La Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados, en su afán de divulgación, organiza cada año la Jornada Lengua y Migración. En su décima edición, según apuntó Susana Martín Leralta, decana de la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija, “sigue trasladando sus investigaciones a las aplicaciones prácticas”. La integración lingüística de la población migrante y las herramientas profesionales para avanzar en este asunto de primer orden social fueron las claves de las conferencias y talleres impartidos por expertos en este acto encuadrado en la Semana de la Ciencia y la Innovación.
Desde el área de la adquisición de lenguas y de la enseñanza de lenguas, la Cátedra se enfoca específicamente en contextos migratorios. La finalidad de la jornada es que todas las cuestiones prácticas lleguen a la población refugiada desde los formadores de personas migrantes, desde los docentes de español especializados en este ámbito. 160 personas en total siguieron las sesiones.
“Los profesores son los que están ahí todos los días trabajando con los estudiantes, en este caso migrantes o personas refugiadas. Queremos que las ideas que compartimos les sirvan en el aula y que se vayan con ganas de seguir mejorando su profesión”, manifestó Margarita Planelles, coordinadora de la Cátedra.
Foco de acción
La investigación puntera en este campo no se agota. Planelles defiende que “desde nuestro pequeño foco de acción, estamos siempre innovando y buscando nuevos temas”. La Cátedra ha impulsado una red de más de cien profesores y diversas instituciones, con un creciente impacto y concienciación en la sociedad. La formación de estos profesionales tiene un efecto multiplicador, al transmitir a otros colegas la mejor manera de ayudar a la población migrante a integrarse en la sociedad a través de la lengua.
Duelo migratorio
El foro comenzó con la ponencia de Mariángeles Plaza, técnica de Psicología en el Área de inclusión en los Servicios Centrales de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) sobre el duelo migratorio, una circunstancia “que afecta enormemente a la psique, a las emociones y al comportamiento de las personas”.
En la explicación de las herramientas interculturales en el trabajo con persona refugiadas, Plaza acotó el duelo migratorio: “Lo podemos concebir como la pérdida de todo lo que era significativo para una persona: su casa, su trabajo, su familia… pero también sus pertenencias, sus recuerdos, los olores, las comidas, y luego la pérdida de amistades o el espacio donde trabaja”. Tampoco hay que olvidar lo más importante. Llegar a un lugar seguro implica la pérdida de vidas humanas durante el camino.
Cuando todo se rompe
“En ese duelo pierden sus ilusiones, sus proyectos de vida, lo que soñaban con ser o hacer en su vida. Cuando todo se rompe necesitamos acompañar y apoyar a las personas a reconstruir un nuevo proyecto vital dentro de lo que es la sociedad de acogida con todo ese bagaje que traen detrás. Es muy importante conocer todos esos elementos y cómo se manifiestan para poder también entender qué le está pasando a la persona, para acompañarla mejor desde el aula”, añadió Mariángeles Plaza.
En este sentido, CEAR dispone de equipos de trabajos interdisciplinares, desde las profesoras que dan clase en la adquisición del idioma hasta las trabajadoras sociales, pasando por las técnicas de formación y empleo, las psicólogas y las educadoras sociales. Esta red genera los itinerarios de inclusión que van acompañando a esa persona a la constitución de sus objetivos. “Hay mucho trabajo emocional y psicoafectivo, tanto con la persona como con las familias”, observó.
Los profesores también existen
Ocarina Masid, coordinadora académica del Doctorado en Lingüística aplicada a la enseñanza de lenguas de la Universidad Nebrija, y Margarita Planelles analizaron en la jornada el papel de las emociones y la identidad docente en el aula de Español como Lengua Extranjera (ELE) en el contexto de la migración.
El Grupo de investigación LAELE (Lingüística Aplicada a la Enseñanza de Lenguas Extranjeras), ubicado en la Universidad Nebrija, el Doctorado y la Cátedra, analizan, entre otros aspectos, las emociones de los profesores, “un factor fundamental en la enseñanza-aprendizaje que no solo influyen en su estilo de enseñanza, sino que también repercuten directamente en el éxito del aprendizaje de los estudiantes”.
Dos precisos estudios
A pesar del “creciente” interés por el perfil del profesorado de ELE, los estudios centrados en los docentes que ejercen en contextos de migración siguen siendo “limitados”. Para paliar esta realidad, Masid y Planelles presentaron los resultados de dos estudios desarrollados en el marco de los proyectos Emoción, memoria, identidad lingüística y aculturación emocional: su influencia en el aprendizaje de español como lengua de migración (Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación) e IN.MIGRA3-CM (Convocatoria de Investigación de la Comunidad de Madrid en Ciencias Sociales y Humanidades y Fondo Social Europeo), con el respaldo de la Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados.
La mayoría de los profesores participantes en uno de los informes declaran no haber sufrido desencanto en su labor, pero sí les han influido factores que les estresaban y que podían ser detonantes para sentirse “quemados”. Esos aspectos son el escaso reconocimiento social, institucional y del propio colectivo al que va destinada la docencia, la carencia de recursos materiales y la precariedad laboral. No obstante, los docentes muestran satisfacción personal, contribución profesional y sensibilidad intercultural (deseo de comprender y apreciar las diferencias culturales).
Enfado, tristeza, compromiso y satisfacción
El otro estudio demuestra que estos profesores experimentan enfado, tristeza y frustración, pero también confianza, compromiso y satisfacción. “Las emociones han sido poco estudiadas. Los profesores se enfrentan a situaciones estresantes por las realidades traumáticas por los que pasan los estudiantes y a veces los hacen sentir superados o poco eficaces en su labor”, comentaron las investigadoras.
La percepción de unas altas autoeficacia y competencia emocional tiene un impacto positivo en el proceso de aprendizaje. Aquí desempeñan un papel relevante la inteligencia emocional o la capacidad para reconocer nuestras propias emociones y las de los demás y para gestionar esas emociones. En cualquier caso, el profesor, que demanda competencias emocionales específicas, experimenta más emociones positivas que negativas.
Echando raíces
La X Jornada Lengua y Migración finalizó con el taller Echando raíces: cómo enfocar la enseñanza del español como segunda lengua a personas migrantes desde una perspectiva psicoafectiva, impartido por Patricia Gallego y Sonia Alcántara (Accem).
La dinámica pretendió que los participantes, de forma dinámica, conocieran las diferentes características del colectivo de personas solicitantes de asilo y migrantes “desde un enfoque psicoafectivo de la enseñanza del español como segunda lengua”.
“Desde Accem queremos dar acceso a la educación porque en este proceso de integración en la nueva sociedad hay que facilitar todas las herramientas necesarias para que esa inserción sea plena. Y nuestra forma de trabajar también es interdisciplinar, no solo desde el aprendizaje del idioma, sino también desde el apoyo psicológico y jurídico y desde la formación para el empleo”, señaló Sonia Alcántara.
Texto: Javier Picos / Fotos: Zaida del Río