Las jornadas CICA han puesto sobre la mesa las cuestiones más importantes del ámbito de la seguridad y la defensa internacional. Con la introducción de la tecnología más avanzada en la sociedad, la estrategia militar y los ataques no quedan al margen y supone una nueva amenaza a la que hacer frente.
La mesa de ponentes sobre ciberamenazas y modelos de defensa híbrida del último día de esta edición CICA trató de aportar, desde distintos puntos de vista, el camino a seguir para hacer frente a estos nuevos retos.
Bernardino Cortijo, director del Máster de Ciberdelincuencia de la Universidad Nebrija, aseguró que “Europa se ha quedado atrás en materia de ciberseguridad y hay un momento de inseguridad frente a los futuros ataques que serán terroristas como los conocidos hasta ahora y ataques cibernéticos”. La tecnología que nos puede ayudar en muchas facetas de la vida, también puede suponer un riesgo porque “cada vez hay más cosas conectadas y somos más vulnerables”, explicó Cortijo, quien recordó que “España fue, en 2018, el tercer país que más ciberataques recibió”.
El director del Máster explicó que las futuras guerras híbridas estarán compuestas por el empleo de armas tradicionales junto a los ciberataques. En 2020 habrá dos grandes focos de problemas. El primero de ellos serán los ataques a las instituciones y los servicios que estas ofrecen a la población, lo que generará inseguridad y desconfianza en las instituciones. Por otro lado, los ciberataques también se centrarán en el robo de datos a cualquier tipo de entidad. Según el experto en ciberseguridad, “hoy en día estos ataques cibernéticos van dirigidos a todo tipo de empresas, grandes, medianas y también pequeñas, afectando al usuario final”.
El futuro reside en la defensa híbrida en la que “tenemos que usar la prospectiva para la seguridad y poder dar una ciberrespuesta a los ataques”, dijo Cortijo. La inversión en ciberinteligencia será fundamental para “conocer qué está ocurriendo y para saber qué puede ocurrir mañana y prevenir los ataques”. Además, Cortijo también aseguró que las respuestas en estas guerras “deben ser globales y es necesaria la cooperación a través de los centros de respuesta de los países y las empresas”.
El diplomado Enrique Criado explicó que “los ataques actuales no cumplen con los patrones clásicos de una guerra, pero sí son amenazas, aunque la respuesta que se les da también es diferente, no es militar”. Esto influye en el tipo de respuesta colectiva que ofrecen los países aliados para hacer frente a un ataque: “El grado de respuesta colectiva de los países que recibe un ataque terrorista dependerá de la conciencia de riesgo que tengan los países sobre los ciberataques”.