El 20 de junio se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas. Fue elegido por Naciones Unidas para hacerlo coincidir con el 50º aniversario de la Convención del Estatuto de Refugiados de 1951. Desde 2001, es un día en el que el mundo pone el foco en los derechos y necesidades de las poblaciones refugiadas y desplazadas. Según el último estudio de ACNUR, en 2022 hubo más de 110 millones de personas refugiadas o desplazadas en el mundo. Estamos ante una cifra récord. No son solo números. Estamos ante 110 millones de historias personales, de tragedias de vida que huyeron de sus hogares por muchos motivos y por culpa de guerras como la de Ucrania o Sudán, Estas lamentables cifras suponen un incremento de 19,1 millones respecto al año anterior. El mayor de la historia.
Para conmemorar el Día Mundial de las Personas Refugiadas, la Cátedra global Nebrija – Santander del Español como Lengua de Migrantes organizó el pasado miércoles 14 de junio la grabación de un pódcast en el entrevistaron, por una parte, a Amets Arzallus, autor del maravilloso libro Hermanito (Blackie Books, 2022); y por otra a Tetiana Zhuravel, una joven refugiada ucraniana, usuaria de Cruz Roja donde está aprendiendo español para poder trabajar.
La grabación estuvo orquestada bajo la batuta de Laura Martínez Otón, directora del Máster en Radio Podcast y Audio Digital Cadena Ser, y se publicará el próximo 20 de junio en Radio Nebrija. Voces Sin Olvido.
Arranca el podcast con un impresionante testimonio de Tetiana Zhuravel en el que confiesa que pensaba que con saber inglés sería suficiente para encontrar un trabajo. Y no, no lo es. “Hola me llamo Tetiana Zhuravel, tengo 25 años, soy de Odessa, ciudad del sur de Ucrania, cerca del mar. Llevo en España desde marzo del 22”.
La importancia del idioma para la integración
En la Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados son conscientes de la importancia del conocimiento de un idioma para alcanzar una integración, puesto que parte del procedimiento de acogida siempre pasa por la enseñanza del idioma, en este caso del español. “El conocimiento del idioma es el principal motor para la para la inclusión y para la participación social. La lengua es una herramienta de comunicación y está presente en todos los dominios de nuestra vida, conocerla genera inclusión y un fuerte impacto en el bienestar personal”, explica Margarita Planelles, coordinadora de la Cátedra.
En ella trabajan sobre dos líneas principales. “Tenemos un grupo de investigación de calidad en esta área para estudiar cuáles son los procesos y las mejores formas de enseñar el español. Y, por otro lado, no menos importante, hacemos muchas actividades de todo tipo, sobre todo, enfocadas en la formación. La formación hacia usuarios y la formación de los profesores. No olvidemos que nos movemos en un ámbito es muy marginalizado, muy desatendido. Pretendemos darles a esos profesores, a esas profesoras que están trabajando en este contexto tan específicos, las herramientas necesarias para que el proceso de enseñanza y aprendizaje de la lengua sea fluido y exitoso”, añade.
Los maestros del idioma surgen gracias a una red de Amigos de la Cátedra cuya finalidad es alimentar sinergias que fomenten la inclusión y la participación de las personas migrantes y refugiadas en la sociedad. “Es difícil dar un dato. Desde que está en marcha esta cátedra, como aprendices del idioma han pasado cientos de estudiantes”, desvela Planelles.
Teresa Simón, profesora de Grado y Posgrado en la Facultad de Lenguas y Educación, participa en este proyecto como asistente de la cátedra y explica cómo se preparan los alumnos del máster. Además del conocimiento, Simón hace hincapié en la importancia de conocer las necesidades de las personas migrantes. “Hay muchos factores que entran en juego, como el emocional o el afectivo, además las necesidades de las personas migrantes son más inmediatas. Necesitan el idioma para su día a día. El aprendizaje en esos casos es mucho más oral”, apunta.
Historias de superación
Trufado con la lectura de fragmentos de Hermanito, en el Día Mundial de las Personas Refugiadas, el podcast Voces si olvido avanza hasta que el oyente se topa con la historia de Tetiana Zhuravel que a sus 25 años se vio forzada a abandonar Odesa, la perla del Mar Negro declarada Patrimonio de la Humanidad.
Por culpa de la invasión rusa, Tetiana dejó su ciudad natal, vino a España y aquí ha vivido durante seis meses en el seno de una familia española. En Ucrania trabajaba en una empresa tecnológica como administradora de contenido. “Vine a España porque había buena gente, pero tuve muchas dificultades para encontrar trabajo porque no hablaba bien español. Creía que era suficiente con el inglés, pero en España no lo es”.
Tetiana empezó trabajando en Zara como moza de almacén, pero a su superior no le encajaba que no fuera capaz de hablar español. También ha trabajado como limpiadora y en un hostal. Ahora gracias a Cruz Roja está mejorando su español y realizando un curso de diseño con la esperanza de mejorar su perfil laboral.
Ibrahima Balde
Tras el testimonio esperanzador de Tetiana Zhuravel, Laura Martínez Otón desvela en Voces sin olvido la historia de Ibrahima Balde, un ciudadano de Guinea que después de un periplo de años para llegar a Europa, está intentando encontrar en España un trabajo como mecánico.
Ibrahima es el protagonista de Hermanito de Amets Arzallus, el periodista que gritó al mundo y puso negro sobre blanco la dolorosa historia de este guineano que llegó a Europa hace cuatro años y medio. Su odisea y su intento de reconstruir su vida se ha convertido en el estandarte de aquellos que, como él, abandonaron el horror de la única vida que conocían en busca de un sueño, de algo mejor. Para Ibrahima, como para tantos otros, la llegada a Europa no ha sido la solución sino una odisea más.