La Universidad Nebrija reunió los días 27, 28 y 29 de abril en el II Congreso Internacional: El terrorismo como desafío a la Seguridad Global a un importante grupo de expertos de distintos ámbitos del análisis, defensa, seguridad y medios de comunicación para exponer, desde distintos puntos de vista, las respuestas a los interrogantes más importantes sobre seguridad y terrorismo.
El congreso, inaugurado por el rector Juan Cayón, tuvo lugar en la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra y estuvo dividido en numerosas ponencias a lo largo de las tres jornadas centradas en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico y el resto de grupos terroristas que les apoyan. Desde la perspectiva más jurídica a manos de expertos como Carlos Bautista Samaniego y Clara Bayarri García, fiscal y magistrada de la Audiencia Nacional, quienes establecieron el marco legal en el que se mueven las acciones terroristas y la legislación española y europea que intenta tipificar como delitos estos actos para poder luchar con la justicia contra los grupos terroristas.
El teniente coronel de artillería, Manuel González Hernández, dirigió a los asistentes en un resumen histórico de la formación y evolución del yihadismo en los distintos territorios y cómo se encuentra actualmente distribuido por los distintos países de Oriente Próximo. Los ponentes pertenecientes a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dieron la oportunidad a los asistentes de conocer de primera mano las estrategias de lucha contra el terrorismo llevadas a cabo por el Estado y el Ejército y el profundo análisis que se ha llevado a cabo de la organización y funcionamiento de los grupos terroristas.
La propaganda y la utilización de vídeos y páginas web que hace el autodenominado Estado Islámico fue objeto de debate y análisis durante el congreso, por lo que la última jornada dio voz a expertos periodistas para exponer el tratamiento que se debe dar a estos temas en los medios de comunicación. Desde una autocrítica, tanto Manuel Marlasca, periodista y jefe de investigación de La Sexta, como Pilar Bernal, reportera de informativos Tele5 y profesora de la Universidad Nebrija, insistieron en la necesidad de diferenciar entre información y propaganda, para no ayudar a los terroristas en su objetivo propagandístico que es “captar más adeptos al yihadismo a través de sus vídeos y las redes sociales”.
Marlasca explicó que, a pesar de las presiones “por la curva de audiencia”, son los profesionales los que “están obligados a establecer los propios límites de la información”. También afirmó que en numerosas ocasiones, cuando el ataque terrorista es próximo al territorio nacional o europeo, “somos los periodistas los que nos autocensuramos, como ocurrió en el 11- M, sin embargo, es cierto que cuando es fuera de Europa no seleccionamos tanto las imágenes”.
Pilar Bernal hizó hincapié en el gran engranaje que el Daesh ha construido en torno a la comunicación y la propaganda: “los terroristas manejan el marketing y la segmentación de audiencias en sus mensajes. Las personas susceptibles a ser radicalizadas reciben mensajes adaptados a su perfil, necesidades o lugar de origen”.
Bernal compartió su experiencia tratando temas de terrorismo internacional con los asistentes para explicar cómo los terroristas “conocen los resortes de la cultura de masas, la utilizan, seducen a los medios y caemos en la trampa emitiendo sus vídeos de propaganda, prestamos nuestros medios a sus fines propagandísticos y el apagón informativo en Siria les ayuda”.
Unido a esta observación, ambos comunicadores coincidieron en resaltar la necesidad de que los medios envíen a sus propios periodistas con buenas condiciones para poder obtener la información y las imágenes propias y no tener que utilizar la que facilitan los grupos terroristas y así crear nuestra propia “contra propaganda”.
El comisario José María Mata, de la comisaría general de información afirmó que “el Estado Islámico es una revolución” y dio importancia al mensaje que realmente manda el autodenominado Estado Islámico: “vamos a construir el Califato, venid a construirlo y quienes no podáis, construidlo donde estéis”. Asimismo, insistió en la importancia “mantener una estrecha colaboración y comunicación con otros gobiernos para cooperar, investigar, arrestar y extraditar a terroristas”.
La última sección del Congreso estuvo dirigida al ciberterrorismo y la seguridad en las redes, dada la importancia y el uso que hacen de ellas los grupos terroristas. Benito Federico Raggio Cachinero, ex-director general de política de defensa, afirmó que “España se encuentra en muy buenas condiciones para una posición de liderazgo antiterrorista en Europa” e insistió en la necesidad “de tener más capacidad para controlar la red” más que aumentar el número de efectivos. Según Raggio, el autodenominado Estado Islámico posee 46.000 páginas web de apoyo y entre 35.000 y 75.000 cuentas de Twitter. “A través del dominio del ciberespacio se pueden controlar las acciones del terrorismo para prevenirlas y fundamentar las decisiones de las autoridades”, declaró Raggio.
José Luis Castro, magistrado de la Audiencia Nacional, dedicó su ponencia a las características y funcionamiento del sistema penitenciario para los terroristas condenados. Castro insistió en el peligro que suponen las cárceles para la captación de nuevos yihadistas: “la cárcel se ha convertido en una pieza fundamental para la captación de terroristas. Personas jóvenes, vulnerables, con condenas cortas, delitos menores, para poder prepararlos y que salgan a la calle para cometer atentados terroristas”. Destacó que la idea fundamental es “huir de la centralización e ir hacia la separación territorial de los presos para evitar el polvorín que se forma en las cárceles que son focos de mayor radicalización”.
El Congreso se ha cerrado con una asistencia mayor de la esperada por el interés generado por los ponentes y la actualidad de los temas a tratar en las intervenciones.