Porque estudiar a distancia es una experiencia sumamente gratificante, pero también dura, no exenta de sacrificios.
Cuando me doctoraba mi gran profesor Manuel Figuerola decía en voz alta las virtudes que debe tener una buena cosecha académica. Renuncia, sacrificio y humildad.
Y creo sin duda que son aplicables a la enseñanza a distancia.
Renuncia: a mucho tiempo libre, de ocio, de descanso, de familia y amigos.
Sacrificio: horas de lectura, de búsqueda, de frustraciones, de bloqueos.
Humildad: que no lo sabemos todo, y que gracias a otros podemos aprender más y mejor.
Pero, sin duda, la recompensa, el orgullo de lograr buenos resultados, el descubrir tu crecimiento, que eres mejor versión y que estás capacitado para hacer muchas más cosas de las que te pensabas, hace que todo merezca la pena.
Como me decía un alumno «nos has hecho sudar ríos de tinta virtual, pero cuánto hemos aprendido y lo que lo hemos disfrutado».
Leire Nuere Salgado.
Subdirectora de Nebrija Global Campus.