Indra también tuvo presencia en el Nebrija Quantum Connection de la mano de Francisco Sánchez Jimenez, director del programa Indra Digital Labs, que introdujo a los asistentes en los sistemas de distribución cuántica de claves (QKD), “orientados a la seguridad de las comunicaciones desde la confidencialidad”. Aparte de diversos protocolos y modelos de gestión, Sánchez Jiménez detalló dos de los proyectos de Indra: Caramuel, una misión de satélite geoestacionario liderado por Hispasat, y EuroQCISpain, el diseño de una arquitectura nacional para desarrollar un ecosistema de comunicaciones cuánticas y preparar el despliegue a gran escala.
Después de la intervención de Valentin Garcia, director de Innovación de LANTIK (Bizkaia Quantum Industrial Hub) en la que determinó que las tecnologías cuánticas “van a cambiar nuestro medio natural y van a dar a conocer cosas que hasta ahora no conocíamos”, Ismael Faro, arquitecto jefe de la computación cuántica en la nube de IBM, y Vanessa Hernandez, arquitecta de AWS Senior de Amazon, hablaron, en línea, de los productos y servicios de sus empresas. Mientras que Amazon Braket es un servicio para acelerar la investigación científica y el desarrollo de software para la informática cuántica, IBM es una de las firmas que lleva la delantera en innovación con iniciativas como el procesador cuántico Osprey de 433 cúbits y los chips modulares Heron. “En los próximos años podemos llegar a demostrar que un ordenador cuántico podría tomar ventaja sobre la computación clásica en algún problema real”, dijo Ismael Faro.
El talento español
En una de las sesiones que más expectación generó, la mesa redonda sobre emprendedores y startups (empresas emergentes) en computación cuántica, moderada por Valentín García, evidenció la necesaria colaboración entre la empresa y la universidad y la pujanza de los profesionales españoles. Alfonso Rubio, cofundador de Multiverse, destacó ese talento –“cinco de las más importantes empresas que hacen cuántica están dirigidas por españoles”-, pero criticó el exceso de burocracia para llevar a buen término ideas de negocio. Jose Luis Hevia, CTO y cofundador de aQuantum, añadió: “España tiene gente muy buena, con mucho potencial”.
Aitor Ibarra, CEO de Quasar, puso el acento en lo “interesante” de una tecnología que ayuda en el tratamiento masivo de datos y a un mejor procesamiento de la información, y Jose Ramón Martinez, VP Innovación de QUSIDE, en la interacción entre empresas y profesionales.
En la clausura de la jornada, Francisco Gálvez insistió en el compromiso de la Universidad Nebrija a través del Máster de Computación Cuántica, “con un claro enfoque de ingeniería”, mientras el rector José Muñiz instaba a tener la “mente abierta” ante la computación cuántica, un asunto “también de gran calado intelectual”.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.