“Parte de lo que escribimos proviene de lo que queda atrapado en nosotros, y puede merecer la pena intentar liberarlo”

Rafael Jiménez Pascual, profesor y subdirector de la Red de Bibliotecas de la Universidad Nebrija, nos habla del X Certamen Literario de Relato Breve Alonso Zamora Vicente, que finaliza el plazo de presentación de trabajos el viernes 28 de febrero.

Como docente, ¿Cómo cree que redactan los universitarios de hoy?

Como en botica, hay de todo, pero pienso que la forma de redactar de nuestros universitarios es necesariamente mejorable. Falta escritura: a andar se aprende andando, y a escribir, escribiendo… y antes de eso, leyendo. Falta también mucha lectura a la espalda, y si no se lee, nos pongamos como nos pongamos, no se puede escribir.

¿Qué les puede aportar la redacción literaria a los estudiantes?

Muchísimo. Aprender a redactar en un contexto literario permite desarrollar estrategias y modos de expresión que luego podrán trasladarse a la redacción y expresión profesional en cualquier ámbito. También facilita la correcta organización de las ideas y, en definitiva, la capacidad para amueblarse bien la cabeza. Se pierden muchos puntos si no se es capaz de comunicar correctamente por escrito.

¿Qué fines persigue el certamen?

Desde sus orígenes el certamen tiene el doble objetivo de fomentar la producción literaria y el interés por la lectura. Siempre ha sido su intención favorecer la creatividad y la expresión escrita. Este doble objetivo está inequívocamente expresado en las bases de cada convocatoria. Y lo de la lectura está puesto, desde luego, muy a propósito.

¿Qué novedades encontramos en esta X edición?

Las más importantes rezan con la presentación de trabajos, que se hará mediante una dirección de correo electrónico siguiendo las instrucciones de las bases, para agilizar los trámites y animar a más participantes. Por otro lado, los premios se han incrementado y hemos añadido el Premio Club Nebrija Docentia para docentes y personal de administración y servicios: un viejo sueño hecho realidad en esta convocatoria.

¿Cómo tiene que ser un relato ganador? ¿Alguna pista?

Eso, en realidad, habría que preguntárselo al jurado, que es quien se bate el cobre valorando los textos, pero yo diría que un relato con posibilidades exige imaginación y debe enganchar al lector desde el principio, manteniendo el equilibrio para que la tensión no decaiga. Conviene tratar de huir de lo evidente y tener un punto de corrección: todo puede decirse haciendo uso del ingenio y la elegancia.

¿Cuáles son las principales diferencias entre las modalidades ‘Relato breve’ y ‘Microrrelato’?

La principal diferencia es que la modalidad de relato breve exige un texto con extensión de dos a ocho páginas donde debe mencionarse obligatoriamente el nombre de la Universidad Nebrija. Las modalidades microrrelato y microrrelato preuniversitario, por su parte, sólo admiten textos que no superen las doscientas cincuenta palabras. El tema en esta última modalidad debe girar alrededor del mundo universitario.

¿Quiénes formarán parte del jurado?

Como siempre y en su mayoría, profesores y miembros de la Universidad Nebrija, algunos de ellos relacionados directamente con el mundo de la escritura creativa y la literatura.

¿Cómo valora el nivel de los trabajos recibidos en otras ediciones? ¿Qué espera de esta nueva convocatoria?

No hay una regla general ni patrón alguno. Ha habido convocatorias en las que se han dado cita trabajos muy buenos, y otras en las que estos han sido más flojos. Siempre hay, no obstante, un par de textos que sobresalen, pero este año esperamos que la decisión sea mucho más difícil de tomar que en convocatorias pasadas.

¿Un mensaje para animar a los estudiantes, docentes o personal a presentarse?

Me gustaría decir que el certamen es una oportunidad para probarse a sí mismo qué se es capaz de transmitir con las palabras. Es la primera vez que profesores y personal de administración y servicios pueden participar y quiero hacerles a ellos un llamamiento especial. La literatura es un arma de expresión incomparable y puede sorprendernos ofreciéndonos una nueva visión de nosotros mismos. Parte de lo que escribimos proviene de lo que queda atrapado en nosotros, y puede merecer la pena intentar liberarlo.

 

Eduardo García Cancela

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