Hoy hemos perdido a uno de los grandes. Un maestro eternamente jóven. Quien escribe este sincero homenaje tuvo el privilegio de trabajar en los inicios de Mansilla + Tuñón arquitectos en una experiencia que fue plena, llena de intensidad y contagioso amor por el trabajo bien hecho.
Luis otra vez Gracias y hasta siempre,
¡Emilio más fuerte que nunca un abrazo!
Fernando