Después de más de un año del ataque de Hamás del 7 de octubre en Israel que causó 1195 muertos y 251 personas secuestradas, los organismos internacionales y los expertos miran con preocupación el presente y el futuro de un conflicto que se extiende por Oriente Próximo. El Máster en Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija inauguró sus sesiones con la jornada From Gaza to Lebanon: the wars of Israel in the light of International Law and Order en el que, como su nombre indica, los profesores Sonia Boulos (Universidad Nebrija), Michelle Burgis (Edinburgh Law School) y Haizam Amirah Fernández (IE University) apelaron al derecho internacional humanitario.
En la presentación del asunto, Sonia Boulos, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Nebrija, aludió a las “escenas apocalípticas” de la guerra y a la insistencia de Israel de ejercer su derecho a la autodefensa. “No hay duda de que los ataques del 7 de octubre fueron una flagrante violación del derecho internacional y un crimen de guerra dado el ataque indiscriminado a civiles. Sin embargo, incluso la autodefensa tiene sus propios límites; está sujeta al principio de necesidad y proporcionalidad. La conducta de las operaciones militares debe ajustarse al derecho internacional humanitario, incluidos los principios de distinción, proporcionalidad y humanidad. La única manera en que alguien puede creer que las operaciones de Israel cumplen con el principio de proporcionalidad es creyendo que la vida de los civiles palestinos y libaneses tiene tan poco o ningún valor en absoluto”, reseñó.
Las cifras del conflicto
Boulos explicó el contexto del conflicto con cifras. Durante el último año, la ofensiva militar de Israel en Gaza ha matado al menos a 41 909 personas, incluidas 16 756 niños, , con miles más desaparecidos o enterrados bajo los escombros. La ONU advirtió hace tiempo de que Gaza se ha convertido en “un cementerio para los niños”; con 16 756 niños muertos. 902 familias palestinas en la Franja de Gaza, se han desparecido completamente del registro civil. Boulos siguió exponiendo los datos: cada día en Gaza, de promedio, 115 personas son asesinadas, lo que equivale a una de cada 55 personas que viven en Gaza (46 son niños), 266 personas resultan heridas (lo que equivale a una de cada 23 personas en Gaza), 27 personas están desaparecidas bajo los escombros y 5480 personas se ven obligadas a abandonar sus hogares.
Según la revista médica The Lancet, se estima que al menos 186 000 muertes resultaron directa o indirectamente de la ofensiva de Israel en Gaza. Casi 2 millones de palestinos han sido desplazados de sus hogares por la ofensiva militar israelí, alrededor del 90 % de la población. Hasta septiembre de 2024, aproximadamente 500 000 palestinos sufren de “niveles extremos de hambre” en Gaza.
Las líneas rojas traspasadas
A la salida del debate, Haizam Amirah Fernández, analista de Relaciones Internacionales y profesor universitario en la IE University, quiso dejar clara su postura: “En el último año se han traspasado muchas líneas rojas en Oriente Medio en conflictos que parecían, por un lado, gestionados o en un estado durmiente y que han implosionado con una violencia visible ante todo el mundo con consecuencias graves. Cuando se traspasa una línea roja, parece un incentivo para que otros lo prueben y esto afecta a todo el sistema internacional con un nivel de violencia extremo empleado contra civiles con castigos colectivos a gran escala, con destrucción física y humana a niveles y a un ritmo y a una velocidad como no se ha visto en ningún otro conflicto en tiempos modernos, con un uso desmedido de la fuerza y todo esto con un mensaje de fondo de derecho a la legítima defensa”.
El que fuera investigador principal del Real Instituto Elcano hasta mayo de este año hizo hincapié en la “deshumanización, que somete a las más depravadas formas de castigo, destrucción y sufrimiento”. Esta situación, según él, “no está trayendo más seguridad tampoco para la sociedad de Israel, que es lo que ha prometido el gobierno más extremista de su historia encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ni estabilidad para la región; todo lo contrario, está generando odio para generaciones venideras y esto es parte del legado que va a quedar de la presidencia de Joe Biden”.
Haizam Amirah Fernández, en declaraciones a Actualidad Nebrija, señaló que el gobierno de Estados Unidos ha vetado en tres ocasiones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el alto al fuego, “que ha sido un clamor mundial, una petición de la mayoría aplastante de miembros de Naciones Unidas, así como de la población mundial, que permitiera la entrada de ayuda humanitaria y también la liberación de los rehenes israelíes en manos de grupos palestinos”. En su opinión, esto no ha ocurrido por el veto de Estados Unidos que “en Israel y para esta coalición de gobierno extremista ha sido interpretado como un incentivo, una invitación para seguir con la guerra y sobre todo porque la llegada de armas de Estados Unidos no ha cesado”.
“Pasos drásticos”
Asimismo, Michelle Burgis Kasthala, catedrática de Derecho Internacional y Gobernanza Global de la Facultad de Derecho de la Universidad de Edimburgo, al finalizar el debate presentado y moderado por sus colegas de la Universidad Nebrija Carlos López y Sonia Boulos, respectivamente, defendió “adoptar pasos drásticos en todos los niveles”. Considera “difícil” una solución al conflicto a corto plazo. “Creo que Israel no se detendrá. La única forma de que Israel se detenga es cuando se le detiene por otros países. Y esos otros países son los que siguen ofreciendo armas”.
Dentro del aula, manifestó su punto de vista: “No podemos crear una excepción para Palestina en el derecho internacional y decir que el sistema internacional funciona con la excepción de unos pocos casos. Tener una excepción para Palestina tendría efectos devastadores para todo el sistema”.
La investigación y la docencia de Burgis se centran en el derecho internacional público y los derechos humanos internacionales, con un enfoque en la aplicación y la contestación del derecho internacional en el mundo árabe. Antes de unirse a la Facultad de Derecho de la Universidad de Edimburgo, Michelle Burgis fue profesora de Derecho Internacional y Estudios del Medio Oriente durante cinco años en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de St. Andrews.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río