«Objetivo», «Preparación», «Actitud»… son términos defendidos a diestro y siniestro por José Manuel López a la hora de presentarnos una meritoria trayectoria que terminó conduciéndolo hasta el Gran Circo del Automovilismo Mundial. No hubo manera de desaprovechar la oportunidad de ir más allá de las asignaturas para descubrir una nueva forma de llegar a vivir inmerso en un sueño compartido por incontables aspirantes. (Click en título para más)Nuestro ponente no tardó en volver a recordar lo que habitualmente pasa inadvertido al contemplar este espectáculo: el esfuerzo y sacrificio necesarios para llegar a tener alguna opción factible de formar parte del mismo. Nuevamente la metáfora del iceberg salió a la palestra para ilustrar esta realidad, el hecho de enseñar al mundo la faceta más emocionante de una labor que, sin embargo, requiere llevar al extremo cualidades como el esfuerzo, dedicación, perseverancia y disciplina.
Todo parte de un objetivo claro hacia el cual poder orientar nuestros pasos. La andadura rara vez logrará zafarse de dudas e incertidumbre en este inhóspito camino que, por supuesto, requiere sí o sí de nuestro movimiento para ir definiéndose. Para ello será necesario conocerse bien y vislumbrar cuánto seríamos capaces de sacrificar para aspirar al cruce de esta gran meta. Además, el saber adquirido en la universidad se introduce en una peculiar mochila que también cuenta con hueco para otros aspectos que terminan diferenciando a los particulares diamantes en bruto: potencial, (in)experiencia (no haber podido trabajar previamente significa también que un posible mal hábito tampoco ha sido aprendido) y actitud, cualidad decisiva para adaptarse a todo tipo de situaciones mientras se mantiene el buen uso de todo lo que pueda estar bajo nuestro control. El envío de un buen (y veraz) curriculum apoyado por una carta de presentación en la que poder descubrir mucho más acerca de nuestra persona y la motivación que nos impulsa es una interesante forma de llamar a la puerta de un sector que no vendrá a buscarnos.
Es en este momento cuando aparece en la pantalla una valiosa cita de una de las personalidades más excelsas que han aparecido en el panorama de la Fórmula 1, Ross Brawn, quien dijo lo siguiente:
«Luck is Preparation Waiting for Oportunity»
La preparación debe estar a la orden del día en cada punto de este proceso, evitando desagradables interrogatorios en entrevistas y, posteriormente, planeando todo tipo de estrategias que eviten imprevistos capaces de echar por tierra las aspiraciones en una carrera. Aún así, no siempre saldrá todo como se espera. José Manuel nos presentó varios ejemplos en los que su exequipo Haas F1 tropezaba de las formas más inesperadas, a pesar de las facilidades comunicativas entre los ingenieros y sus pantallas o las múltiples ocasiones en las que se hubiera podido entrenar, por ejemplo, el paso por boxes. La actitud mencionada anteriormente determinará cómo tomarse estos baches, buscando oportunidades entre estos calvarios que puedan padecerse y, ante todo, evitando estancarse en una historia que no cuenta con sistema de freno.
Las personas y las relaciones, por supuesto, juegan un papel fundamental en toda esta carrera profesional. Un simple y correcto saludo de alguien agradable puede ser decisivo a la hora de decantar la balanza entre varios candidatos. Con ello, la mejor versión de uno mismo facilita enormemente la convivencia con el resto del equipo durante extenuantes jornadas de trabajo. Éxitos, errores y perspectivas distintas son compartidos entre todos los miembros de la particular familia. Es importante también que cada uno de ellos sea capaz de abstraerse de los resultados tangibles a la hora de evaluar el propio trabajo. Se gane o se pierda, el protagonista sigue siendo el mismo, alguien capaz de relativizar y asumir la presión como parte de esta labor. A su vez, hacer bien lo que esté en nuestra mano nos irá acercando poco a poco a objetivos que vayan llenándose de un valor mayor y cada vez más parecido al de la meta final que soñamos alcanzar desde el principio.
José Manuel López, partiendo del archiconocido Scalextric cuando era niño, forma ahora parte del grupo de ingenieros de uno de los equipos de competición más conocidos y laureados de siempre, McLaren. Más allá de resolver dudas acerca del devenir de la competición, todo lo aquí descrito en base a su ejemplo expuesto en el encuentro goza de valor incalculable para unos futuros ingenieros que, sin duda, tratarán de perfilar sus respectivos caminos teniendo en cuenta los valiosos consejos de personas capaces de vivir de este sueño, de terminar brillando en las tinieblas.