Cualquier sistema de Inteligencia Artificial (IA) maneja una media de 25.000 datos de cada usuario. Así lo advirtió Cristina Gutiérrez Borge, responsable del área de ciberseguridad de las personas menores de edad de Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en el acto “Impacto de la tecnología y la Inteligencia Artificial en la educación”, celebrado en León.
En una nueva sesión del ciclo “Educación al Rescate”, un proyecto organizado por la Universidad Nebrija que consta de un ciclo de entrevistas con profesionales de diferentes áreas de conocimiento, Gutiérrez Borge recordó que la población dedica el 30 % de su tiempo al uso de la tecnología y, en concreto, 5 horas diarias al móvil, desbloqueándolo una media de 100 veces al día, una cada 7 minutos. “No somos criminales por ello, pero sí es para reflexionar y tratar de discernir el propósito del uso. Cinco horas pueden tener sentido si se usa como una herramienta, pero si son 5 horas de entretenimiento, estaremos tirando nuestra vida por el móvil”.
Experta en el desarrollo de iniciativas de concienciación y formación en competencias digitales en los entornos más cercanos (familia, centros educativos), Gutiérrez Borge advirtió de que, en el proceso educativo, es importante entender que la tecnología solo es una herramienta más, lo que incluye a la Inteligencia Artificial.
Cómo usar la IA en el aula
Sobre el uso de la IA en el proceso educativo, aconsejó introducirla de modo progresivo. En primer lugar, aprender para qué se va a utilizar, “y esto tiene mucho que ver con habilidades personales y sociales, con el pensamiento crítico”. En segundo lugar, abordar la enseñanza sobre la IA para adquirir habilidades de tipo técnico. Y finalmente se llegaría a enseñar con la IA, “pero habiendo pasado antes por ese proceso previo”. A su juicio, la clave del equilibrio está en ir incorporando la herramienta “a medida que vamos asegurando habilidades y conocimientos”, e intentar que esto trascienda a toda la comunidad educativa.
En la entrevista conducida por Marina Vega, asesora del departamento de Admisiones de la Universidad Nebrija, la experta en ciberseguridad también llamó a hacer una reflexión sobre “cómo funciona la Inteligencia Artificial y quién está detrás”, recordando que no son entidades culturales y educativas, sino empresas. “Y no tenemos muy claro quién controla la información, si es de calidad, diversa o idónea”. Por ello puede ser aconsejable la utilización de herramientas de control parental, disponibles en INCIBE, para reducir riesgos con los menores.
La importancia del contexto
Gutiérrez Borge descartó que la IA pueda llegar a ser preponderante en las aulas, porque siempre hace falta la intervención del ser humano. “Ninguna herramienta de IA nos va a contextualizar y en educación todo se basa en contextualizar, en tu aula, en tu centro”, apuntó.
Es tarea de los responsables educativos y las familias buscar que la tecnología se ajuste a quién la va a usar, teniendo en cuenta factores como la edad. En este sentido, invitó a los padres a probar la IA con sus hijos, para aprender juntos. “Nuestro sentido común y pensamiento crítico nos pueden ayudar a enseñar debilidades de una IA, porque podemos ver cuándo un resultado que nos da no es del todo preciso. Podemos tener más o menos nivel, pero al final la tecnología la utilizamos los humanos”, recordó.
La sesión completa de esta edición de “Educación al Rescate” está disponible en nuestro canal de YouTube.
Texto: Abigail Campos Díez