Uno de los elementos más especiales de Nebrija es, sin duda, la coexistencia de diferentes culturas con un mismo propósito: Crecer como personas y como estudiantes a través de la lengua española. Bajo esta premisa, cientos de estudiantes procedentes de multitud de países llegan a Madrid cada año al amparo del Centro de Estudios Hispánicos. La ilusión con la que los vemos llegar, torna en una mezcla de tristeza y orgullo cuando los vemos partir con la experiencia adquirida durante su estancia.
EL Centro de Estudios Hispánicos se vistió de gala para despedir a sus alumnos internacionales en el Campus de Ciencias de la Vida en La Berzosa. Pilar Alcover, directora del CEHI, presidió un acto que brilló por su sencillez y emotividad. Estuvo acompañada por Íñigo Sánchez, profesor de Purdue University; y por Kerri Anderson Muñoz, profesora de Auburn University. Los tres dedicaron unas palabras a los alumnos antes de pasar a entregarles los diplomas.
Los emocionados alumnos tomaron la palabra
Era el turno de los estudiantes para despedirse de los que habían sido sus compañeros y para ello subieron al escenario Hannah Butterfield y Sofía Morales, de Purdue University, quienes expresaron su agradecimiento por las semanas que han pasado en Madrid y contaron la importancia del español para ambas en dos contextos vitales diferentes. Morales, de origen puertorriqueño pero que había perdido la conexión con sus raíces; y Butterfield, trabajando en terapia pediátrica con un paciente que solo hablaba español.
Anchisa Nonchaiwat, de la Chulalongkorn University, puso a flor de piel las emociones de todos los asistentes con poema dedicado a la ciudad de Madrid, el lugar “más soleado de mi corazón”, y a su experiencia en Nebrija. Jay Baird, de Auburn University, tuvo miedo de venir a España la primera vez que se lo propusieron, pero esta ha sido su segunda vez con nosotros. La experiencia en Nebrija y poder conocer la cultura española junto a la de los distintos países de sus compañeros ha sido muy importante para Baird.
Una increíble jornada tocó a su fin con una paella valenciana servida en los jardines de La Berzosa, un marco incomparable para pasar los últimos momentos antes de que cada alumno parta de nuevo y lleve a su lugar de origen un poquito de todo lo que han vivido en Nebrija.
Texto: Álex Morales. Fotos: Zaida del Río.