Justo N. Hidalgo es profesor de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Nebrija y socio fundador de 24symbols.
Para poder crear cambios relevantes en cualquier campo del conocimiento hay que realizar tres acciones: una crítica sobre la manera en la que las cosas funcionan, tener una visión de cómo tendría que ser y una teoría de cómo se pasa del estado actual a esa visión. Ken Robinson, experto internacional en Educación, comienza así su libro Creative Schools. Con este esquema, intentaremos explicar el estado y desafíos de la educación online.
Crítica de la educación online
Las plataformas de educación online siguen siendo una traducción pobre de la viva atmósfera de una clase vía videoconferencia, foros o notas técnicas. Aunque las plataformas líderes como Blackboard o las nuevas como Tutellus, eMooc o Cursogram siguen evolucionando, todavía nos queda un largo trecho.
La enseñanza online es menos capaz de reaccionar a los detalles. Cuatro miradas escépticas pueden provocar que un profesor cambie el modo en el que explica un tema concreto. En la enseñanza online, el alumno ha de ser mucho más proactivo y exigir explícitamente aquellas explicaciones que requiera. El número de alumnos de una clase virtual también supone restricciones a la involucración del profesor y a la de los propios alumnos y, por supuesto, los inconvenientes técnicos.
Cómo debería de ser
Fijémonos en las personas que utilizan Twitch para aprender cómo otros juegan a sus juegos preferidos. O en los que buscan en YouTube ayuda para arreglar su caldera. Es el aprendizaje accionable -aprendo algo y lo aplico inmediatamente- que pequeñas empresas como Eduvee ya están haciendo, troceando el contenido de las asignaturas duras de Educación Secundaria como Biología, Química o Física en pequeños fragmentos educativos fáciles de digerir. El profesor pasa de ser el maestro al guía y facilitador de los contenidos existentes más relevantes para cada alumno.
El formato online ha de encontrar ese punto óptimo que complemente, y no elimine, la educación presencial. Puede ser mediante el rol de tutor o a través de una realidad virtual que empieza a ser algo mucho más realista de lo que muchos pensábamos. De hecho, hace unas semanas tuve la oportunidad de asistir a la conferencia de desarrolladores de Facebook en San Francisco y las demostraciones de Oculus Rift, el casco de realidad virtual, eran apabullantes.
Otro reto es la unión del estudio y el juego; la gamificación es imparable y ya hay ejemplos que demuestran que funciona, como Nbamathhoops, que mediante partidos de baloncesto simulados consigue que los chavales se interesen por la utilidad de las matemáticas.
Cómo llegar
El camino es sin duda lo más relevante pero ya se están dando los primeros pasos. Las plataformas de formación online permiten cada vez una mayor granularidad y ámbito de procedencia de sus contenidos, adaptándose a las diferentes necesidades curriculares. Nos acercaremos a un futuro donde el profesor -y sus alumnos- selecciona los mejores contenidos con independencia de su procedencia, aporta estrategias lúdicas atractivas y donde su papel de guía y contextualizador es el secreto del éxito.
Un artículo interesante y provocador del que me gustaría destacar un par de ideas: 1) […] ‘el formato online ha de encontrar ese punto óptimo que complemente, y no elimine, la educación presencial’ […] pues este es, al entender de algunos, el reto de la formación en línea a distancia y donde tiene que buscar su acomodo mientras se desarrolla, con cabeza y tiento, un nuevo paradigma de enseñanza donde no se sustituyan escenarios sin más; 2) […] ‘nos acercaremos a un futuro donde el profesor -y sus alumnos- selecciona los mejores contenidos con independencia de su procedencia, aporta estrategias lúdicas atractivas y donde su papel de guía y contextualizador es el secreto del éxito’ pues el docente, como tantos otros profesionales en su propio campo, seguirá siendo el mejor y más apropiado mediador, siendo su papel precisamente el de mediar entre el alumno -que busca su guía- y los medios, fuentes y estrategias para conseguir el aprendizaje. A pesar de los acertados calificativos de ‘guía’ y ‘facilitador’, totalmente compartidos, no dejaría de ver, sin embargo, al ‘maestro’ detrás de ese perfil, ni dejar de considerar el rol de ‘magister’ como el de quien siempre tiene un conocimiento que transmitir, no sólo habilidades y procedimientos.
En cualquier caso coincido en el planteamiento de presentación de una estrategia a tres bandas que incluya, en primer lugar, la crítica constructiva sobre lo que tenemos en el momento para no olvidar las ventajas de las cuales sigue disfrutando esta perspectiva, y no dejar de advertir, igualmente, los aspectos que han quedado obsoletos o inaplicables al inequívoco devenir del mundo. La enseñanza online es el futuro, pero hay muchas posibles ‘enseñanzas online’: seguramente sólo la elección de un modelo adecuado nos llevará al mejor puerto. Gracias por la exposición clara y sucinta.