Es un experto y lo tiene claro: “No existe el crimen perfecto. Si todos hacemos lo que tenemos que hacer desde el minuto uno, no se nos escapa nadie”. Así lo aseguró Pablo de la Fuente Rodrigo, agente primero de la Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral de Navarra; y alumni de la Universidad Nebrija.
Las claves de una correcta investigación criminal están repletas de detalles, algunos de los cuales (los imprescindibles para no dar pistas a los malos) desveló De la Fuente en su conferencia “El arte de descifrar el crimen Desvelando los misterios de homicidios reales entre sombras y evidencias”, organizada por el departamento de Seguridad y Defensa de la Universidad Nebrija.
Con una destacada trayectoria al frente de las principales investigaciones de sucesos y desapariciones en Navarra, entre las que se encuentra el caso de “La Manada”, De la Fuente advirtió que, si bien lo del crimen perfecto no es real, hay que buscar soluciones frente a posibles dificultades de la investigación.
Uno de esos contratiempos es luchar frente al factor tiempo. “En una escena de un crimen, cada minuto que pasa se van perdiendo evidencias y no vuelven”, advirtió. Esos momentos son determinantes también en la toma de testimonios. “Nada más llegar a una escena, recogemos testimonios en caliente que son fundamentales en la investigación. Porque al día siguiente ya no quiere testificar nadie, por eso se recogen en el momento”, advirtió, añadiendo que para evitar interferencias es importante que no se junten los testigos ni se comparta información. Es “muy fácil”, aseguró, que la versión de los testigos en primera instancia no se parezca a lo que, tiempo después, cuentan en la vista oral. “Pero para eso estamos los inspectores, para intentar centrar el tiro”.
El factor presión
Otro de los contratiempos en una investigación criminal es el factor presión y las filtraciones a los medios de comunicación. “Este tipo de hechos son muy mediáticos y, cuando se hacen públicos, la presión se multiplica” y por eso es una medida eficiente en la investigación que se decrete el secreto de las actuaciones. La aparición en prensa de los detalles de una investigación puede tener consecuencias. Puso el ejemplo de una brutal agresión sexual que tuvo lugar en Urkullu después de “La Manada”. Se evitó que se publicara en prensa porque la policía buscaba como autores de los hechos a siete personas extranjeras en situación irregular. “Eran invisibles para España y se hubieran largado”, de haberse conocido que se les buscaba.
La prensa es “incontrolable”, admitió el agente De la Fuente, pero asumió que tiene el derecho a informar y hacer ver a la sociedad el trabajo de investigación policial.
La inmediatez en los resultados forenses también es clave en el éxito de una investigación criminal. En este sentido, la Policía Foral de Navarra ha jugado con ventaja en muchas situaciones gracias al apoyo de un laboratorio externo capaz de tener resultados de pruebas de ADN en solo 24 horas.
Los teléfonos, aliados fundamentales frente al crimen perfecto
En la investigación de un crimen hay un aliado con el que históricamente no se contaba y hoy es clave para la resolución de muchos casos: los teléfonos móviles. “No existe ninguna investigación de calado sin telefonía, tanto por los datos del móvil como por los que conservan las compañías telefónicas, que guardan durante doce meses”, detalló.
Los móviles fueron clave no solo en el caso de “La Manada”, sino en la resolución de otra agresión sexual que habían cometido previamente en Córdoba. Fue el caso de Patricia, de 23 años, que en 2016 conoció a un grupo de chicos en las fiestas de Pozoblanco que se ofrecieron a llevarla a casa en coche. Sin recordar nada, la joven despertó en el vehículo, semidesnuda y, al rechazar mantener sexo con uno de los hombres, fue abandonada a patadas en la carretera. Un moratón en el muslo le hacía temer que había habido una agresión. Pero no lo sabía con certeza y no lo denunció.
“La labor de investigación desveló el abuso y la investigación de Pablo de la Fuente fue definitiva para la condena”, recordó el profesor Adrián Nicolás Marchal, director del departamento de Seguridad y Defensa y del Grado en Criminología y Ciencias Forenses, que presentó la conferencia.
Al investigar el caso de “La Manada”, De la Fuente accedió a los terminales de los implicados, cada uno con 35 000 archivos. El contenido le permitió tirar del hilo y llegar hasta el caso de Córdoba. Él mismo se lo comunicó a la víctima, confirmando sus sospechas, gracias a un video de la agresión que habían grabado los autores. Así se pudo llevar a juicio y condenar por abuso sexual y delito contra la intimidad a cuatro de los miembros de “La Manada” por un delito que habían cometido dos meses antes que el tristemente célebre acontecido en los Sanfermines.
No hay crimen perfecto, aseguró el agente de la Policía Foral de Navarra. Pero hay otra creencia popular que, sin embargo, sí se cumple: “Lo de que el asesino vuelve al lugar del crimen es cierto”, advirtió.
Texto: Abigail Campos Díez / Fotos: Zaida del Río