La Cátedra Nebrija en Internacionalización de Empresas presentó en la Universidad Nebrija un nuevo instrumento de análisis económico. El Observatorio de Internacionalización Ibérica echa a andar como un lugar de encuentro de todas las entidades y personas interesadas en esta materia.
El Observatorio, en palabras de Gonzalo Solana, director de la Cátedra, promoverá la realización de estudios y actividades que permitan profundizar en el conocimiento y divulgación de la internacionalización de las empresas ibéricas, “con la intención de mejorar la sensibilización sobre la importancia de la internacionalización en las sociedades y administraciones de los países ibéricos, así como para contribuir a estrechar las relaciones entre empresarios y académicos de ambos países en el campo de la internacionalización”.
El Observatorio, de pertenencia gratuita, también actuará como plataforma para acoger la propuesta de estudios y de coloquios y análisis sobre innovación, acuerdos transfronterizos o acciones empresariales para acceder a los mercados internacionales.
Desde finales de la década pasada, la Cátedra realiza un seguimiento detallado de la internacionalización ibérica. En 2018 y 2019, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Lisboa, la Cátedra organizó sendas reuniones, en Lisboa y Madrid, del Foro Ibérico de internacionalización, en las que participaron académicos, representantes de administraciones públicas y empresarios de ambos países. Posteriormente, con el patrocinio del ICO y de la Secretaría de Estado de Comercio (Ministerio de Industria, Comercio y PYMES de España), la Cátedra elaboró el Informe de internacionalización ibérica. España y Portugal en el mundo, correspondiente a los años 2020 y 2021. “Estas iniciativas tuvieron una destacada incidencia, concitando el interés de diversos colectivos”, reafirma Solana.
“Mayor sinergia y convergencia”
En la presentación del Observatorio, José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija, pidió una “mayor sinergia y convergencia” entre España y Portugal, e instó a los expertos de la jornada a trabajar en esta dirección.
A continuación, Raúl Mínguez, subdirector de la Cátedra Nebrija de Internacionalización de Empresas de la Universidad Nebrija y director de estudios de la Cámara de Comercio de España, hizo un balance de la evolución reciente del comercio exterior de España y Portugal
“La española y la portuguesa son economías perfectamente integradas en los circuitos comerciales de bienes con una apertura exterior intensa y mayor de lo que a priori les correspondería. Son economías muy afines desde el punto de vista comercial con un hilo conductor común y eso puede imprimirles sinergias y complementariedades en aquello que las separa”, afirmó.
Atendiendo a varias fuentes como Eurostat, el FMI o el Instituto Nacional de Estadística, y basándose en un estudio conjunto con Solana, Mínguez contextualizó ante los presentes los datos y los porcentajes generales relacionados con las empresas hispano-lusas en el exterior.
Un mercado dirigido a la Unión Europea
El grado de apertura de las economías ibéricas (España y Portugal), medido como la suma de exportaciones e importaciones de bienes y servicios en porcentaje del PIB, conformó la primera variable. Portugal tiene el mayor grado de apertura en 2023, alcanzando un 92,7 % del PIB. España presenta un grado de apertura del 72,8 % en el mismo año.
Los flujos comerciales de bienes de las dos economías presentan una “importante” concentración en la Unión Europea, con más de la mitad de las exportaciones. En los principales mercados extracomunitarios, en el caso español destacan Reino Unido y Estados Unidos, como ocurre en Portugal, aunque este país integra algunas singularidades en Angola, Polonia o Suecia.
La concentración de las exportaciones de tecnología media-alta también son una norma en España y Portugal. De acuerdo con los datos expuestos por Raúl Mínguez, el sector exterior es un elemento de “indudable relevancia” en el crecimiento de las economías españolas y portuguesas.
Las relaciones bilaterales entre ambos países resultan “muy intensas” y se agrupan en productos industriales, tecnología media-alta, automoción, maquinaria, productos químicos, industria textil e industria agroalimentaria.
Triple divergencia
En la última sesión del encuentro, Andrés García, socio director de la consultora SIfdi, analizó la inversión extranjera directa (IED) en la península ibérica. A su juicio, entre las principales tendencias están una “triple divergencia” entre la IED y las cadenas de valor mundiales, los servicios frente a las manufacturas, y China frente al resto del mundo.
Asimismo, influyen los movimientos en la configuración geográfica de la producción internacional, el desacoplamiento de las cadenas de suministro, la reevaluación de riesgos, el operativo global “volátil” provocado por la geopolítica, un contexto de creciente importancia de los grandes grupos inversores, un “elevado” carácter intrarregional de las inversiones internacionales, y la “mayor” relevancia del talento como factor de atractivo de inversiones y las nuevas oportunidades, “pero solo en los países desarrollados”.
En la evolución reciente, “a pesar de la caída de los flujos netos, Portugal consolida un alto número de proyectos greenfield (creación de nuevos sistemas o proyectos) y se sitúa como un destino atractivo para fusiones y adquisiciones”. Por su parte, España “sigue siendo un destino destacado a nivel global tanto en volumen de flujos como en número de proyectos greenfield y M&A (fusiones y adquisiciones de empresas) transfronterizo”.
Flujo hispano-luso de inversiones
España se mantiene como uno de los inversores clave en Portugal, con un “fuerte” protagonismo en sectores de consumo y servicios. “Portugal es una extensión natural para las empresas españolas, especialmente para aquellas que abordan su primera experiencia de internacionalización”, adujo.
Otra de las conclusiones de la exposición de Andrés García fue que la inversión lusa en España se ha acelerado en los dos últimos dos años, aunque es de menor cuantía que la española en Portugal. “El mercado español sigue siendo prioritario para las firmas portuguesas, que lo perciben como cercano y de amplio tamaño”, reseñó.
A pesar de la incertidumbre económica y política mundial, España y Portugal, de acuerdo con el socio director de la consultora SIfdi, “mantienen un alto grado de integración a través de la IED, que seguirá siendo clave para el desarrollo futuro de la península ibérica”.
En la clausura de la jornada, José António Silva e Sousa, presidente de la Fundación Luso-Española, alabó la “valentía” como marca de los ciudadanos españoles y portugueses y la impronta de futuro del Observatorio en el “imprescindible” diálogo entre la universidad y la empresa.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.