“El comisariado no solo organiza exposiciones, también teje comunidad y provoca un pensamiento crítico más amplio”

“El comisariado no solo organiza exposiciones, también teje comunidad y provoca un pensamiento crítico más amplio”

La comisaria independiente Noelia Lecue Francia acompañará a los estudiantes del Máster en Mercado del Arte y Gestión de Empresas Relacionadas en la exposición anual vinculada al Premio Nebrija en Reconocimiento a la Creación Artística, que celebra su novena edición. La muestra tendrá lugar en septiembre como parte del programa oficial de Apertura Madrid Gallery Weekend.

En 2025 el Máster, dirigido por José Luis Guijarro, celebra sus primeros veinte años convertido en un referente académico que contribuye a la dinamización del sector cultural y al impulso de la creación contemporánea

Lecue, al frente del equipo curatorial de universitarios, es graduada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y cuenta con un Máster en Comisariado en SVA School of Visual Arts (Nueva York) gracias a una beca Fulbright (2016-18) y con un Máster en Investigación en Arte y Creación por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como coordinadora de prensa y comunicación en TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary en Madrid.

Dentro del campo del comisariado destaca su labor en el museo y fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, como asistente de Neville Wakefield (director artístico de la bienal de arte contemporáneo Desert X, celebrada en Palm Springs -California-) y en exposiciones en diversos espacios como The Future of Labor en el Pfizer Building, Brooklyn (2018), Vessels (2019), Nature Visions (2018), La Nacional, Nueva York o Génerx: del dicho al hecho en el Instituto Cervantes de Nueva York (2018).

Ganadora de la 14ª edición de la convocatoria Se busca Comisario de la Comunidad de Madrid, ha trabajado con figuras destacadas del sistema del arte como Hito Steyerl o Andrés Jaque.

Actual coordinadora de actividades en la Fundación de Amigos del Museo Reina Sofía, ha coordinado recientemente la exposición y el catálogo de 1502 personas de cara a la pared (Santiago Sierra) en el CA2M.

Noelia Lecue se siente agradecida por la oportunidad de formar parte del proyecto de Nebrija, “una iniciativa que conecta la formación académica con la práctica profesional en el mundo del arte”. Estaremos atentos.

Pregunta: ¿Qué sensaciones tiene al haber sido elegida como coordinadora del equipo curatorial de estudiantes del máster?

Respuesta: Me siento muy ilusionada y honrada de asumir este rol. Ser parte de un proyecto tan significativo para la universidad, que no solo fomenta el talento joven, sino que también otorga un reconocimiento tan prestigioso como el Premio Nebrija de Adquisición, es una responsabilidad que afronto con entusiasmo. Además, entiendo este espacio como una oportunidad para incidir en la importancia del acompañamiento y la educación a los nuevos agentes del arte, promoviendo valores de respeto, equidad y profesionalidad. Es fundamental trabajar hacia la construcción de un entorno más justo y mejor distribuido, donde nuevas generaciones de artistas y pensadores puedan desarrollarse plenamente y con dignidad desde sus etapas más tempranas.

P: ¿Qué directrices dará a su joven equipo? ¿Qué huella querrá dejarles?

R: Mi prioridad será contribuir a su red de soporte fomentando un ambiente colaborativo y dinámico. Quiero transmitirles la importancia de las relaciones laborales a largo plazo, el rigor en la investigación y el compromiso ético con los artistas y sus obras. Espero que esta experiencia les inspire y les ayude a definir sus propias voces curatoriales, valorando tanto el proceso cómo el resultado y que cada exposición con la que trabajen -independientemente del rol en el que se encuentren- valga la pena.

Además, considerando el individualismo y el ritmo frenético de la actualidad, valoro especialmente este ejercicio de comisariado colectivo, donde el reto está en encontrar el equilibrio entre los múltiples engranajes que lo componen -desde artistas, gestores, diseñadores, equipos curatoriales, contextos político-sociales- hasta los tiempos que debemos cuidadosamente encajar. Creo que siempre es crucial recordar que el ámbito curatorial es, por naturaleza, un trabajo de cuidados, y responsabilidad grupal, que por tanto en ocasiones se escapa de los ritmos capitalistas de nuestros días.

Mi enfoque siempre ha sido el comisariado pausado, donde prevalece el respeto por la construcción de un discurso sólido, contrastado y argumentado, mientras que el reto siempre ha residido en los límites temporales y económicos que el sistema demanda. En este sentido, acompañar a los estudiantes a navegar por la presión de los ritmos institucionales y del mercado es algo que valoro especialmente.

Espero que esta experiencia les inspire a asumir su responsabilidad y a comprender que el comisariado, en su mejor forma, no solo organiza exposiciones, sino que también teje comunidad y provoca un pensamiento crítico más amplio.

P: ¿Es el diálogo con los jóvenes artistas y los problemas de la sociedad un eje de su planteamiento profesional?

R: Sin duda. El arte tiene una capacidad única para conectar generaciones, cuestionar estructuras sociales, detectar problemáticas y dar visibilidad a realidades que, de otro modo, podrían pasar desapercibidas.

En mi planteamiento profesional, el diálogo con jóvenes artistas es fundamental, porque son quienes están más cerca de los cambios culturales, sociales y tecnológicos. Muchas de las temáticas que actualmente se trabajan en las salas de exposiciones, -desde la precariedad laboral hasta la crisis climática, pasando por cuestiones de identidad, y género- nacen de la preocupación joven. Sus trabajos reflejan las tensiones y desafíos de nuestra contemporaneidad, y enfocarnos en ellos es una oportunidad para contribuir en el diseño de una sociedad más justa.

Me gusta insistir en que no solo se trata de exponer sus obras o crear premios enfocados en su juventud, sino de construir narrativas curatoriales que abran espacio a todas las generaciones para reflexionar y debatir en condiciones similares sobre los problemas de nuestro tiempo, promoviendo un impacto que trascienda las salas de exposición.

Considero que con demasiada frecuencia y en casi todos los sectores se invalida y priva a los jóvenes de la experiencia laboral y a menudo no se les proporciona el altavoz que merecen. Por eso, me esfuerzo por ser esa figura de referencia y me resulta tan ilusionante este proyecto. Quiero reconocer el entusiasmo, la rebeldía y la necesidad de cambio, dándoles el espacio y el respaldo para que sigan adelante.

Noelia Lecue

P:  La exposición Easy Apply! reflexiona entre jóvenes y el mercado profesional…

R: Efectivamente, Easy Apply! surge de una necesidad muy personal de visibilizar la precariedad laboral y la búsqueda de identidad profesional entre los jóvenes de la generación milenial y las posteriores, con la que me identifico profundamente. Siempre me he visto muy afectada por cómo un sistema que produce tal cantidad de conocimiento no es capaz de absorberlo y en el mejor de los casos fuerza una fuga de cerebros.

Easy Apply! Una generación de “Slashers” y “Early Burnout” reflexiona sobre la forma en la que el mercado laboral actual publicita y gestiona los trabajos, tanto tradicionales como emergentes, invisibilizando a menudo a las personas que están detrás. Easy Apply [solicitud hace referencia al sistema implantado tanto por LinkedIn como por muchas otras empresas y aplicaciones de búsqueda de empleo, que intentan automatizar y simplificar este proceso de selección a un solo clic a menudo infértil. El término slasher, derivado de slash [barra] o [divisor] hace referencia a las distintas habilidades o roles que puede o debe tener una persona al mismo tiempo.

La exposición hablaba del cansancio y la persistencia, desde la perspectiva principal del sector creativo de la generación milenial (1981-1995) y parte de la generación X (1965-1980), que ha sido educada en el trabajo incansable y en la creencia de que los estudios superiores, másteres oficiales y doctorados suponían un seguro para el éxito en el mercado laboral.

Cada obra expuesta en la exposición aborda la temática del trabajo invisible, el pluriempleo, el descanso productivo o el trabajo eterno, incluso legado laboral desde una agudeza y humor, también característico de esta generación que es capaz de recurrir a una audaz autocrítica a través del meme.

Echando la vista atrás, creo que precisamente la realidad visceral y cercana con la que todos trabajamos en la exposición fue la que hizo que la exposición tuviese tanto éxito. Jóvenes que ni siquiera habían comenzado su andadura profesional, o que no asistían a salas de exposiciones con casi ninguna frecuencia, salieron de la sala conmovidos al ver sus frustraciones y su irónica sobrecualificación retratadas en los problemas de la sociedad.

P: ¿Por qué el arte independiente tiene dificultades para llegar a un público más amplio?

R: El arte independiente se enfrenta a varias barreras a la hora de promocionarse entre un público más popular y a su vez esta falta de popularidad provoca una menor inversión económica que lo hace caer en la misma dificultad. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Cuando el arte no busca agradar o encajar, sino abrir grietas, provocar, hacerte pensar, lo que requiere de un público dispuesto a acercarse sin prejuicios, y ahí es donde, a veces, se rompe la conexión y se pierde el respaldo institucional

Desde mi experiencia, creo que parte de la solución está en crear redes más de divulgación y difusión que apoyen con firmeza los espacios alternativos, ya que son los verdaderos refugios del arte independiente.

Es fundamental trabajar en la accesibilidad, tanto física como simbólica, para que estas propuestas lleguen a más personas. Cuando se facilita un diálogo real entre creadores y audiencias ocurren cosas maravillosas: el público conecta, empatiza y se emociona con obras que, de entrada, parecían muy políticas o alejadas de su realidad. Al final, el arte independiente tiene esa capacidad única de contar historias desde la honestidad, la urgencia y la resistencia.

Lecue comisaria Nebrija

P: ¿Es recomendable viajar y conocer propuestas de otros países?

R: Por un lado, viajar es fundamental para ampliar horizontes y cuestionar nuestras propias perspectivas, pero existen muchos tipos de viaje con los que debemos ser extremadamente responsables. Como señala Anna Pacheco en el libro Estuve aquí y me acordé de nosotros el turismo tradicional no solo puede dañar los entornos locales, sino también perpetuar desigualdades, algo que debemos considerar al pensar en nuestra relación con el espacio y la cultura. Muchas veces, el mayor viaje lo puedes encontrar cambiando la mirada en la dirección opuesta a tu rutina diaria.

Curiosamente, las propias exposiciones también representan un viaje en sí mismo. Muchas veces no somos conscientes de los recorridos de transporte que ciertas obras realizan antes de llegar a nuestras ciudades. Las itinerancias expositivas permiten que piezas icónicas visiten distintos contextos, haciendo posible que públicos diversos accedan a ellas sin necesidad de trasladarse a grandes centros como el Louvre, o el MoMA. Este movimiento de las obras no solo democratiza el acceso al arte, sino que también crea nuevas lecturas a partir de los contextos locales donde se presentan.

Por otro lado, está claro que la diversidad cultural enriquece cualquier práctica curatorial, y personalmente considero que conocer contextos internacionales me ha permitido entender mejor los matices del arte global. En mi práctica curatorial, trato de equilibrar ambas dimensiones. Intento no perderme las citas de la Bienal de Venecia o la Documenta de Kassel, como tampoco me pierdo las inauguraciones de Móstoles, o un paseo a pie por los distintos estudios de artista que aún no conozco de Madrid.

P: ¿Sigue siendo Nueva York un centro del arte mundial?

R: Después de cinco años viviendo allí, puede que mi opinión esté ligeramente sesgada y romantice su potencia, pero me atrevería a afirmar que Nueva York sigue y seguirá siendo por un tiempo un punto de referencia en el arte contemporáneo. Tiene una capacidad única para aglutinar artistas, instituciones, y galerías de todo el mundo. Creo que la verdadera diferencia no está únicamente en los artistas o comisarios sino también en el público general, en la actitud y apertura que cada ciudad tiene para abordar, absorber y reflexionar sobre ciertas temáticas contemporáneas.

P: ¿Cree que hay espacios en los medios para reflexionar sobre el arte?

R: Es un desafío. Aunque las redes sociales han democratizado la difusión, a menudo sacrifican la profundidad por la inmediatez. Es crucial recuperar espacios para el análisis y el debate sosegado en los medios tradicionales y digitales. Si es difícil mantener el rigor, lo es aún más en los medios, que buscan el consumo acelerado.

P: ¿Son necesarias formaciones como el Máster en Mercado del Arte y Gestión de Empresas Relacionadas para combatir el intrusismo y profesionalizar el sector?

R: Absolutamente, toda formación, especialmente si tiene una parte de prácticas y experiencial cómo esta, es necesaria. Este tipo de formación proporciona herramientas esenciales para entender y gestionar las complejidades del mercado del arte, garantizando profesionalidad y fortaleciendo tanto a artistas como a instituciones.

Javier Picos. Fotos: N.L.

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