Franz Graf, catedrático de la Accademia di Architettura di Mendrisio, presidente de Docomomo Suiza y director del Laboratorio TSAM en la EPF de Lausana visitó el 24 de marzo la Universidad Antonio de Nebrija para tratar un tema poco tratado aún pero de gran pertinencia, interés y potencial: la conservación del patrimonio moderno.
Lo hizo en una conferencia donde conjugó dos tipos diferentes de patrimonio moderno: el de las obras pequeñas o medianas de arquitectos singulares (que clasificó bajo la categoría de lo ‘monumental); y el correspondiente a los grandes conjuntos de vivienda social de las décadas de 1950 a 1970 proyectados por arquitectos más o menos anónimos (a las que vinculó a la categoría de lo ‘banal’).
Para describir las estrategias de intervención en lo ‘monumental’, Graf utilizó el ejemplo del apartamento de Le Corbusier en París, un caso complejísimo de proyecto preliminar de restauración donde las tradicionales estrategias basadas en la forma y el espacio se han conjugado con la atención a los materiales, sistemas constructivos, sistemas de climatización o de iluminación, para dar pie a un nuevo modo de entender el patrimonio moderno.
Por su parte, para tratar la intervención en lo ‘banal’, Graf se ciñó al ejemplo de la Cité de Lignon, un gran complejo construido por Georges Addor en 1963 a las afueras de Ginebra, cuya reciente restauración estética y energética ha servido para generar un método inédito de análisis extrapolable a casos semejantes de toda Europa.