El Gran Premio de MotoGP de Jerez es uno de los mayores eventos del mundo del motor en el calendario actual en España y Europa. A pesar de ello, ninguno de los alumnos de la universidad que acudimos a la cita podíamos imaginar la magnitud que tomaría el evento este año 2016.
Todo comenzó el viernes 22 de abril cuando emprendimos el viaje desde la universidad hacia la ciudad de Jerez de la Frontera en Cádiz. Desde un primer momento, la cantidad de motos que podrían verse en la carretera era enorme. Y a medida que nos acercábamos a nuestro destino el número de motos iba aumentando hasta el punto de vernos rodeados en nuestros coches por una verdadera nube de motocicletas. Muchos de nosotros nos quedamos anonadados ya que no creíamos que en este viaje veríamos tantísima cantidad de motos.
Nuestra llegada al camping del circuito donde pasaríamos el fin de semana, fue como no, rodeados de vehículos de dos y tres ruedas por todas partes. Allí montamos las tiendas de campaña y nos dispusimos a dar una vuelta por la acampada para explorar y sobretodo admirar las diferentes motocicletas que se encontraban dentro de él. El camping del circuito es sin duda uno de los lugares donde se producen las mayores concentraciones de motocicletas de todo el fin de semana. Desde la primera noche tuvimos consciencia de que aquello era más que un campeonato; había muchísimas concentraciones de motos procedentes de diferentes lugares del mundo ya que hemos tenido la suerte de que Jerez de la Frontera este año es considerada “Capital mundial del motociclismo”.
Tras una noche corta, el despertador matutino del sábado fue sustituido por el rugido al unísono de decenas de motocicletas que llegaban y salían del camping. El sábado pasamos la mañana viendo los entrenamientos libres y la clasificación posterior. Nuestras entradas nos daban acceso a la zona de Pelousse, desde donde subidos a las colinas circundantes al circuito podía verse a los pilotos trazar 4 curvas seguidas. Sin duda el circuito de Jerez es uno de los más vistosos del mundial, tanto desde las gradas como desde las colinas de la Pelousse.
Ese mismo día por la tarde pusimos rumbo al Puerto de Santa María donde es tradición todos los años cerrar las calles para ver el paso de las motos. Todo el pueblo se vuelca en este acontecimiento, donde se reúnen moteros venidos de las cuatro esquinas del continente en esta fiesta del motociclismo. El rugido de las motos, el olor a goma quemada, las llamaradas que salían por los escapes… pero sobretodo ver tal cantidad de motos de gran cilindrada fueron una de las mejores experiencias que pudimos experimentar allí.
Finalmente, el domingo llegó el plato fuerte. Tras las carreras de Moto3 y Moto2 el piloto italiano Valentino Rossi logró imponerse desde la pole a los españoles Marc Márquez y Jorge Lorenzo. La mayoría de nosotros preferíamos que hubiese ganado un español ya que se trataba del premio local, pero aun así, volvimos muy contentos del viaje realizado. Fue una gran experiencia que esperamos volver a repetir el año que viene.
Natalia Torrado