La demanda de educadores sociales ha crecido en los últimos años y lo va a seguir haciendo. Así lo auguró el director general de Servicios Sociales e Integración de la Comunidad de Madrid, Ignacio Ayres, durante la presentación del nuevo grado en Educación Social de la Universidad Nebrija.
“Las bolsas de empleo están vacías de educadores sociales. Estamos esperando desesperadamente educadores sociales y no hay. El pleno empleo está garantizado”, sostuvo.
Ayres recordó que ya ha nacido la persona que va a vivir 150 años, lo que supone que nos enfrentamos a un mundo de servicios sociales nunca visto. “Ya hay más de 20 000 centenarios en España y en los próximos años se van a incrementar exponencialmente. Y los servicios sociales se van a incrementar del mismo modo”, aseguró.
Más educadores sociales titulados
Miriam Poole, directora general de la Asociación Nuevo Futuro, puso como ejemplo su propia organización, que en el último año ha trabajado con más de 1 800 niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad y exclusión social, cuenta con 130 hogares y centros; y trabaja con más de 600 educadores sociales, que representan el 85 % de su plantilla.
Por su parte, Daniel Bueno Valencia, director general de gestión institucional de la Fundación Diagrama, centrada en la intervención psicosocial, coincidió en que se trata de una profesión en auge y existe una gran demanda de personas con la titulación de educador social. Auguró además que la necesidad de estos profesionales se va a incrementar en el futuro, “porque cada vez se incorporan más a las administraciones públicas”.
Nuevo grado en Educación Social
Las reflexiones de estos expertos se hicieron en el marco de la presentación del nuevo grado en Educación Social de la Universidad Nebrija, que se impartirá de modo presencial y online a partir del curso 24/25 en el Campus de Lenguas y Educación en Madrid-Arturo Soria.
La implantación de esta titulación de la Facultad de Lenguas y Educación pretende dar respuesta a la creciente demanda del perfil de educador social con la cualificación específica en áreas como la salud, los servicios sociales, la educación o el trabajo comunitario, entre otros. A partir de tercero, los estudiantes pueden elegir entre ocho itinerarios formativos relacionados con áreas como menores, mujeres, discapacidad, aprendizaje a lo largo de la vida o cooperación al desarrollo.
Además, en los tres primeros años, el plan de estudios incluye asignaturas obligatorias que se centran en el desarrollo de competencias profesionales, lo que representa un elemento diferenciador muy significativo porque el profesional de la educación social a menudo trabaja en equipos de intervención psicosocial y colabora con psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas, profesionales sanitarios y otros expertos.
Reconocimiento de créditos
Por otra parte, para personas que hayan completado previamente un Ciclo Formativo de Grado Superior en áreas relacionadas, la Universidad Nebrija ofrece el reconocimiento de hasta 60 créditos para quienes tienen estudios en Integración Social, Promoción de Igualdad de Género, Animación Sociocultural; y Educación Infantil.
Además, para profesionales que ya cuentan con formación y experiencia en áreas como la Psicología, Trabajo Social, Educación Primaria y otras relacionadas con la intervención social, la Universidad Nebrija también ofrece un estudio individualizado para el reconocimiento de créditos, de modo que será posible obtener el grado en Educación Social en poco más de dos cursos académicos, sin la necesidad de realizar un recorrido académico completo desde el principio.
Prácticas y voluntariado
El programa cuenta con la colaboración de numerosas ONG, fundaciones y empresas, entre las que cabe citar la Fundación Diagrama o la Asociación Nuevo Futuro, organización de referencia en la atención y acompañamiento de niños, niñas y jóvenes en el ámbito del sistema de protección. Con esta última en concreto se lleva a cabo un plan para que el alumnado, a través de diferentes programas, pueda llegar a obtener una especialización en intervención socioeducativa con infancia y juventud en riesgo de exclusión social.
Con un programa de voluntariado y otro programa de prácticas curriculares, los estudiantes que hayan colaborado como voluntarios y realizado sus prácticas en esta institución se incorporarán directamente a su bolsa de empleo, lo que permitirá considerar al alumnado en el caso de aparecer oportunidades de empleo como educadores sociales de carácter fijo o temporal.
Miriam Poole remarcó que su asociación contribuirá con su experiencia, sus profesionales y sus centros, tanto en la formación en prácticas de los alumnos como con actividades de voluntariado o la participación de proyectos de investigación. “Nuestros futuros puestos de trabajo, que son muchos, están a vuestra disposición. Necesitamos muchos educadores sociales”, recordó.
En el acto de presentación participaron expertos como Federico Armenteros, fundador y presidente de la Fundación 26 de Diciembre, educador social y presidente honorífico del Consejo General de Educadoras y Educadores Sociales; y Georgina Dezcállar, socia fundadora de Circula Cultura (cooperativa de educadoras sociales).
También estuvieron presentes Cristina Villalonga, vicerrectora de Educación Digital y Tecnología de la Universidad Nebrija; Susana Martín Leralta y Nuria Camuñas, decana y vicedecana de la Facultad de Lenguas y Educación respectivamente; y Pilar Santolaya, directora del grado en Educación Social.
