Rafael Moneo ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2012. El jurado del galardón ha hecho público el fallo en Oviedo, decantándose por el arquitecto español entre las 39 candidaturas procedentes de 25 países presentadas.
En el acta del fallo, el jurado señala que la obra de Moneo «enriquece los espacios urbanos». El acta le define, además, como «arquitecto español de dimensión universal» y añade que su arquitectura es «serena y pulcra». «Maestro reconocido en el ámbito académico y profesional, Moneo deja una huella propia en cada una de sus creaciones, al tiempo que conjuga estética con funcionalidad, especialmente en los interiores diáfanos que sirven de marco impecable a las grandes obras de la cultura y del espíritu», concluye el jurado.
Moneo es uno representantes más destacados de la arquitectura española contemporánea. Nació en Tudela (Navarra) y estudió en la escuela de Madrid (ETSAM), donde obtuvo el título de arquitecto en 1961. Entre 1958 y 1961 trabajó con el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oíza y, más tarde, entre 1961 y 1962, con Jørn Utzon en Dinamarca.
Ha desarrollado una intensa labor docente y es autor de obras de reconocido prestigio internacional, entre las que destacan: la ampliación del Museo del Prado, la estación de Atocha y el edificio de Bankinter, en Madrid, el museo de arte romano en Mérida, el auditorio del Kursaal en San Sebastián, el edificio diagonal en Barcelona, la nueva terminal del aeropuerto de San Pablo de Sevilla, la Fundación Miró en Palma de Mallorca, el Museo de Arte y Arquitectura de Estocolmo, la catedral de Los Ángeles, en California o las bodegas Chivite en el Señorío de Arínzano en Navarra.
Es uno de los arquitectos más queridos y respetado y en 1996 obtuvo el Premio Pritzker de Arquitectura, considerado el «Nobel de la arquitectura». Galardón que suma a otros muchos: premio Nacional de Arquitectura, premio Mies van der Rohe, Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects (RIBA), etc.
Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal de San Sebastián. Rafael Moneo