Si lleva tiempo rondando por tu cabeza pedir un aumento de sueldo, este artículo te será de gran utilidad para dar el salto.
Pedir a tu responsable un aumento de sueldo tiene que darse con previa planificación, sabiendo identificar en qué momento hacerlo y qué estrategia seguir para argumentar dicha subida.
¿Por qué tendrían que subirte el sueldo? ¿Qué beneficios aportas a la empresa? ¿Estás siendo productivo y valioso para tu organización? ¿Tienes un alto desempeño? Estas son algunas de las preguntas que te harán reflexionar para empezar a crear tu argumento.
Para diseñar tu estrategia, desde el Club Alumni Nebrija, te proponemos estas cinco claves:
- Argumentar con datos objetivos por qué mereces ese aumento
Para ello, te proponemos que lo primero que tendrías que hacer es investigar cuánto ganan las personas que desempeñan tu trabajo, dentro y fuera de tu empresa. Puedes apoyarte en tablas salariales que publican todos los años las principales consultoras de selección como Hays, Randstad, Michael Page o plataformas como LinkedIn Salary, Glassdoor o Tusalario.es. Conocer los convenios que maneja tu empresa, es una información muy relevante para conocer si en base a tu categoría profesional, te están pagando lo que mereces.
A la hora de pedir una subida de sueldo, se recomienda que sea entre un 10 o el 20 % respecto al anterior salario (excepto algunos sectores), a no ser que hayan cambiado radicalmente las funciones que desempeñan o el contexto de tu trabajo.
Considera también la situación de tu empresa: ¿Atraviesa una época de bonanza o está en crisis? Sé consecuente y empático con ella. Demuestra que no solo te interesa lo que tú quieres, sino que también piensas en el beneficio de la empresa, teniendo en cuenta tu compromiso con ella y contribuyendo con su desarrollo.
Una vez analizado estos puntos, llegó la hora de que argumentes de forma objetiva que mereces esa subida. Para ello, te aconsejamos que reflexiones acerca de los siguientes puntos:
- Rendimiento de las funciones y tareas a realizar en tu puesto de trabajo.
- Valoraciones positivas de los clientes, compañeros y responsables.
- Propuestas de mejora que aumentan la productividad o efectividad.
- Horas adicionales a tu jornada laboral y la repercusión de estas para el beneficio de la empresa.
- Ascensos y nuevas atribuciones o responsabilidades adquiridas.
- Logros o hitos conseguidos en tu puesto de trabajo.
- Elegir el momento
Elegir el mejor momento es casi tan importante como saber argumentar la subida. Avasallar a tu responsable en el pasillo o pedir una reunión en un pico de trabajo no es la mejor opción. No va a poder prestarte la atención ni el tiempo necesario para proponer la subida.
Lo ideal es pedir una reunión formal a solas de mínimo media hora con tu responsable sin especificarle de qué quieres hablar.
Tampoco es recomendable pedir un aumento de sueldo cuando llevas poco tiempo en la empresa, primero hay que demostrar tu valía y más adelante plantear una subida con datos de tu rendimiento.
Amenazar con irte a la competencia o justificar tu subida de sueldo menospreciando a compañeros porque “trabajan menos o están menos comprometidos” no es una buena estrategia para conseguir la subida. Tienes que centrarte en lo que aportas tú a la empresa. Si hablas mal de algún compañero/jefe, de la única persona de la que hablas mal, es de ti.
- Hablar con asertividad
De nada sirve tener un buen argumento y estrategia para llevar a cabo la conversación, si lo haces de forma agresiva o dudando de si mereces o no ese aumento de sueldo.
Aquí te damos las claves para comunicar de forma asertiva:
- Sé natural y humilde, pero con precisión y confianza. Para ello, te recomendamos que ensayes tus argumentos con un amigo o familiar y te grabes para después analizar cómo lo has dicho, ya que, muchas veces, pensamos que lo hemos expresado de una manera y cuando nos escuchamos nos damos cuenta de que no lo hemos hecho como creíamos. Al escucharte tienes que sonar convincente, empático y argumentar con claridad. Debes ser tú mismo y mostrar con tus valores y actitudes las cualidades que te hacen ser como eres en el trabajo.
- Analiza a tu responsable. ¿Con qué argumentos puede desestimar tu petición? Hazle saber que, con esa subida, también va a ganar el departamento y la empresa. Habla desde el corazón, con transparencia y sabiendo cómo es tu responsable y su estilo de liderazgo para expresarte acorde a él/ella. Enfatiza las cosas buenas que valoras de la empresa y de él/ella.
- Sé firme, pero sin presionar ni bloquear. De nada sirve ser firme y tajante si no hay posibilidades reales de llegar al salario que pides. Sé flexible y plantea una buena negociación para llegar a un acuerdo. Quedarse callado tras pedir el aumento es una buena estrategia para que le dé tiempo a tu responsable a pensar. No es bueno presionar al momento para tener una respuesta inmediata, hay que dejar tiempo para pensar.
- Aceptar o proponer retribuciones en especie (salario emocional)
Las retribuciones en especie son una fórmula alternativa interesante para mejorar tu salario cuando la empresa atraviesa dificultades económicas. Algunas de ellas son:
- Retribución flexible (No monetario). Tickets para restaurantes, acceso a guardería o gimnasio en la empresa, cursos de formación, etc.
- Coberturas de seguros. Seguros médicos, de vida o de pensiones…
- Servicios extra para el bienestar y la salud. Bebida y comida, descuentos en gimnasios, fisioterapeutas, psicólogos, etc.
- Trabajo a distancia. Te permite ahorrar en desplazamientos, conciliar tu vida personal y ahorrar tiempo.
- Flexibilidad horaria.
- Crecimiento profesional. Un compromiso de ascenso a corto plazo en la empresa que impulse tu carrera.
- Plantear una alternativa
Como cualquier negociación, la ventaja la tiene siempre el que posee en su recámara un plan B. Si realmente estás dispuesto a marcharte si no te dan lo que quieres y tienes la posibilidad de irte a otra empresa porque te han hecho una oferta, úsala para negociar.
Tu capacidad de negociación estará condicionada siempre por la Alternativa Mejor al Acuerdo Negociado (AMAN). Esta posición depende siempre de lo que estés aportando a la empresa. Si tu rendimiento está siendo clave y puedes demostrarlo, tendrás más posibilidades de aumentar tu salario. Si eres fácilmente prescindible, estarás en una posición de desventaja.
Para que te respeten como profesional, tienes que respetarte primero a ti mismo como persona y trabajador. Si eres un profesional competente con un rendimiento alto, tienes que hacerte valer económicamente hablando.
Si a pesar de todo esto, no consigues ese aumento deseado y merecido, quizás sea el momento de plantearte un cambio de empresa. A fin de cuentas, las personas van a ir siempre (salvo ataduras del contexto en el que se encuentran) al lugar en donde se sientan más valoradas, no solo de palabra sino económicamente hablando.
Autora: Sonia Mediavilla Martín. Club Alumni Nebrija
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