La Universidad Nebrija trabaja en el diseño de un coche autónomo que conduzca como un humano

La Universidad Nebrija trabaja en el diseño de un coche autónomo que conduzca como un humano

La Universidad Nebrija trabaja en el diseño de un coche autónomo que conduzca igual que si fuera un humano. Frente a las costosísimas propuestas de vehículos con numerosos sensores y cámaras incorporados, el proyecto pretende que el prototipo sea capaz de llevar a cabo una conducción caracterizada del mismo modo en que conduce una persona desde el punto de vista cognitivo.

Se trata de un proyecto del Grupo de Investigación Nebrija en Ingeniería de Vehículos (GREEN) de la Escuela Politécnica Superior, en colaboración con el Centro de Investigación Nebrija en Cognición (CINC), que se engloba en NEVA, el proyecto en el que Nebrija ha participado en la creación de un coche autónomo. Las investigaciones de CONHUM (conducción humana) pretenden evidenciar que las funciones de conducción y navegación que desarrollan las personas son muy eficientes y que se realizan mediante muestreos periódicos.

La idea es que los resultados sirvan de base para justificar el cambio de enfoque que plantea NEVA frente al resto de los proyectos de la industria para la creación de coches autónomos.

coche autónomo Badea

Los altos costes de un coche autónomo

En la actualidad hay varios prototipos de vehículos autónomos de multinacionales importantísimas. “A pesar de todo tienen problemas. No llegan a terminar de ser totalmente aceptados, ni a proporcionar los resultados ni pueden circular de forma legal en las calles”, recordó el profesor Francisco Badea, responsable del Grupo GREEN, durante la presentación del proyecto.

Por un lado están los altísimos costes de estos vehículos, debido a la cantidad de sensores que requieren (el de Uber, por ejemplo, lleva 20 cámaras, antenas GPS y sistema de refrigeración para computar la información). “Para vehículos de 20.000 euros se introducen sensores que cuestan entre medio millón y un millón de euros. No tiene ningún sentido. Nadie va a comprar algo así”, agregó Badea, recordando que Ford y Volkswagen renunciaron a su propio proyecto de coche autónomo tras haber invertido cerca de 3,5 millones de euros.

Ahorrar en sensores resolvería solo uno de los problemas. Pero también hay que contemplar los costes en investigación. Durante el proyecto NEVA, los investigadores constataron que la filosofía de que el coche autónomo identificara el mayor número de datos era un planteamiento erróneo. Esto exige al vehículo más capacidad de cálculo, lo que a su vez supone un mayor gasto de energía. “El coche ve mucha información irrelevante, como las cornisas de los edificios, y el ordenador se vuelve loco”.

NEVA, conducir con sentidos humanos

En un solo día se registran en España 41 millones de desplazamiento y hay miles de millones de interacciones. Pero solo se registran 5300 incidentes menores. “El humano es el factor detrás de los accidentes, pero porque no conducen más que humanos y, aun así, somos especialmente buenos en conducir”, apuntó Badea.

NEVA, el proyecto que se montó desde la empresa madrileña de ingeniería FEM Expert para crear un vehículo autónomo, con la Universidad Nebrija como socio. También participan Madrid Futuro como conector de innovación; Mutua Madrileña como socio asegurador; y Telefónica como socio tecnológico, ha decidido dar un vuelco a las investigaciones. Se pretende diseñar un vehículo autónomo en función de lo que hace el humano, para que los costes sean asumibles.

La cognición de la conducción es fundamental e intervienen aspectos como el equilibrio y los sentidos de tacto, vista, audición y olfato. “Los humanos priorizamos cosas, nos anticipamos, jugamos con los tiempos en los que estamos atentos a algo”, indicó Badea. “Que el coche sepa la altura, la talla y el peso de las personas, da igual para conducir. Hay que utilizar sensores que imiten el comportamiento humano y evitar así el exceso de información”, agregó por su parte el catedrático Jon Andoni Duñabeitia, director del CINC.

Así nació CONHUM, un proyecto piloto que, mediante el uso de conductores con unas gafas especiales de seguimiento de la vista, va a registrar cómo funciona la visión humana mientras se conduce. Las pruebas ya han comenzado y se espera tener los primeros resultados en el curso 24/25.

Uno de los retos que plantea este proyecto es la visión periférica. El ojo humano es capaz de discernir si una sombra en la carretera obedece a un poste o es puede ser la de un ciervo que cruza. Aún hay que investigar el modo para que la ingeniería sepa replicar esa capacidad en un coche autónomo.

coche autónomo Duñabeitia

Un futuro en la España vaciada

Los coches autónomos del futuro quizá no sean de implantación masiva, pero sí tendrían futuro en aplicaciones como la España vaciada. “Puede ser útil en pueblos remotos donde no llega ni un bus. Ahí el coche autónomo tendrá mucho sentido pero siempre que tenga unos costes asumibles”, dijo Javier Aranceta, representante de GREEN. Aún así, auguró que quedan muchos años para llegar a ello.

La presentación de las investigaciones del proyecto CONHUM tuvieron lugar en un acto en el Campus de la Politécnica y las Ciencias Sociales en Madrid-Princesa. Contó con la asistencia de Mónica Margarit, directora de Madrid Futuro (ONG que fomenta la tecnología), Jorge Vázquez Morenes, director de Seguros Vehículos de La Mutua Madrileña; y Leticia Lopez Domingo, directora de Investigación de Telefónica, todas ellas entidades implicadas en la investigación.

También asistieron el rector de la Universidad Nebrija, José Muñiz; y el vicerrector de Investigación, Álvaro Bustinduy. La periodista de TVE Marta Solano presentó el acto.

Aranceta grupo GREEN

Texto: Abigail Campos / Fotos: Zaida del Río

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