Las diversas técnicas para determinar el perfil criminal basadas en métodos científicos y la capacidad de aunar y definir los detalles de cada caso están en la base de las investigaciones de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD), adscrita a la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil. La comandante jefe del Grupo de Delitos contra las Personas de esta Unidad, María Luisa Calcerrada, no solo divulgó la teoría sino que compartió con los alumnos de Nebrija los procesos en casos reales.
La SACD, nacida en 1994 y pionera en Europa en psicología criminal, impulsa sus propios métodos de trabajo empíricos validados en colaboración con diferentes universidades. En treinta años han realizado más de 1300 actuaciones. Su equipo de trabajo multidisciplinar de psicólogos y criminólogos se desplazan a lo largo y ancho de la geografía nacional cuando los investigadores requieren su presencia. “Tratamos de ser pedagógicos con ellos, les resultamos de más ayuda cuanto antes nos llaman. Cuando hemos ido a una unidad nos llaman enseguida en cuanto sale otro caso; funciona el boca a boca”, comentó María Luisa Calcerrada.
Los protocolos “rigurosos y escrupulosos” de la investigación y el dilatado tiempo dedicado a esa labor son las dos constantes vitales de estos profesionales. Así se lo hizo saber Calcerrada a los estudiantes en un acto moderado por el profesor Jorge Jiménez y presentado por Nicolás Marchal, director del Departamento de Seguridad y Defensa, y del grado en Criminología y Ciencias Forenses de la Universidad Nebrija.
La relevancia de la entrevista
La entrevista policial, aplicada a testigos, victimas y sospechosos, y estructurada en cuatro fases, resulta esencial en el camino a la resolución de un hecho delictivo. Como el cerebro tiene “grandes limitaciones” hay que adaptar los avances de la investigación a parámetros cognitivos. “Los testigos de cualquier hecho delictivo almacenan en su cerebro solo la información a la que le han prestado atención, cada testigo nos cuenta como si hubiera vivido una escena diferente a como lo cuenta otro. Cualquier información que esa persona reciba después del suceso puede contaminar su relato y generar una memoria falsa”, advirtió Calcerrada.
El denominado procedimiento HELPT analiza las declaraciones de manera “holística” atendiendo a todo tipo de factores y características para evaluar correctamente la prueba testifical. Además, se aplican técnicas cognitivas para rebajar la ansiedad a las personas entrevistadas porque esta puede inferir en los recuerdos.
Tipos de perfiles
La perfilación criminal, que determina las evidencias del comportamiento y los rasgos de un presunto delincuente, conforma una de los campos del análisis de la conducta empleado por esta unidad de la Guardia Civil. Esta fase intenta llegar a “una hipótesis final fruto de una valoración de todos los indicios en su conjunto”.
María Luisa Calcerrada definió los cuatro tipos de perfilación: deductivo (lo que se deduce de la escena del crimen y de otros parámetros), geográfico (detalla las zonas donde han ocurrido delitos similares), inductivo (introduce las claves de un nuevo caso en bases de datos generales con muchas variables) y el indirecto.
Sobre este último, la SACD desarrolla en cada suceso una investigación y acopio de documentación que exige una dedicación sin fisuras que incluye preguntas a conocidos y a personas del entorno del sospechoso, la observación de los espacios, el modo como se relaciona con los demás, o el uso de las redes sociales. Todas esas claves son efectivas a la hora de afrontar hechos como los provocados por un atrincherado. La idea es que no se quede nada en el aire si al final se requiere la intervención de un agente encubierto o se establecen negociaciones con esta persona.
Deductivo, inductivo e indirecto
Por lo general, comentó la comandante jefe del Grupo de Delitos contra las Personas, se establece un perfilado deductivo e inductivo al que se añade el indirecto siguiendo los más estrictos protocolos de actuación. Calcerrada se refirió en este último caso de perfilación a la autopsia psicológica, una herramienta que se emplea ante muertes o desapariciones de alto riesgo y que establece un análisis de 360 grados de la persona en cuestión, de sus espacios e incluso de las circunstancias emocionales en el momento de su muerte o desaparición.
Para finalizar la sesión, los alumnos del Grado en Criminología y Ciencias Forenses pudieron opinar y responder a las preguntas de la experta ante fotografías de casos reales.
Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.