Tres años después, el Alumni Day, la jornada de reencuentro entre amigos y antiguos compañeros de clase, se cuela en la apretada agenda de actos de la Universidad Nebrija. El campus de Madrid-Princesa se enciende con abrazos, emoción, risas y 3000 velas que arropan el concierto de cuerda de Candlelight en Fever que recrea las composiciones más representativas de Hans Zimmer. Las generaciones de 1998 -la primera de todas las que se han graduado- y la de 2013 protagonizan los discursos oficiales y oficiosos veinticinco y diez años después, respectivamente, del comienzo de su andadura de vida académica.
Fernando Tomé, vicerrector de Estudiantes, empleabilidad e internacionalización, abre la veda ante un silencio expectante: “Bienvenidos a casa”. Con el deseo de todos los que hacen Nebrija de convertir sus campus en “nodos de estudiantes y titulados”, Tomé pide a los antiguos alumnos que siempre sean capaces de reconocer la Universidad para disfrutar de ella todos los días.
En un ejercicio de recapitulación, Aldara Pereira, directora de Estudiantes de la Universidad Nebrija, recuerda que desde hace cinco años en Alumni “hemos hecho especial hincapié en crear un espacio para mejorar vuestra empleabilidad” a través de formaciones, consultorías, concursos o el portal de empleo. Aunque informes como el estudio U-Ranking, elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE, que sitúa a Nebrija entre los cinco primeros puestos de España en inserción laboral, demuestran “que estamos trabajando en el buen camino”, ahora toca “ser punto de apoyo: trampolín y red” y desarrollar aún más el componente social.
El Vicerrectorado de Estudiantes, empleabilidad e internacionalización, junto con la Fundación Nebrija, facilitará que durante el próximo curso todo el que quiera pueda comenzar a realizar donaciones. La Bolsa de becas de antiguos alumnos para estudiantes, para becar asignaturas, será ya una realidad. “Nos encantaría, además de seguir ayudándoos, que los que queráis también podáis ayudar a otros a través de las charlas o encuentros en los que muchos participáis, y ahora también a través de contribuciones”, indica Aldara Pereira.
Desde sus dos metros de altura
Llega el turno a los egresados de la Universidad. Las palabras, cercanas, fluyen en el patio. Paco Tamayo Alonso-Villaverde estudió Ingeniería Informática y pertenece a la Promoción de 1998. Tras una incursión por Ciencias Físicas, abraza “esa oportunidad de borrón y cuenta nueva” que la Universitas Nebrissensis le ofrece en 1994. “Desde ahí, un nuevo universo, muy buenos amigos con los que algunos (aquí hoy presentes) sigo compartiendo algunas cosas, y una familia, la Nebrija”, contesta en alusión a las preguntas que planteaba Julián Hernández Rodríguez-Cebral, fundador de Siniestro Total: ¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?
“Mis dos metros de altura me han hecho muy popular. Como digo yo siempre, se me ve muy bien y se me oye mucho mejor. Luego está el tema de la personalidad, el don de gentes y demás que me permiten hoy en día seguir perteneciendo a esta gran familia a la que llevo vinculado ahora hace 29 años. Viví la transición y la oficialización de Nebrissensis a Nebrija, acabé mi Ingeniería Técnica, me marché a trabajar, regresé a hacer el Ciclo Superior de Ingeniería y lo acabé para orgullo de mis padres”, dice mirando a sus compañeros.
Miembro del Comité Ejecutivo Alumni Nebrija y “orgullosamente” nombrado presidente de la primera promoción de la Universidad Nebrija, de la que se cumplen las bodas de plata, destaca “la necesidad del sentido de pertenencia, sobre todo de quienes te dan la oportunidad de presente y futuro”. Se siente “embajador en el mundo de la Marca Nebrija” y confiesa que le gustaría inocular este virus a todos los que han pasado por aquí en calidad de alumnos, profesores, trabajadores “o cualquier combinación de ambas, ya que nunca se sabe quién te puede servir de ayuda y para qué, y aquí hay muchas personas que pueden hacerlo”.
“Tantas caras conocidas”
Alicia Martínez Gallardo cursó Periodismo, Artes Escénicas y Comunicación Audiovisual, una protopolímata en toda regla. Dirige su discurso a todos los presentes, en especial a sus compañeros de la Promoción de 2013: “He de confesar que es muy emocionante estar aquí frente a tantas caras conocidas, en un espacio vestido espectacularmente para la ocasión. Y pensaba, que no me iba a emocionar, teniendo en cuenta entre otras cosas, que paseo por este patio casi la mayor parte de horas que tiene mi día. Pero así es la vida, que siempre te sorprende”.
Se reencuentra con aquellos compañeros que conoció con 17 o 18 años, “llenos de ilusión por estudiar lo que siempre habían soñado, con los que he compartido carreras para no perder el 611 en el intercambiador de Moncloa, alargando las charlas con Luis en la cafetería, siendo atacados por ardillas, jabalíes o nevadas en el precioso campus ahora denominado Ciencias de la Vida en La Berzosa, sudando sangre para entregar ese trabajo una hora más tarde de que ya hubiera cerrado el plazo en el campus virtual, noches sin dormir (pero esto quedará entre nosotros), previas a entregar el TFG o viendo brillar a las diferentes titulaciones organizando Tocados, AdN, las muestras finales de Artes Escénicas, los Premios Nebrija Tourism Experience, los torneos de debate…”.
Alicia recalca el esfuerzo por aprobar todas las asignaturas y anima a todos a mirar a su alrededor unos segundos para cruzar miradas y sonrisas: “Mirad dónde estáis, mirad dónde están, mirad adónde hemos llegado”. Agradece seguir aprendiendo de una institución que celebra cada día el legado de Antonio de Nebrija. Su intención no deja lugar a dudas: “Formar parte de esta Universidad deja huella en nuestro futuro: nos habéis visto crecer, conocer a los que a día de hoy son personas imprescindibles en nuestra vida”. La alumni extiende su gratitud al profesorado y al personal administrativo por cultivar “las mejores herramientas para nuestro futuro profesional, enseñando el valor de la excelencia, el respeto por nuestros compañeros y la capacidad de trabajar juntos para llegar más lejos”. En este apartado también cita el “impecable” trabajo de sus compañeras Carlota López y Gádor Calleja, así como de todo el Departamento de Estudiantes, Actos e Infraestructuras y de Fever por “descubrir nuestra Universidad bajo una luz completamente nueva”.
Sensación de pertenencia a la casa
En representación del Claustro de profesores habla María del Mar Ramos, profesora de la Facultad de Comunicación y Artes, que se muestra encantada con el reencuentro con antiguos alumnos con quienes comparte la “inmensa” sensación de pertenencia a “la casa”. “Todos al salir estamos deseando trabajar, comernos el mundo, hacernos mayores… y el paso del tiempo te hace valorar lo que en la universidad aprendiste, no solo como profesional, sino como persona. Esto mismo nos ocurre también a los docentes”, señala.
El año en que la promoción de 1998 sale de la universidad Ramos comienza a trabajar en Nebrija: “Da un poco de vértigo pensar que han pasado tantos años, aunque en mi descargo diré que era muy, muy joven aquel curso. Tanto, que generacionalmente éramos muy cercanos… entonces teníamos los mismos referentes”. No quiere olvidarse de la promoción de 2013, perteneciente a la nueva generación de Bolonia, un nuevo sistema educativo “para el que en Nebrija estábamos muy entrenados, y de las que sois un muy buen ejemplo”.
El afecto de los profesores por sus exalumnos se traduce en cariño e interés del tipo “¿sabes que fulanita está en tal o cual empresa y le han dado un premio?” o “¿has leído lo que ha escrito menganito sobre este tema? Es increíble”. Normalmente a esto le sigue un “hay que invitarle para que se lo cuente a los alumnos”. La profesora de la Facultad de Comunicación y Artes alude a sus pupilos, nunca dejan de serlo, como unos “referentes” para las nuevas generaciones de estudiantes, empleadores de muchos de ellos a su salida y facilitadores de procesos de formación en sus empresas “porque sabéis la calidad y las ganas (qué os voy a contar a vosotros) que tienen nuestros nebrijos”.
Alumnos, compañeros, colegas -algunos egresados ejercen la docencia en su alma mater-, miembros de la familia Nebrija… así alude María del Mar Ramos a los que escuchan sus palabras con atención. Reconociendo “el impulso que dais a nuestra motivación como docentes”, termina con un mensaje cercano: “Igual tenemos encuentros en empresas en las que ya muchos sois jefes, como en parques persiguiendo a nuestros hijos si vivimos en el mismo barrio con la misma intensidad y alegría de volver a encontrarnos”.
“Nebrija es excelencia con alma”
Toma el testigo Manuel Villa-Cellino, presidente del Consejo Rector de la Universidad y de la Fundación Nebrija. Ha querido dar el protagonismo a los alumnos en un acto “especialmente atractivo” que, entre otros hitos, celebra los 25 años de la graduación de la primera promoción.
A los egresados les dice que la Universidad sigue teniendo los mismos valores y sigue poniendo en práctica una de sus proclamas favoritas: “Nebrija es excelencia con alma”. El presidente del Consejo Rector recalca el “afán de mejora continua” que se traducirá en los próximos meses en la inauguración del campus en Arturo Soria (sede de la Facultad de Lenguas y Educación) y del campus de Vallehermoso (Facultad de Comunicación y Artes). El campus de Ciencias de la Vida y la Naturaleza también albergará nuevos edificios que acogerán titulaciones como Medicina, Enfermería o CAFYDE.
“No me canso de decir que Nebrija la hacemos juntos. Y vuestro papel como antiguos alumnos es fundamental. Y no es retórico. Os necesitamos y por eso estamos comprometidos con vosotros desde la Universidad y también desde la Fundación”, añade.
Villa-Cellino recuerda los principios y valores “sencillos” de Nebrija: disfrutar cada día “dando lo mejor de nosotros mismos allí donde estemos”, construir Nebrija con el trabajo de todos, transformar el conocimiento en acción y cultivar, como dice el rector José Muñiz, “la pasión por saber y la pasión por emprender”. Y lanza un último consejo: “Hay que pensar siempre en el futuro que estáis haciendo desde el presente para las generaciones que vienen”.
Una velada de cine
Las palabras se apagan y surge misteriosa la música desde un escenario plagado de velas. Va anocheciendo. Superando inclemencias del viento, el cuarteto de cuerda Matrice viaja por las composiciones de Hans Zimmer en un viaje que incluye el bello Time, de Inception (Origen), una película de ciencia ficción escrita, producida y dirigida por Christopher Nolan. Luego, Mufasa –El Rey León-, Simba y los demás animales de la sabana campan a sus anchas por el patio del campus. Las bandas sonoras van forjando una atmósfera épica e íntima: Madagascar, Dunkirk, The Pacific, The Dark Knight, Wonder Woman, Gladiator, Interstellar, Dune y Sherlock Holmes. El concierto incluye la suite de Los piratas del Caribe, epítome de una experiencia sensorial que actúa de catapulta de los sentimientos de los alumnos que han dejado en Nebrija los mejores años de su vida (y los que les quedan por vivir en una Universidad abierta a sus visitas e iniciativas).
El punto y aparte lo ponen los posados de las promociones y el vino español. Después hubo más aconteceres, pero hasta aquí puede leer.
Texto: Javier Picos. Fotos: Javier Montero.