Bien es sabido que «Sin Sacrificio No hay Victoria». El ejemplo de Roberto Gómez, Ingeniero Tricampeón del Mundo de Resistencia con el legendario equipo Porsche (LMP1), agudiza todavía más el significado de esta expresión gracias a una dilatada trayectoria como pieza fundamental de uno de los combinados más sólidos y eficaces que el automovilismo ha visto en toda su historia. Descubramos cómo ha sido este inolvidable encuentro. (Click en título para más)
Difícil percatarse con exactitud del gran valor de una exposición como la que pudo presenciar medio centenar de compañeros de nuestra Universidad, público que, aun sabiéndose inevitable dueño de un futuro cada vez más cercano, casi nunca deja de codearse con dudas acerca de la manera de perfilar el mismo. Tanto ésto como la oportunidad de encontrarse con alguien capaz de brillar como nadie en el mundillo que tanto nos apasiona fueron desencadenantes suficientes de una maravillosa experiencia.
Nuestro protagonista no tardó en hacer alusión al sacrificio y perseverancia necesarios para labrarse la posibilidad (todavía dependiente de otros factores) de poder llenar gran parte de la vida con un trabajo, a priori, de ensueño. Sus estudios de ingeniería (por cierto, complementados con su implicación en algún proyecto similar a los amparados por nuestro Club del Automóvil) dejaron paso a un nuevo crecimiento en la competición a partir de tareas poco trascendentales o atractivas y un nivel de vida con amplio margen de mejora. Sin embargo, la férrea ambición hacia un destino claro y la interiorización de nuevas aptitudes fueron guiándolo a través de un inicio habitualmente dificultoso en esta vertiente. Las oportunidades que suelen aparecen no destacan en número y, por supuesto, ahí queda su invitación a probarlas y decidir si este camino es el que realmente nos llama.
La travesía lo condujo hasta las filas de un delicado equipo HRT de Fórmula 1 que terminó creando lazos irrompibles entre prometedores ingenieros que, por supuesto, no pasaron desapercibidos para el resto de integrantes de la parrilla. «Contacto» suele ser también otro término de incuestionable importancia en estos lares, existiendo siempre la posibilidad de que una buena relación termine catapultándote hasta otro peldaño profesional situado a mayor altura.
Con ello, fue muy agradable ver cómo otra interesante palabra, «Procedimiento«, fue acogida con mucho fervor para tratar de impresionar a un ilustre como Andreas Seidl, al mando actualmente del equipo Mclaren F1 tras cerrar la gloriosa etapa al timón del todopoderoso Porsche LMP1. Muy entrañables han sido las anécdotas de Roberto acerca del rigor que su nuevo jefe, alemán por excelencia, implantó en un garaje donde nada debía aparecer por sorpresa. Sin embargo, pruebas de 6 a 24 horas de duración son capaces de todo y, por ello, en incontables ocasiones viene bien combinar orden con desparpajo, cualidad requerida para solventar cualquier imprevisto como buenamente se pueda. Ni que decir tiene que ésta suele discurrir a través de sangre más mediterránea.
La simbiosis en una nueva familia plagada de diversos roles (más o menos comedidos a la hora de celebrar triunfos), así como el aprovechamiento de grandes y peculiares talentos al volante (el colosal N.Jani, un N.Tandy con habilidad innata en lluvia, los inmortales T.Bernhard y R.Dumas…) terminaron por dar forma a un inmejorable escenario sobre el cual pudiera plantarse el ingrediente más jugoso y apetecible del plato: el incontestable Porsche 919 Hybrid.
Bocas abiertas por doquier a la hora de descubrir cómo son los entresijos de uno de los vehículos de competición más dominantes y eficientes de la historia, forjado con varios años de antelación y exprimido en sesiones de hasta 36 horas de duración en el circuito de Motorland, Aragón. La aceleración de 0 a 100 km/h en algo más de 2 sg embriagaba por completo a un ocupante con poder para decidir cómo gestionar a la salida de un giro, por ejemplo, la energía recuperada gracias al vanguardista ERS. La máquina, por supuesto, supo aguantar todo un día a pleno rendimiento hasta alzarse con 3 victorias en la carrera de resistencia por excelencia y, casi con total seguridad, la más atractiva y apasionante en todo el mundo: las 24 Horas de Le Mans. Nuestro protagonista consiguió saborear tanto el sueño de alzarse hasta en 3 ocasiones consecutivas con una corona mundial como la oportunidad de participar en el desarrollo del todopoderoso Porsche 919 Hybrid Evo, versión mejorada capaz de marcar un tiempo nunca antes visto en el «Infierno Verde» de Nürburgring Nordschleife y, por increíble que parezca, de doblegar en Spa al Mercedes F1 W07 Campeón del Mundo en el curso 2016.
En definitiva, nada le quedaba por demostrar en este terreno a un equipo alemán que, sin expulsar a ninguno de sus miembros, decidió cambiar de aires tras recoger la inolvidable cosecha en el Mundial de Resistencia. Roberto, por su parte, llegó a nuestro encuentro confesando que sigue padeciendo hambre de competición, afección que quiere paliar a base de participaciones en carreras como las 24 Horas de Nürburgring, colaboraciones al lado de prometedores talentos como A.Güven (Subcampeón Porsche Supercup) y, por supuesto, dirigiendo algún proyecto interesante en un terreno nacional necesitado de fuertes implicaciones como la suya.
Casi más difícil que llegar a una meta así es introducir en un nuevo «Gracias» todo lo que cada uno de nosotros desea agradecer a Roberto tras esta velada, implicándose con mucho ánimo desde el primer contacto y, por supuesto, estando en todo momento dispuesto a ayudar y aconsejar a personas que, sin ejemplos como el suyo, bien podrían quedar fácilmente a la deriva en esta exigente y preciosa aventura. ¡Por muchas más veladas como ésta!