Erguirnos como especie nos sigue pasando factura, nos lleva a un problema “meramente físico”. Ponernos de pie, uno de nuestros hitos evolutivos, nos ha provocado varices, hemorroides, arterioesclerosis, hernia inguinales y discales lumbares y artrosis de cadera, rodilla o tobillo. De este “precio” y herencia disertó, con humor y provocación científica, Gregorio Rodríguez-Boto Amago, director-decano de Medicina de la Universidad Nebrija y neurocirujano en el Hospital Universitario La Zarzuela, durante el solemne acto de apertura del curso 2024-2025 celebrado en el Campus de la Politécnica y Ciencias Sociales en Madrid-Princesa.
“No nos pongamos tristes. Caminar de pie nos ha dado y nos da de comer a los cirujanos, por ejemplo. De hecho, la bipedestación es la causa de la mitad de las intervenciones quirúrgicas actuales y, concretamente, de tres cuartas partes de las intervenciones quirúrgicas de tipo ortopédico”, ironizó tras la presentación académica de Luis Díaz Marcos, director general de la Universidad Nebrija.
Obesidad y tabaco
Ante un auditorio distinguido en el que atendían sin pestañear los primeros alumnos de Medicina de Nebrija, Rodríguez-Boto aludió a dos factores inventados por la “estupidez humana” en relación con las enfermedades relacionadas con la postura erguida: el tabaco, “que empeora la arterioesclerosis en todas nuestras arterias”, y la obesidad, porque los kilos de más “estresan hasta límites insospechados la columna lumbar y las articulaciones de la cadera, la rodilla y el tobillo, amén de sobrecargar el sistema circulatorio de los miembros inferiores de una manera que no se había visto nunca antes en ninguna otra especie animal”. La obesidad y la diabetes (o resistencia a la insulina) “van siempre de la mano” en la denominada diabesidad, la conjunción de diabetes con obesidad.
Entre sus reflexiones, recordó la variabilidad de los sucesos biológicos, “que hace que no haya dos seres vivos iguales en la Tierra, la que nos hace diferentes, irrepetibles, donde radica nuestra grandeza en el caso de los seres humanos”.
Los humanos, en este sentido, “somos insignificantes e intrascendentes como unidades individuales (no como especie), irrepetibles (al menos a día de hoy) pero -en el pecado va la penitencia- también somos los únicos seres vivos que sabemos que vamos a morir”.
Tercera extinción de vida
En los primeros lances de su conferencia, de título El precio de haberse puesto de pie. Porque uno no es lo que quiere ser sino lo que puede o le dejan ser…, Gregorio Rodríguez-Boto, miembro de las Reales Academias Nacionales de Medicina y de Farmacia, así como de la Real Academia de Doctores de España, entre otras, se remontó a los orígenes de la vida -hace unos 3500 millones de años- y al de los humanos tal y como nos conocemos- hace solo 300 000 años-.
En ese hilo argumental, tras hacer hincapié en las dos grandes extinciones masivas de la vida sobre la Tierra, dejó otro elemento para cavilar: “Ya saben ustedes como dice el refrán, que no hay dos sin tres… así que les ruego que reflexionen sobre ello. En realidad, los humanos hemos sido y todavía podemos ser los causantes de la tercera, y quizás definitiva, extinción de la vida sobre nuestro planeta. Con frecuencia he escuchado que los seres vivos que sobreviven a una agresión son los más inteligentes o los que mejor se adaptan. No creo que ni una cosa ni la otra sean ciertas. Si sobreviniera un desastre nuclear planetario, por ejemplo, se dice que los únicos animales que sobrevivirían serían las cucarachas”.
En su relato, aparecieron el uso del fuego, las tres grandes características humanas “que nos diferencian de todas las demás especies y que nos han llevado a dominar el mundo”: la inteligencia, el habla y la oposición completa del pulgar, y la soledad del Homo sapiens, la única especie conocida del género Homo que aún perdura sobre la Tierra. “Es ingenuo pensar que nos quedaremos así, viendo todo lo que ha pasado previamente, pero ¿cuál será la especie que domine la Tierra en un futuro? ¿Cómo y cuándo evolucionaremos a esa nueva especie? A lo mejor ya lo estamos haciendo y no nos hemos enterado”, afirmó.
Lucy, nuestra prima lejana
Después de una introducción didáctica, el director-decano de Medicina ahondó en el hecho de la bipedestación, “el hecho de habernos puesto de pie y de no continuar a cuatro patas”. El fenómeno, anterior al descubrimiento del fuego (en concreto, de hace unos 3,5 millones de años) es de “vital trascendencia”. Y dejó caer varias razones: “Era más fácil ver y anticipar los peligros que nos acechaban (particularmente de otras especies depredadoras), se alcanzaba a coger comida de los árboles y, sobre todo, la postura erguida liberaba las manos para poder dominar con ellas a las otras especies (agarrar objetos para defenderse y atacar, principalmente)”.
Para entender las disfunciones de erguirnos, Gregorio Rodríguez-Boto, Premio al Mejor Trabajo de Investigación de la Fundación Mutua Madrileña en 2005 y Premio de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla a Publicaciones Científicas en 2015, recurrió a una “prima lejana”, a Lucy, de la especie Australopithecus afarensis, que vivió hace unos 3,2 millones de años y que disponía de capacidad bípeda por la disposición de los huesos de su pelvis y de sus rodillas, así como por la robustez de sus brazos.
Y ahí entran en escena la insuficiencia venosa y las varices en un juego de presiones sanguíneas, venas y válvulas. Las varices “son venas subcutáneas anormalmente dilatadas en las piernas a través de las cuales, la sangre fluye hacia arriba demasiado despacio, no fluye o incluso fluye hacia abajo (invirtiendo el sentido normal del flujo). La mayoría de ellas son claramente visibles, aunque las hay puramente internas”.
El director-decano de Medicina, especializado en patología vascular neuroquirúrgica, cirugía de base de cráneo y patología raquimedular, citó el “claro” problema estético que originan las varices y la aparición del dolor, picor y eccema en la piel que las rodea.
Válvulas antirreflujo
El cirujano madrileño-asturiano quiso ir más allá en su argumentación, sin olvidarse de Lucy: “Por encima de la válvula del cayado de la safena, es decir, desde la ingle al corazón, las venas no tienen válvulas antirreflujo. Qué curioso, ¿verdad? ¿Y por qué será? Supongamos que los padres de Lucy todavía caminaban a cuatro patas. En sus cuerpos, la columna de sangre de las grandes venas que van de la ingle al corazón estaba en una posición horizontal”.
“De hecho, en toda la evolución de las especies, desde los peces a los simios, nunca había hecho falta ninguna válvula entre el corazón y la ingle, porque la sangre tenía esa posición horizontal. Las válvulas en las grandes venas por encima del cayado de la safena no habrían tenido sentido, sencillamente porque estaban a nivel de la ingle. Y en esa posición, no hay presión sobre las válvulas de las piernas y, por tanto, no hay varices. La pobre Lucy fue la primera en sufrir esta enfermedad”, añadió.
Ahí no acaban las penalidades de Lucy ni las nuestras. Las hemorroides, las varices de las venas del ano, la dilatación de las venas rectales por la presión de las columnas de sangre, son también consecuencia de ponerse de pie. “En general, las hemorroides no causan grandes problemas, más allá de pequeñas pérdidas de sangre y cierto escozor. Pero si en la vena varicosa se produce una obstrucción aguda debido a una trombosis en su interior, como por ejemplo al pasar mucho tiempo sentados en un avión, puede dar lugar a un dolor muy agudo y muy intenso”, observó Rodríguez-Boto.
El tiempo “necesario” en el retrete
Por otro lado, la defecación “nunca” se ha podido adaptar a la posición bípeda. El gesto de girar la cadera 90 grados para expulsar las heces “exige una presión mucho más alta sobre el esfínter anal y aparecen otros problemas propios de los humanos que los cuadrúpedos no sufren: las fisuras anales, las fístulas anales, los prolapsos y el estreñimiento. Todos ellos son las caras de una misma moneda, de una misma enfermedad y, desde luego, consecuencia de la bipedestación”.
Gregorio Rodríguez-Boto Amago dio un consejo argumentado que sirve para todos los mortales: “El periódico de antes y el móvil o la tablet de hoy día desempeñan un papel importante en todas estas patologías. Si uno se sienta en la taza del váter con ellos, la presión sobre las venas del ano aumenta durante mucho tiempo, empeorando las cosas. Así que recuerden, en el retrete hay que estar el tiempo necesario, ni más ni menos”. Tomamos nota.
Las arterias de las piernas
Hay más problemas vasculares de Lucy, y de nosotros, los Homo sapiens. El fallo más llamativo, a juicio del director-decano de Medicina de Nebrija, está en las arterias que van hacia las piernas.
“Como ahora caminamos `a dos patas´ resulta que después de superar ese ángulo suave y gradual de los cuadrúpedos, las arterias que bajan a nuestras piernas tienen que volver a virar 90 grados en la ingle, pero ahora de forma abrupta”, advirtió. Esta curva supone un estrechamiento que provoca la turbulencia de la sangre que circula por ahí. Esta turbulencia, causa daño en el endotelio del vaso y allí se depositan las lipoproteínas de baja densidad (conocido como colesterol `malo´): “Se desata así la tormenta perfecta para la formación de la placa ateromatosa, para la aparición de la arterioesclerosis que es característica, aunque por desgracia no exclusiva, de las arterias de nuestras ingles. Otra enfermedad que no conocen los cuadrúpedos”.
De acuerdo con el cirujano del Hospital Universitario La Zarzuela, la arterioesclerosis provoca que nuestras piernas no reciban suficiente sangre rica en oxígeno, especialmente al hacer esfuerzo físico. Surge un dolor intenso al caminar que desaparece rápidamente al detenerse. Este cuadro clínico se conoce como “síndrome del escaparate”, porque uno se va parando de escaparate en escaparate para evitar así el dolor en las piernas. Es la “claudicación intermitente de origen vascular”, otra enfermedad “exclusivamente humana”.
“Zona débil”
La debilidad del conducto o canal inguinal es otro de los problemas que arrastramos desde los tiempos de Lucy y su empeño por ponerse de pie. En esa zona “débil”, argumenta Gregorio Rodríguez-Boto, la postura bípeda “hace que la presión de las asas intestinales en esa zona debido a la gravedad sea mucho mayor hasta el punto de que en un momento dado, un asa intestinal se cuela por el conducto o canal inguinal, originando lo que conocemos como hernia inguinal”. De hecho, el hombre moderno tiene un veinticinco por ciento de posibilidades de padecer una hernia inguinal en algún momento de su vida.
Hernias lumbares y artrosis de cadera
Otra de las herencias de la prima Lucy es el peso que recae sobre la parte más inferior de la columna lumbar (especialmente sobre los discos lumbares, aquellas estructuras que sirven de almohadilla entre cada vértebra), pero también sobre las articulaciones de las caderas, las rodillas o los tobillos, “un problema biomecánico de magnitud desconocida hasta entonces”. Así, como explica Rodríguez-Boto, aparecieron las hernias discales lumbares y las artrosis de cadera, rodilla o tobillo, enfermedades que no sufren los cuadrúpedos.
“Estas estructuras anatómicas apenas cargan con ningún peso en la posición horizontal, pero soportan la mitad del peso del cuerpo en la posición vertical. Con el peso de la bipedestación, los huesos soportan bien el estrés biomecánico pero los cartílagos de nuestras articulaciones de cintura para abajo, no. Así, estas estructuras se desgastan antes de tiempo y aparecen los fenómenos “artrósicos” en las articulaciones de los miembros inferiores”, añadió.
La hernia discal lumbar no deja de ser la compresión de las estructuras nerviosas provocadas por el material que se extravasa de la rotura de los discos intervertebrales lumbares. “¡¡¡Pobre Lucy, la que liaste!!!”, remató el neurocirujano.
Hacer pensar pasándoselo bien
Gregorio Rodríguez-Boto, desde el estrado, pero sin perder de vista la cercanía con la audiencia ironizó al final de su conferencia sobre las tesis de su lección inaugural: “No espero que estén de acuerdo con mis reflexiones. Sinceramente, me da igual. Permítanme la chulería castiza, que para algo uno ha nacido en Chamberí. Lo que sí espero y deseo es que esta conferencia les haya provocado, les haya hecho y les haga pensar y si no, que al menos lo hayan pasado bien”.
Lo expresó así un profesional de la medicina con una dilatada trayectoria profesional que incluye haber sido jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda (HUPHM) y contar con una brillante carrera académica como catedrático de Neurocirugía y vicedecano en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, entre otros muchos desempeños. Cuenta con cinco sexenios de investigación y tiene en su haber 170 publicaciones en revistas nacionales o internacionales, 29 publicaciones en libros y monografías y 185 comunicaciones en congresos nacionales o internacionales.
En sus últimas palabras, bien asentado sobre sus dos piernas, se acordó de las tres premisas para ser feliz esbozadas por su “maestro de la Psiquiatría”, el profesor Juan José López-Ibor Aliño: ser generoso, tener sentido del humor y tener sentido de trascendencia. “Por eso no acabamos nunca de ser felices, porque es prácticamente imposible encontrar la trascendencia sabiéndose intrascendentes. Mientras tanto, ustedes intenten ser generosos (esta virtud siempre se acompaña de felicidad), pero, sobre todo, sobre todo, tengan sentido del humor y siempre, siempre, de pie”, concluyó.
Balance del curso pasado
Durante el acto de apertura del curso, Sara Izquierdo, secretaria general de la Universidad Nebrija, hizo balance del ejercicio anterior, aunque “si algo nos gusta en Nebrija es mirar siempre hacia adelante, con las luces largas, para tener muy claro el camino que estamos recorriendo y conseguir los objetivos que nos marcamos”.
Sin perder de vista la clausura del V Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija, una efeméride en la que han participado 100 000 personas en más de 270 actos, el curso 2023-2024 ha dejado grandes noticias como la distinción doctor honoris causa al físico Juan Ignacio Cirac o las creaciones de la Cátedra Nebrija-EGEDA-Platino Educa en Cine, Mujer y Educación (CIMUED) y la Cátedra Global Nebrija-Santander en Migraciones y Derechos Humanos.
Desde “la exigencia académica, la empleabilidad, la transversalidad y el carácter internacional” Nebrija ha acogido el curso pasado a casi 13 000 estudiantes. Los alumni suman más de 53 000, con grandes profesionales como Carlos Franganillo, director de informativos de Telecinco o María Portero, que ha sido una de las encargadas de portar la llama olímpica en los Juegos de París.
Uno de cada cuatro estudiantes de Nebrija recibe algún tipo de ayuda económica. Al presupuesto de más de 5,3 millones de euros se suman las becas financiadas por el Banco Santander y las gestionadas a cuenta del Ministerio de Educación, haciendo un total de más de 6,4 millones de euros destinados a este fin, del que se han beneficiado 4179 estudiantes.
1511 docentes e investigadores
La comunidad universitaria ha contado con 1511 docentes e investigadores y 506 profesionales que forman parte del personal de administración y servicios. La satisfacción de los estudiantes con el claustro ha alcanzado el 8,23 sobre 10.
La investigación presenta las siguientes cifras: 18 grupos de investigación, 199 investigadores adscritos y 33 investigadores colaboradores. En lo referente a la producción científica, la Universidad Nebrija ha elaborado 516 publicaciones incluyendo 333 publicaciones indexadas en la base de datos Scopus y 314 en Web of Science. En cuanto a los proyectos de investigación vigentes durante el curso 2023-2024 ascienden a 34, incrementando el presupuesto total financiado a través de convocatorias competitivas hasta alcanzar los más de 3 130 000 euros.
Durante el curso pasado se han firmado nuevos Convenios de Cooperación Educativa, con 1960 nuevas empresas colaboradoras, lo que eleva a 15 733 el número de empresas e instituciones colaboradoras con nuestra universidad en materia de prácticas profesionales.
Sara Izquierdo también destacó que el indicador Forbes ha situado a la Universidad Nebrija entre las quince mejores universidades de España. Además, el ranking elaborado por la Fundación CyD sitúa a Nebrija como la primera universidad en empleabilidad en los grados de ingeniería y arquitectura, entre otros reconocimientos.
La memoria completa del curso 2023-2024 se puede consultar en este enlace.
“Excelencia con alma”
De la misión universitaria de Nebrija (docencia de calidad, investigación puntera, transferencia del conocimiento y transmisión de la cultura), de la “excelencia con alma”, de la pasión por saber y pasión por emprender, de las líneas estratégicas, del factor humano y del nuevo campus de Comunicación y Artes (San Francisco de Sales) y del edificio Cromosoma (Medicina, en La Berzosa) habló el rector José Muñiz en las postrimerías del acto de inauguración del curso académico.
Hubo más contenido en su discurso: el valor del aprendizaje continuo y de la formación interna, la defensa de una Universidad “sólida”, la definición de unos objetivos “claros” y de una estrategia “bien definida” y la percepción de un equipo humano “motivado y cohesionado”. Como colofón, Muñiz reivindicó una plantilla bien engrasada con la siguiente cita del mítico futbolista Alfredo Di Stéfano: “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
Después de las palabras del rector y del Gaudeamus igitur, el cortejo académico y el resto de la comunidad Nebrija disfrutaron de gratas conversaciones regadas por un vino español en el patio del Campus de la Politécnica y Ciencias Sociales en Madrid-Princesa.
Texto: Javier Picos / Fotos: Zaida del Río / Vídeo: Nacho Nava y Oliver Heras